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El Ovallino
Elaborado por expertos del Centro AGRIMED de la Universidad de Chile, este documento busca convertirse en un valioso insumo de información para la agricultura y otras áreas de la economía, con el objetivo de ayudar a planificar sus inversiones a futuro en medio de un escenario de cambios en el clima.

Globales son ya los efectos que el fenómeno del Cambio Climático genera – y seguirá generando – alrededor del mundo, cambiando sólo la intensidad y la magnitud de estos cambios, dependiendo del lugar en que uno se encuentre. 

Chile no es ajeno a este fenómeno, y por ende se hace necesario contar con instrumentos e información que permitan que lo que a primera vista, pareciera ser un serio peligro, pueda convertirse al final en un desafío y una oportunidad. 

En ese contexto, y con la intención de proporcionar información y proyectar posibles escenarios de cambio climático de aquí al año 2050, nace el “Atlas Agroclimático de Chile”, iniciativa consistente en 6 tomos, de los cuales, el número 2, corresponde a nuestra región y a Atacama.

La iniciativa, que fue presentada este miércoles en Ovalle en las dependencias del Campus Limarí de la Universidad de La Serena, es pionera en su tipo en América Latina, y busca transformarse en una herramienta que entregue datos estadísticos para dimensionar los efectos que el cambio climático está ocasionando en la actividad agrícola, y cómo podría afectar, tanto positiva como negativamente, su desarrollo en las próximas décadas. 

En síntesis, se trata de responder a interrogantes sobre cuánto ha cambiado ya el clima en los últimos años, cuánto podría cambiar de aquí al año 2050 y especialmente, cuál podría ser el impacto de estos cambios en la agricultura y en los ecosistemas naturales.

 

LUVIAS A LA BAJA

En relación a la región, según Fernando Santibáñez, director del Centro AGRIMED de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile y principal autor del atlas, nuestro territorio continuará con la tendencia que se ha visto hasta ahora: descenso de las precipitaciones y temperaturas ligeramente más altas.

No obstante, el académico destaca un punto no menor: dichas condiciones de mayor sequía en la costa y en los valles, no se darían en la alta cordillera, donde de hecho señala, “las estaciones de monitoreo muestran un ascenso en lasprecipitaciones en los últimos decenios”.

Santibáñez explica que lo que cambiaría sería más bien, la estacionalidad de las lluvias. 

“Habría más agua en invierno, porque habría menos nieve. Al subir las isotermas, mucho más agua caería en forma líquida y menos en forma de nieve, lo cual indica que las correntías tenderían a desplazarse de la primavera hacia el invierno que es el momento en que no necesitamos el agua” afirma. 

En todo caso, asegura que la región está preparada, pues cuenta con un buen sistema de almacenaje de agua con sus embalses, y por ello, invertir y seguir desarrollando la infraestructura de riego y almacenaje hídrico es fundamental. “Necesitamos la mayor capacidad de embalses posibles porque en el futuro vamos a tener que ir hacia una gestión hídrica eficiente en todos los niveles” indica. 

MAYOR DISPONIBILIDAD DE INFORMACIÓN

En ese contexto, la publicación – a la que se puede acceder en línea en el sitio del Centro AGRIMED, www.agrimed.cl – fue bien valorada por los agricultores que asistieron al evento. 

Mirtha Gallardo, presidenta de la Asociación Gremial de Comunidades Agrícolas del Limarí, sostuvo que el atlas presenta “información clara y al alcance de todos, para que se puedan tomar buenas decisiones y crear buenas políticas públicas, independiente de los gobiernos de turno que hayan”.

En tanto, Luis Gallardo, vicepresidente de la Cooperativa Agrícola Rumpacoop de Ovalle, formada por pequeños comuneros de la comuna, quienes trabajan con la rumpa, fruto del copao, señaló que este documento “es de real importancia para proyectarnos como cooperativa, pues nuestro trabajo depende principalmente de lo que da la tierra. Es contar con una gran base de conocimientos para los próximos años”.

En esa misma línea, para María José Etchegaray, directora ejecutiva de la Fundación para la Innovación Agraria, organismo dependiente del Ministerio de Agricultura y que apoyó la creación del atlas, con la información que contiene esta publicación, se logran “tomar decisiones respecto de qué cultivos son los más adecuados, en qué territorios, y qué tecnologías o infraestructuras serían interesantes desarrollar, todo para dar sustento y mayor resiliencia a la agricultura y otras actividades productivas”.

 

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