Crédito fotografía: 
Rebeca Luengo P.
Gran parte de la comunidad de Tongoy se ha movilizado. Con marchas y en redes sociales se han manifestado exigiendo que se encuentre al responsable de la muerte del joven Lázaro Torrejón quien fuera encontrado muerto en la Ruta D-440 la madrugada del 6 de enero.

“Mamita, deja que me quede otro ratito, porque llegaron unos amigos y estamos compartiendo”, estas fueron las últimas palabras que escuchó Rosa Inés de su hijo Lázaro(19) cerca de la una de la madrugada del 6 de enero. 

Lázaro Torrejón era un joven muy querido en la localidad de Tongoy. Participaba en gran parte de las actividades que se realizaban en el balneario, desde futbol hasta cueca, él siempre decía que sí. El “chancho seis” como lo llamaba su hermano Álvaro, estaba en todos lados, demostrando habilidades que muchas veces sorprendían a su propia familia. 

Pero ese día todo cambió. Lázaro esperaba con ansías el verano para compartir con sus amigos de Tongoy y también con los que llegaban en la temporada estival. El viernes 5 de enero, junto a un grupo de jóvenes decidieron reunirse en la playa ante una fogata. Reuniones que lo llenaban de alegría como se demostró en los diversos vídeos que subieron a redes sociales.

Lázaro se había comprometido a llegar unas horas después, pero jamás llegó.

UNA MUERTE INESPERADA

Caminando solo por la ruta va Álvaro Torrejón. Se dirige desde su casa hasta el centro de Tongoy. Así lo hace todos los días, tal como ese sábado 6 de enero cuando se dirigía a trabajar. Es en el kilómetro 10 de la Ruta D-440 (Acceso Sur de Tongoy) que casualmente se encuentra con carabineros que estaban realizando diligencias. Habían encontrado un cuerpoen medio de la carretera. Álvaro se acercó y lo reconoció de inmediato, era su hijo Lázaro. “En la mañana me levante a trabajar a las seis de la mañana y no estaba en su pieza. Le dijea mi señora que lo llamara por celular y no contestó. Bajé caminando a mi trabajo y me encontré con carabineros. No puedo explicar lo que sentí”, señala el progenitor. Se presume que fue atropellado y que el conductor se habría dado a la fuga. Un trágico encuentro de Álvaro con su hijo y un nuevo sufrimiento para la familia.

Es que este no es el primer gran dolor que deben vivir los Lázaro Ávalos. Fue en el año 2008, cuando en la localidad de Tongoy ocurrió una seguidilla de suicidios y Álvaro y Rosa Inés perdieron al cuarto de sus hijos. Afectado por una depresión, Diego Torrejón se quitó la vida el seis de julio de 2008, con solo 21 años. Pero la muerte de Lázaro fue algo inesperado. Así lo dice Álvaro, su hermano, quien junto a su padre han realizado diversas acciones para encontrar al o los responsables.

“Cuando murió mi otro hermano, fue duro igual, pero esa vez había señales que él nos daba de que estaba enfermo, en una depresión o no sé. Ahora era un niño lleno de vida, que quería pasarlo bien, que quería estar bien. Era nuestro hermano menor y un día estaba bien y al otro día te dicen que está muerto”, relata Álvaro con tristeza.

Y es que para Lázaro nada era imposible. Su padre recuerda que había decidido dejar el liceo, porque quería hacer muchas cosas, estudiaba de noche y ya había encontrado un trabajo en el cultivo de ostiones. Fue campeón rural de cueca y en Tierras Blancas salió campeón de campeones. Era skater, futbolista, ciclista. Por eso a “su funeral fue mucha gente que lo  quería, que lo conocía. Fue casi todo el pueblo. Era un joven sano, tranquilo que no se merecía lo que le pasó”, señala el progenitor quien todos los días se detiene frente a la animitade Lázaro que se encuentra en la carretera y sigue luchando para que la muerte de su hijo no quede en el olvido.

“Todos lo conocieron desde niño. En Punitaqui tenemos familia y también fueron sorprendidos con su muerte. El tenía tantas habilidades, incluso en la familia quedábamos sorprendidos  de todas sus habilidades. Cuando chico nos daba risa la forma en que bailaba y después salió campeón de cueca por sus propios méritos. Era único”, recuerda su hermano Álvaro.

Según explica el hermano, cuando fue encontrado, el cuerpo de Lázaro estaba más cerca de la berma, pero con signos de haber sido arrastrado por la carretera. El joven y toda su familia siempre caminaban desde Tongoy hasta las Tórtolas en esta carretera, que no está iluminada y tampoco posee elementos para disminuir la velocidad. A pesar de las investigaciones, aún no existen sospechosos del atropello del joven, pero su familia cree que pudo ser alguien que los conocía. “Cuando lo encontraron tenía ordenado el polerón y una zapatilla en la berma. Nos dicen que puede ser alguien que lo conocía y que por respeto dejó sus cosas, pero escapó y queremos que este delito no quede impune, queremos justicia”, agrega Álvaro hijo.

Deseos de justicia a los que se sumó también toda la comunidad.

JUSTICIA Y SEGURIDAD

José Fernández llegó a vivir al balneario hace 10 años proveniente de La Serena, a los pocos días conoció a Lázaro en el colegio. Como todos los que lo conocían destaca su compañerismo y ganas de participar. “Era de hacer amigos cercanos, era tranquilo y solidario”.

Fue él quien, tras enterarse de la trágica muerte de su amigo, decidió crear la página de Facebook “Justicia para Lázaro” a la que se ha unido toda la comunidad. De ahí han surgido también otras actividades como la manifestación y toma de la carretera el viernes 2 de febrero, una misa al cumplir un mes de la muerte del joven el 6 de febrero y este jueves 22,un encuentro de 40 parejas de cueca en homenaje a Lázaro, en el que participó la agrupación Alma Cuequera.

“La muerte de nuestro amigo fue impactante para la familia, para mí que era su amigo y tenemos la misma edad y a todos los habitantes de Tongoy. Por eso dijimos basta y con los vecinos cerramos el puente para que nos pudieran escuchar. Este hecho nos hace daño como comunidad, porque Lázaro era un joven muy querido”.

José recuerda el caso de la pequeña Noemí Carrera (3 años), quien fue atropellada mientras se encontraba paseando por las calles de Tongoy el 1 de marzo de 2015 y aun no haycondena por este hecho. “Yo como encargado de la página “justicia para Lázaro” seguiré movilizándome, queremos que esto no pase desapercibido y también mayor seguridad para Tongoy, porque las autoridades se acercan para las actividades de verano y algún que otro tema, pero no escuchan las reales preocupaciones de los vecinos. Ahora todos somosLázaro”, agrega el joven.

María Barraza es cercana a la familia Torrejón Ávalos. Recuerda que se enteró de la muerte del joven por redes sociales y que de inmediato se comunicó con Álvaro padre, quien también es su padrino. Para la mujer es necesario que las diligencias se apuren y conocer lo que realmente sucedió esa madrugada y así, aliviar en parte el dolor de los cercanos al joven y de toda la comunidad. Además señala que requieren urgente instalar más luminarias en la carretera, una ruta que utiliza mucha gente para ir hacia y desde Tongoy y que además es vía deevacuación ante un tsunami.

Así también lo manifiesta el hermano de Lázaro, quien agrega que muchas personas que no poseen vehículos usan la ruta para ir al sector de Las Tórtolas. “No es sólo mi hermano,  ahora viene el tiempo del colegio y son muchos niños chicos que van caminando, personas adultas que van a sus trabajos. Nosotros vamos a llegar hasta las últimas consecuencias,hasta que aparezca el culpable de esto y se mejoren las condiciones para la gente que vive en el sector, por lo menos que se ilumine un poco el camino, porque en la noche eso es unaboca de lobo”.

QUERELLA Y ACOMPAÑAMIENTO

Quien también conoció a Lázaro Torrejón fue el alcalde de Coquimbo Marcelo Pereira. El edil señala que tras conocer la noticia de su muerte se pusieron a disposición de la familia, pero fue la movilización del 2 de febrero, con toda una comunidad exigiendo justicia y seguridad, la que los llevó a tomar otras medidas. 

Así, el 6 de febrero se presentó una querella criminal en el Juzgado de Coquimbo en la que no sólo se busca que avancen las indagaciones y conocer al culpable, sino que también el proceso investigativo lo lleve la Brigada de Homicidios de la PDI.

“Yo lo conocía personalmente y a todos nos chocó la pérdida de Lázaro y por eso como alcalde junto a la familia hemos interpuesto esta querella para poder encontrar al responsable.No podemos dejar que esto quede así, queremos saber quién fue el que realizó este crimen y no dejarlo impune. Él era un coquimbano más y ya ha pasado más de un mes y no se sabe nada. Esperamos que prontamente tengamos una respuesta y entregársela a la comunidad entera para que puedan estar tranquilos.”

Respecto al tema de la seguridad,  señala que ya se está trabajando en revisar el lugar y poder entregar mayor seguridad a conductores y peatones que transitan por la ruta. “Estamos evaluando cuáles son territorio con concesión de la carretera y cuáles no. En los lugares que correspondan a administración municipal, me comprometo a poner iluminación y señalética correspondiente y entregar más seguridad a nuestros vecinos de Tongoy”. Desde el municipio se informa que existe completa disposición, pero aún se está evaluando técnicamente cuales la solución para dotar de alumbrado público el lugar, debido a que es un sector que se encuentra alejado de los últimos postes de luz que existen en el centro de la localidad. Es por ello que se analiza la posibilidad de instalación de luminarias fotovoltaicas. El objetivo es generar mayor seguridad en un sector que es transitado y la única forma de conectividad entre los habitantes de Las Tórtolas con Tongoy. 

Por su parte, los vecinos de Tongoy continúan rindiéndole homenajes a uno de sus habitantes más queridos y que partió sin explicación. Hoy, como dice el joven José Fernández, “todos somos Lázaro” y no descansarán hasta saber qué ocurrió y quien fue el responsable de la partida del muchacho más participativo del balneario.

 

 

 

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