• Mientras se instalaba en su nueva oficina, el general Marcelo Araya recibió a un equipo de El Día, a quienes afirmó que "es gratificante" suceder a Rolando Casanueva, a quien conoce hace más de 30 años.
  • El general Marcelo Araya asumió este viernes la jefatura de la IV Zona de Carabineros.
  • “Desde que asumí tengo la camiseta puesta por la región y mi compromiso es al cien por ciento con los ciudadanos”, indicó el jefe de la IV Zona.
Crédito fotografía: 
Andrea Cantillanes
Tras las primeras horas en el cargo, el nuevo oficial a la cabeza de la policía uniformada en la Región de Coquimbo valoró el interés de las autoridades por el trabajo en conjunto y llamó a la comunidad a sumarse al trabajo por la seguridad aportando con la denuncia.

La importancia de la cercanía con la comunidad y trabajo en conjunto con las autoridades fue el principal mensaje de Carabineros en el cambio de mando regional, en el que asumió como jefe de la IV Zona el recientemente promovido general Marcelo Araya Zapata, sucesor de Rolando Casanueva, quien tras 33 años de servicio en la institución se acogió a retiro, luego de liderar un importante trabajo por la seguridad en la zona.

Al mediodía del viernes, Araya asumió oficialmente su nuevo rol, luego de desempeñarse como agregado de Carabineros en la embajada chilena en Perú, y a solo unas horas de asumido el desafío, comenzó su trabajo. 

A las 16:00 horas recibió a El Día en su nueva oficina en edificio de la IV Zona de Carabineros, donde aseguró tener "la camiseta puesta" por la región, detallando los primeros pasos que ya había coordinado junto a los uniformados a su cargo, de quienes aseguró estar "gratamente sorprendido", por la entrega en el servicio y la disposición de trabajar por la seguridad de la ciudadanía.

El general Marcelo Araya llamó a la comunidad a sumarse al trabajo, recalcando el valor de la denuncia de los vecinos en la disposición de los recursos policiales, y sostuvo que "mi mensaje es que me permitan trabajar con ellos y para ellos, quiero conocerlos bien y tengan plena seguridad de que voy a tratar de aportar desde mi área el máximo posible de todos los esfuerzos para que todo salga bien y liderar y gestionar la función policial de la mejor manera".

¿Cómo recibe este ascenso a general y una jefatura?

“Es un orgullo y un honor, primero ser nombrado general y en segundo lugar que se me entregue la responsabilidad de la administración policial territorial en esta región. Llevo 32 años en Carabineros y no es una ambición, sino que es un anhelo poder optar a estos grados superiores dentro de la carrera profesional. También es un tema familiar, uno arrastra la familia y se da cuenta de que la función policial es más que esto, hay muchos involucrados, participando activamente sin darse cuenta, ellos están contentos. En tercer lugar uno renueva el compromiso y la confianza que ha depositado el Alto Mando y el Gobierno, que validó este nombramiento”.

Y en la Región de Coquimbo específicamente ¿conocía la zona?

“Cuando me mencionaron que me tenía que hacer cargo de esta región lo tomé de buena manera, nunca he prestado servicio acá y eso me compromete aún más a conocerla rápidamente. Me estoy interiorizando del diagnóstico regional y me motiva, porque siento que es una necesidad integrarme a este trabajo. Desde que asumí tengo la camiseta puesta por la región y mi compromiso es cien por ciento con los ciudadanos, porque soy agradecido de la institución y si me responsabilizan en este cargo, desde el primer minuto voy a trabajar por y para la región”.

Cuál será la línea de trabajo, más allá de los lineamientos del Alto Mando ¿Algún sello específico?

“Los carabineros somos muy disciplinados, damos cumplimiento a las órdenes mandatos y normas, y obviamente el cumplimiento a los lineamientos que da nuestro general director, muy relacionado con las políticas de Gobierno, que tienen por finalidad un objetivo común, que es posibilitar las mejores condiciones para que la gente pueda desarrollarse de la mejor manera en sus distintos ámbitos y eso va de la mano de la seguridad. El sello es el institucional, intensificar los servicios respecto de un buen servicio policial, que vean que los carabineros están presentes, para que la gente pueda vivir en paz. El bien común nos involucra a todos”.

¿Cómo se logra esto?

“Con mucho trabajo, con análisis y estudio de los casos, de la oferta policial y de lo que está demandando la ciudadanía. Cada región tiene una particularidad, tenemos que ser extremadamente específicos y profesionales para posibilitar que la gente pueda tener estas mejores condiciones de vida, con contacto permanente, de puertas abiertas y de carabineros presentes, eso es lo que vamos a hacer”.

PRINCIPALES DESAFÍOS

Una de las principales preocupaciones ha sido la baja en las denuncias ¿Cómo esperan revertir esta situación?

“Por una parte estamos propiciando que la gente tenga las mejores condiciones para poder denunciar y en los distintos ámbitos, una denuncia abierta o también dando la posibilidad de una necesaria reserva para aquellos casos que pueden ser muy dolorosos o complejos, y en segundo lugar, que la gente también tenga conciencia que en la medida que denuncie el hecho, este no va a quedar impune y va a quedar un registro importante que nos va a permitir orientar de mejor manera nuestros servicios policiales”.

¿Cuál es el mensaje en ese sentido?

“Que no es una pérdida de tiempo, es una base necesaria, que nos permite a todos mejorar nuestros propios sistemas. Se debe hacer un buen uso del nivel 133 para las emergencias y nuestros cuarteles las 24 horas del día están abiertos”.

Otro fenómeno complejo es la creciente percepción de inseguridad, pese a la baja de delitos ¿Qué análisis hace desde su experiencia y cómo trabajar por esto?

 “Es un tema que también se ha analizado y discutido ampliamente. El dato objetivo da cuenta de una disminución y eso es sobre la base de las denuncias y casos policiales. Aquí no se trata de decir que estamos bien, sino que tenemos que seguir trabajando, para evitar que aumenten los delitos y ojalá disminuirlo, es utópico que no existan delitos, pero tenemos que tender a la disminución. Frenar los delitos violentos, como el robo con intimidación o el robo en lugar habitado, porque eso aumenta la sensación de inseguridad. Es el llamado de alerta para que como ciudadanos adoptemos mínimos cursos de acción necesarios, porque muchas veces se propicia que el delincuente actúe con mayor facilidad”.

Lleva pocas horas en el cargo ¿Ha podido empaparse de la realidad de la Región de Coquimbo y sus necesidades?

“Si, ya estoy revisando algunos sistemas y ya preparamos el segundo turno en el sector, en la Plaza de Armas específicamente, estamos reuniéndonos con los carabineros, que están comprometidos con el servicio policial y una primera percepción es que en esta región y estas ciudades con mucho turismo, cultura y atractivos especiales, todos tenemos que contribuir. Veo en los carabineros de la región el compromiso y el entusiasmo en trabajar, pero necesitamos que nos cooperen. Hay muchas cosas en las que se pueden trabajar en conjunto con todos los actores”.

¿Se ha visto ese compromiso? Vimos muchas autoridades de gobierno y comunales en la ceremonia

 “Esa es una excelente señal de que estamos todos involucrados, fue muy grato que en un acto administrativo, que es más bien de índole interno en el que se ven aspectos propios de nuestra reglamentación, participen la primera autoridad de la región, junto a alcaldes y parlamentarios. Lo que nos permite conocernos desde el primer minuto, empezar a trabajar, intercambiar teléfonos y hacer las cosas más rápido con voluntad de aportar, eso es ya positivo. Me da a entender que en esta región las puertas están abiertas y todos tenemos el mismo interés, de que la gente pueda disfrutar tranquilamente de unas ciudades que son realmente maravillosas”.

RECIBIENDO LA POSTA

Al general Rolando Casanueva lo conoce ¿Cómo toma el hecho de ser su sucesor?

“Uno tiene la suerte de que la carrera profesional nos ubica en determinados lugares y con el general Rolando Casanueva, que hizo una excelente labor acá, nos conocemos hace muchos años, compartíamos los mismos sectores, hicimos cursos juntos, nos desarrollamos en distintas áreas específicas y hay determinadas etapas en que uno toma un camino u otro, pero siempre nos juntamos y para mí también es muy gratificante sucederlo en un cargo tan importante y más aún con la tranquilidad de que uno toma el teléfono y sabe que del otro lado va a haber una respuesta amigable”.

¿Ya conversaron?

“Si, ya me ofreció todo el apoyo y eso es propio de nuestra organización. Ayer nos saludamos, y nos dimos parabienes mutuos, porque él también inicia una nueva etapa, pero va a estar ligado a Carabineros y muy cerca de acá. Tengo los mejores recuerdos de él”. 6301i

RECUPERANDO LA CONFIANZA DE LA GENTE

Los problemas que ha enfrentado la institución a nivel nacional no lo dejan indiferente, pero tampoco le complican, el general Marcelo Araya asegura que “son temas dolorosos y obviamente no los aceptamos, nos duele y avergüenza, pero estamos conscientes de que tenemos que seguir trabajando, no son todos los carabineros y eso se ha visto reflejado en el trabajo que hacen los uniformados, en todos los lugares siguen trabajando y recibiendo muestras de afecto. Esperamos que casos de esta naturaleza nunca se repitan y es una señal de que la línea tiene que ir por el ámbito del trabajo, sobre todo del trabajo cercano y eso ha permitido que poco a poco se está recuperando la confianza de la ciudadanía”.

Una responsabilidad importante también para el jefe de zona, velar por un buen trabajo por lo menos en la región…

“Por supuesto, eso es fundamental y en esto no hay términos medios, el carabinero es uno solo. Existe una unidad de doctrina, que va de la mano del respeto a las normas, los derechos constitucionales, las personas y complementado con varias acciones que deben ser propias de un carabinero, como la empatía y la cercanía con la gente, lo que me encargaré de potenciar con el único fin de que esta región sea lo más segura posible”.

 

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