Gustavo Cortés Parra no tuvo impedimento alguno para recibir a nuestro equipo periodístico y contarnos lo bien que se encontraba después de la operación, bastaba ver su impecable sonrisa e inagotable energía para darse cuenta que el agricultor de 43 años -oriundo del interior de Ovalle- se encontraba en perfectas condiciones un par de días después de haberse sometido a una operación sin precedentes en la Región de Coquimbo.
Se trata de una gastrectomía total laparoscópica con linfadenectomía y colecistectomía, que en simples términos, radica en la extracción completa del estómago, de la vesícula y de los ganglios linfáticos cercanos al tumor para evitar que se propague el cáncer por medio de un laparoscopio, instrumento quirúrgico consistente en un tubo fino y flexible dotado de elementos ópticos que sirven para mirar el interior del abdomen.
A don Gustavo le diagnosticaron cáncer al estómago hace dos meses, recuerda que cuando les comunicó la noticia a su familia y amigos cercanos todos lo tomaron pensando en que pronto dejaría este mundo, sin embargo, el hombre manifestó que ahora él y sus cercanos están todos felices, no pudiendo creer aún lo rápido que pudo ponerse de pie luego que le habían dicho en primera instancia que le costaría un tiempo de 3 o 4 meses para hacerlo. Pero a Gustavo le tomó tan solo dos días.
El agricultor ahora tendrá que esperar un tiempo para volver a comer los asados que tanto le gustan y aguantarse la “infaltable” copa de vino, puesto que su interés está en cuidarse e ir recuperando de a poco su rutina de vida.
LA OPERACIÓN
Marcelo Beltrán y Francisco Rodríguez fueron los cirujanos que realizaron la operación. Cuentan que decidieron optar por la cirugía laparoscópica debido a que era un cáncer que estaba en proceso de avance y que dicha técnica es la que en la actualidad se está imponiendo en Chile y en el mundo. Según consignó Beltrán, la característica principal es que es un procedimiento mínimamente invasivo, es decir, que se evita tener que hacer una incisión de mayor proporción en el abdomen y a través de una de menor envergadura se puede operar una cirugía grande.
El médico cirujano explicó además que los beneficios para el paciente que se somete a dicha operación son bastantes, como la rápida recuperación, mínimo dolor, se evitan complicaciones posteriores como hernias y desde el punto de vista físico, no queda una gran cicatriz como en la operación tradicional.
Agrega que la operación realizada a don Gustavo duró aproximadamente seis horas, esto debido a que “la experiencia en la región sobre estos procedimientos no era mucha, pero lo ideal es que dure cuatro”.
NO ES PARA TODOS
El doctor Beltrán añadió que dicha cirugía no puede ser realizada en cualquier persona, ya que “el tumor debe reunir un conjunto de características”. Entre ellas que sea un tumor pequeño, que no esté avanzado y que no haya producido metástasis. Por lo tanto, si el tamaño es mayor y se ha producido la propagación de la enfermedad no puede hacerse dicha intervención.
Lo anterior produce una complicación mayor, ya que “la mayoría de los cáncer gástricos se diagnostican cuando estos ya están avanzados”, enfatizó.
UNA CIRUGÍA QUE AMPLÍA HORIZONTES
El cirujano Francisco Rodríguez, dijo que haber concluido con éxito la operación es motivo de orgullo pero por otro lado es un componente motivador para seguir realizando procedimientos laparascópicos y mínimamente invasivos en toda el área de cirugías digestivas, ya sea en el estómago, páncreas, apéndice o en el hígado.
Rodríguez comenta que las cirugías de este tipo son parte del desarrollo en la materia “que nos va a traer un sinnúmero de beneficios para el paciente”, señalando que en el rubro de los cirujanos se hace cada vez más frecuente una formación respecto a estos procedimientos.
CULMINANDO UN ARDUO TRABAJO DE AÑOS
El doctor reconoce que un cirujano recién egresado tiene ciertos conceptos y técnicas básicas de laparoscopía y que para llegar a realizar cirugías que ejecuten las herramientas requiere de más preparación.
En complemento, Beltrán manifiesta que la cirugía recientemente finalizada “puede verse como la culminación de un proceso”. Ya que se habían hecho cirugías gastroesofágicas por medio de la técnica “y esto nos ha dado la habilidad para poder avanzar y sentirnos preparados para proceder con la operación realizada para tratar el cáncer gástrico”.
Rodríguez puntualizó diciendo que si bien haber finalizado la operación con éxito y que constituye un motivo de celebración, deben calmar los ánimos para comenzar a pensar en el próximo paciente que será intervenido con la misma técnica. 6401i