• El estudio ejecutado por INIA analizó diferentes alternativas forrajeras de auto siembra con bajo requerimiento hídrico, como el trébol y la alfalfa de secano
  • El estudio ejecutado por INIA analizó diferentes alternativas forrajeras de auto siembra con bajo requerimiento hídrico, como el trébol y la alfalfa de secano
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El Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA Intihuasi, está estudiando diferentes alternativas forrajeras para el ganado caprino, mediante la optimización del recurso hídrico en la producción de las especies.

Sorprendidos y con ganas de implementarlo es sus propios predios quedaron los más de 50 crianceros de las comuna de Canela y Combarbalá que participaron es los dos Días de Campo donde conocieron diferentes alternativas forrajeras con bajo requerimiento hídrico para la alimentación del ganado caprino.

Las actividades, que se enmarcan en el proyecto “Mejoramiento integral de los sistemas de producción caprina en las comunas de Punitaqui, Monte Patria, Canela y Combarbalá” el cual es financiado por el Programa Presidencial Zonas Rezagadas fueron organizadas por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias INIA Intihuasi, con sede en la provincia del Limarí y busca mostrar y enseñar a los productores de cabras de ambas comunas, la existencia de alternativas forrajeras de bajos requerimientos hídricos, que pueden ser empleadas a pequeña escala en sus goces singulares con disposición de agua.

Esta iniciativa permite acreditar la existencia de otras opciones de alimentación con especies que muestran buen comportamiento en producción y valor nutritivo. No sólo se puede pensar en la tradicional alfalfa cuyos requerimientos de agua son superiores, lo que permite disponer de este vital recurso para otros usos dentro del predio.

Hugo Rojo, ingeniero agrónomo e investigador de INIA explicó que el objetivo es mostrar y enseñar los resultados obtenidos en la siembra de alternativas forrajeras de bajo requerimiento hídrico. “Tenemos variedades que han mostrado buen comportamiento en producción de forraje y valor nutritivo, lo que nos tiene muy contentos y estamos confiados en una recomendación técnica en la entrega del informe final del presente proyecto”. 

El profesional mostró conformidad con los resultados obtenidos siendo favorable en las cuatro comunas intervenidas y en función a la realidad de cada una de ellas. (Monte Patria, Punitaqui, Combarbalá y Canela).

“Al principio para ellos era algo desconocido, vieron que las plantas son productivas y con menores requerimientos de agua, estaban sorprendidos, pero después se fueron dando cuenta que es factible”, indicó el investigador.

Rodrigo Jofré, agricultor de La Jarilla sostuvo que con este proyecto conocen otros forrajes para complementar la alimentación de sus animales. “Me parece muy bien lo que están haciendo, está el chance de que la gente criancera haga esto para tener forraje para los animales. Yo estoy con todas las ganas de ponerla”.

Adolfo Plaza, del divisadero de Quilitapia, se mostró sorprendido con el proyecto. “Quede sorprendido por el crecimiento de las plantas y el sistema de riego, porque tenemos una escases hídrica y esto es fundamental para lo que necesitamos nosotros, así que lo caracterizo como muy óptimo para lo que es la zona, si pudiéramos aprovechar estos cursos, estos proyectos, sería fantástico”.

Andrés Chiang, Secretario Regional Ministerial de Agricultura destacó el proyecto de INIA ya que estudia mejoras para la ganadería caprina de la Región “El traspaso que hace el INIA, a través de este Programa de Zonas Rezagadas, de conocimiento y de evaluaciones concretas de qué forraje puede ser entregado al animal, pero con menos requerimiento hídrico, busca poder entregar estos conocimientos, pero más que eso mantener esta actividad patrimonial de la Región de Coquimbo porque la hace sustentable y acorde con el cambio climático que estamos viviendo”.

Alternativas forrajeras

El estudio ejecutado por INIA analizó diferentes alternativas forrajeras de auto siembra con bajo requerimiento hídrico, como el trébol y la alfalfa de secano, evaluando dos sistemas de riego (goteo y aspersión) y tres tasas de riego (275, 400 y 600 mm) en parcelas demostrativas ubicadas en cada una de las comunas pertenecientes al Programa de Comunas Rezagadas.

Leoncio Martínez, Ingeniero Agrónomo, doctor y consultor de INIA expresó que “en general los cultivos en esta zona necesitan de riego para poder producir en forma adecuada, porque el agua en forma natural solamente está disponible en los meses de invierno”, agregando que “para ser exitoso en estos ensayos de variedades de alternativas forrajeras es necesario regar durante gran parte de la temporada y para eso hubo que diseñar y después instalar un sistema que fuera compatible con la producción y con el manejo de los ensayos”.

El investigador explicó que se evaluaron diferentes tasa de riego, llegando a la conclusión que es suficiente regar con 275 mm durante la temporada. “La primera conclusión es que habiendo riego la producción es mayor, segundo, la baja disponibilidad de agua en esta zona de secano no es mucha, por lo tanto, nosotros tenemos que ser cuidadosos con las cantidades de agua a aplicar y pensamos que con tasas de riego del orden de los 275 a 400 mm podrían satisfacer las necesidades de las plantas”, detalló.

 

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