Crédito fotografía: 
Andrea Cantillanes
La madrugada del 17 de marzo un sujeto ingresó disparando a la discoteca Águra del centro de la ciudad, hiriendo a seis personas. Pese a que el municipio anunció de inmediato que haría las gestiones para clausurar el lugar, sólo el gobierno tiene la facultad para hacerlo de manera inmediata, lo que hasta ahora no ha sucedido ya que continúan evaluando si el funcionamiento constituye un peligro para la comunidad.

Cecilia Ruiz nunca podrá olvidar la madrugada del sábado 17 de marzo. Lo que sería un día de fiesta terminó en una tragedia que dejó a seis personas heridas de bala, una de ellas íntima amiga de Ruiz.

La jornada comenzó tranquila. Junto a sus cercanos, iniciaron la celebración en una casa particular, en Las Compañías “haciendo la previa”, para posteriormente bajar hasta el centro de La Serena a continuar la fiesta de cumpleaños de uno de los integrantes del grupo.

El destino elegido fue la discoteca Águra, ubicada en calle Balmaceda. Todo en orden, pese a la masiva concurrencia, según cuenta Cecilia, hasta que a eso de las 03:00 am, una discusión llamó la atención de los asistentes y también del personal de seguridad del recinto.

Un hombre y una mujer se gritaban mutuamente y un tercer sujeto intervenía. Al parecer, se trataba de “un lío de faldas”. Un ataque de celos por parte de un parroquiano, pero nada más. “Nunca pensamos que todo terminaría tan mal”, relata Ruiz, quien continuó en lo suyo, sin alarmarse, sobre todo cuando vio que los guardias sacaron del lugar a los involucrados en el incidente.

Sin embargo, cuando todos pensaban que el incidente había quedado ahí, sucedió lo impensado. De acuerdo al relato de Cecilia, minutos después  de lo ocurrido al interior de la discoteca, un automóvil se detuvo en la puerta del local y un hombre bajó con una pistola en sus manos, disparando e ingresando a la fuerza, lo que causó el terror de todos los presentes. “Cuando sentimos los disparos, no entendimos bien lo que pasaba, hasta que alguien gritó que nos tiráramos al suelo y todos se agacharon cubriéndose la cabeza con las manos”, relata Cecilia Ruiz.

Ella entró en pánico y no siguió las instrucciones, lo que a la larga fue la mejor decisión. Se encerró en el baño de local, mientras escuchaba cómo el sujeto ya había iniciado una balacera. “No sabía qué hacer. Fueron como cinco minutos que estuve ahí encerrada, pero lo sentí como una eternidad. Me tapé los oídos, pero igual escuché los balazos, fueron siete u ocho, no te lo podría decir, porque uno en ese momento no piensa con claridad. Lo único que se me venía a la mente era que estuvieran matando gente y que me encontraran a mí y me dispararan”, relata, todavía con la angustia de recordar aquel momento.

SIN MUERTOS, PERO SEIS HERIDOS.

El infierno terminó cuando personal de Carabineros llegó al lugar y pudo repeler el ataque, pero no se logró la detención de los responsables. Afortunadamente, no hubo muertos. Sin embargo, seis personas resultaron heridas. “Cuando salí del baño, se estaban llevando a las personas lesionadas. Y una de ellas era mi amiga, que recibió un disparo en una pierna. Como te digo, fue terrible, sinceramente no se lo doy a nadie”, manifiesta Ruiz, una de las personas que hace casi un mes tuvo que vivir el acto delictual.

El hecho está siendo investigado por la Brigada de Homicidios de la PDI, quienes trabajan en el caso, pero todavía no se ha logrado capturar a los responsables.

 

VECINOS: “NADA HA CAMBIADO”.

Concurrimos al sector donde tuvo lugar la balacera y los locatarios manifestaron que nada ha cambiado desde el episodio y que las medidas de seguridad no se han intensificado como se dijo en su minuto. Sobre todo porque episodios de esta naturaleza no son comunes en la región. De hecho, sólo se tiene registro de dos, uno ocurrido al interior de una salsoteca en el Barrio Inglés de Coquimbo, donde hubo un fallecido, y el del mes pasado, en La Serena.

La mayoría de quienes trabajan a diario en el lugar prefieren no involucrarse en el asunto, por miedo a represalias. “Lo que pasa es que todavía no encuentran a los gallos, y es muy complicado andar haciendo comentarios”, dice el funcionario de una fotocopiadora cercana.

El dependiente de una empresa funeraria emplazada frente del recinto Águra coincide. “Acá estamos igual. Por las noches la disco sigue en funcionamiento y hay peleas todos los fines de semana. Eso va a seguir pasando hasta que no aumenten la seguridad en el espacio público o simplemente lo cierren”, expresa.

Ruth del Pinto, quien se desempeña en una farmacia próxima, fue una de las pocas personas que entregó su visión con nombre y apellido, y expresó que la preocupación es generalizada tras lo ocurrido. Sin embargo, existen grandes diferencias entre lo que sucede en el día con respecto a la noche. Según afirma, apenas comienza a caer el sol, esa cuadra se transforma. “Llega gente de todas partes. Por eso nosotros cerramos temprano, para no arriesgar a las trabajadoras, pero igual ha habido locales donde han intentado entrar a robar. Todo esto uno lo asocia”, cuenta Pinto.

 

AGRUPACIÓN DE LOCATARIOS.

Los dueños de restaurantes y pubs del centro de la ciudad también se sorprendieron cuando ocurrió la balacera, que dejó seis heridos, entre ellos, la amiga de Cecilia Ruiz. Así lo consigna el presidente del gremio en este sector, Rodrigo Estay, quien es categórico al afirmar que “ha faltado voluntad y unión”, para solucionar los problemas de seguridad.

Precisó que como organización han asistido a diferentes reuniones con autoridades, pero “lo que se concluye después no se concreta”, manifiesta, poniendo como ejemplo la vez que, según dice, acordaron crear un comité de seguridad en el que participen los vecinos y los locatarios, pero “finalmente no se realizó”.

Pero Estay llama a la tranquilidad. Si bien reconoce que la delincuencia existe, asegura que todavía no se llega a niveles como los que hay en otros sectores céntricos del país, como Valparaíso o la Región Metropolitana, por lo que “todavía estamos a tiempo para que esto no siga avanzando (…) Yo todavía creo en un centro turístico, patrimonial y seguro. Que cosas como lo que ocurrió en Águra no empañen lo bueno que hacen otros locales, pero para eso hay que ser firmes y tomar las medidas que correspondan”, sostuvo.

 

ORGANIZACIÓN VECINAL.

Andrea Maureira trabaja en la pastelería Hansel y Gretel a un par de locales de distancia del Águra. Actualmente lidera una agrupación vecinal a la que pertenecen exclusivamente residentes y locatarios de la cuadra que comprende calle Balmaceda, entre Avenida Francisco de Aguirre y Juan de Dios Pení, quienes están en proceso de obtener personalidad jurídica.

Maureira cuenta que lo que llevó a que agilizaran su constitución fue precisamente la balacera ocurrida en la discoteca, ya que no podían aceptar estos hechos de violencia extrema. “Si nadie hace nada, lo único que queda es la organización propia para exigir que las autoridades se pongan las pilas”, indica la dirigente.

Precisa que a la fecha no hay mejoras en cuanto a la seguridad, ni por parte de Carabineros ni del municipio, “siendo que se habían comprometido”, afirma.

 

“EL CIERRE NO ES LA SOLUCIÓN”

Ella no pide el cierre del controvertido local, sólo que exista una mayor regulación y control, ya que cuando empieza a funcionar se ven los primeros indicios de desorden, pasando a llevar a los demás. “Aparte de los hechos violentos, ya el tema de la música es algo incómodo, porque comienza muy temprano y afecta a los otros locales. Si se soluciona eso y la vigilancia nosotros no podemos pedir que un emprendimiento deje de funcionar, porque todo el mundo tiene derecho a trabajar, pero sin molestar  a nadie”, asegura.

 

SOLICITUD MUNICIPAL.

El municipio de La Serena reaccionó desde el primer minuto y de manera radical. Tras conocerse los acontecimientos el 17 de marzo, el alcalde Roberto Jacob manifestó que pretendía dar una potente señal en contra de la delincuencia y solicitaría una reunión con la intendenta Lucía Pinto para pedirle la clausura del local en cuestión, ya que sólo el Gobierno tiene la potestad de cerrar de manera directa un recinto cuando constituye un peligro para la comunidad, según lo dicta la Ley de Alcoholes en su artículo 50 donde se señala que “sin perjuicio de las clausuras impuestas por la autoridad judicial, los intendentes y gobernadores podrán clausurar los establecimientos de expendio de bebidas alcohólicas, donde se hubieren cometido hechos delictivos graves, o que constituyan un peligro, para la tranquilidad o moral públicas”.

El concejal por la comuna, Félix Velasco confirmó que desde el concejo se envió la carta a la primera autoridad local, precisamente aludiendo a esta normativa. “Este es el camino más rápido. La misiva ya se envió y estamos a la espera de la respuesta. Lo que sí acordamos nosotros como concejo es no renovar la patente a este lugar llegado el minuto”, precisó.

 

GOBIERNO EVALÚA LA SITUACIÓN.

Pese a que se buscaba agilizar una resolución, el cierre de Águra todavía está en veremos. Consultada la intendenta Lucía Pinto, manifestó por escrito que solicitaron un informe a Carabineros con el fin de evaluar la pertinencia de tomar la drástica medida.  “La seguridad de los habitantes de la Región de Coquimbo es una de las prioridades que tenemos como gobierno, y es por eso que hemos solicitado un informe,  con el fin de evaluar si este establecimiento  constituye un peligro para la tranquilidad de la ciudadanía”, indica Pinto, quien agrega que si esto fuera efectivo no dudarán en llevar a cabo la clausura. 

 

CARABINEROS EN ALERTA.

El prefecto de Coquimbo, coronel Francisco Opazo, se hace cargo de lo expresado por los vecinos y manifestó que está en conocimiento de lo que ocurre  en el sector, de los desórdenes y que existe gente que consume licor en la vía pública y se están haciendo los informes pertinentes para ser presentados a la autoridad, tanto en la Intendencia como en el municipio. “Hemos conocido de situaciones que son preocupantes y que la autoridad deberá sopesar”, indicó el oficial.

Eso sí, descarta que no se hayan intensificado las medidas preventivas. “Tenemos gente de infantería y patrullas de manera permanente. Y por cierto que están recabando los antecedentes y resguardando el orden”, aseveró Opazo.

 

MUNICIPIO AVANZA.

De todas formas, y más allá de lo acontecido en la discoteca, el alcalde de La Serena, Roberto Jacob ha manifestado que las medidas de seguridad en el centro  de la ciudad en general están mejorando con una potente inversión proveniente del Ministerio del Interior, con las cámaras de seguridad con altoparlantes que ya están operativas, sumadas a las casetas en puntos estratégicos. Además, ya está contemplada la adquisición de cuatro drones para implementar la vigilancia aérea, todo para evitar que eventos como el del pasado 17 de marzo vuelvan a repetirse. 4601iR

 

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