En plena víspera de nochebuena, una vivienda de Sindempart en Coquimbo fue asaltada en circunstancias similares y el hecho culminó con una de las víctimas herida a bala y sus hijos con el peor susto de sus vidas.
Mario Olmos comenta a El Día que todo ocurrió en horas de la mañana. “Yo me encontraba en el comedor, mi esposa estaba en el living, arreglando la ropa, y en el segundo piso estaban mi hijo, mi hija con su guagua y un cuñado de mi hija”.
Un grupo de delincuentes saltó la reja y echó abajo la puerta principal de la casa. Cuando Mario escuchó el ruido fue rápidamente a ver qué sucedía y encontró a uno de los sujetos apuntalando a su esposa con un arma, mientras que dos hombres subían al segundo piso, donde estaban sus hijos.
Un tercero subió también por las escaleras y le dijo que se tirara al suelo. “Yo no lo hice, subí la escalera porque en una de las piezas estaba mi hija con mi nieta. Se metieron a la pieza de al lado, apuntaron a mi hijo con la pistola en la cabeza”, relata.
En ese momento, uno de los sujetos se percató de que alguien había llamado a Carabineros y los demás bajaron con una bolsa con lo robado. Cuando el tercer individuo pasó junto a Mario para bajar la escalera empezó el forcejeo.
“Me puse a forcejear con él, quería botarlo y los demás se devolvieron. Cuando iban subiendo la escalera se los tiré encima y yo me tiré sobre ellos. Al caer al suelo los cabros se pararon, dejaron las cosas botadas y arrancaron. Pero escuché que uno dijo ‘dispárale’ y escondí la cabeza en el sillón. Sentí el disparo, que sonó como pistola a fogueo, pero me fui a parar y me vi la herida en la pierna”, declara.
Frustrado el robo Mario fue llevado hasta el hospital y lo intervinieron para sacarle la bala. Hoy se encuentra dado de alta y en recuperación, mientras comenta su preocupación por los hechos de violencia. Asegura que ya han ocurrido otros tres en el sector y que sospecha que sería una misma banda.