La crisis hídrica se hace un espacio en la campaña presidencial

En medio de los diversos debates que han marcado la carrera presidencial hasta ahora, destacó este jueves el realizado por el canal La Red, precisamente por el tema que se abordó: el agua.

Y es que pese a su importancia, la crisis hídrica ha quedado relegada a un segundo plano frente a otras temáticas que han copado la agenda.

De esta forma, cinco de los siete candidatos presidenciales se enfrentaron vía telemática en el encuentro titulado “Futuro del Agua en Chile”, de cara a las elecciones del próximo 21 de noviembre. 

Durante el programa, todos los candidatos dieron a conocer sus respectivas posturas sobre el agua y posicionaron una serie de ideas.

Sin embargo, ¿cuál es la mirada local sobre el tema del agua más allá del debate electoral? ¿Hay coincidencia entre los usuarios del agua y actores políticos?

 Actuar con urgencia

Desde el mundo rural, la presidenta del Consejo Regional Campesino, Leticia Ramírez, explica que al menos desde el año 2005 vienen advirtiendo sobre la falta de agua y dice que hasta ahora, la reacción del mundo político, ha sido poca o nula. 

En ese sentido, apunta a dos aspectos que a su juicio son vitales en cuanto al futuro del manejo y gestión del agua en el país: la marcha del proceso constituyente y la construcción de obras de infiltración de pequeña escala en los campos. 

“Tenemos que hacernos cargo de lo que dice la ciencia y también de lo que se vive en el territorio, porque hoy llueve de una manera distinta, por tramos, algunos dirán que será difícil saber dónde va a llover el día de mañana, pero la gente del territorio sabe. Entonces, donde se genera mayor escorrentía, por ejemplo, obviamente ahí hay que hacer las obras”, explica. 

En ese sentido, considera que llegó el momento de que las autoridades actúen con urgencia, pues en muchos aspectos “ya es demasiado tarde. Vemos que muchos dicen cosas que pueden ser muy coherentes, pero una cantidad grande de políticos actúan sobre el slogan y hay poca práctica, poca realidad”.

A su parecer, el tiempo de las palabras ya pasó, “y las medidas contra la sequía deben ser tomadas ya”.

“Si bien creo que los candidatos no están tan perdidos, solo espero que lleven a la práctica lo que dicen, porque nosotros hace tiempo que escuchamos promesas, pero poco se hace”, agrega.

Mirada de largo plazo 

Para Pelayo Alonso, presidente de la Junta de Vigilancia del Río Elqui, el objetivo debe estar puesto en crear una política de manejo y gestión del agua para el largo plazo. 

Si bien dice hay coincidencias sobre lo que hay que hacer, “el tema es cuándo, cómo y quién lo financia”. Sin embargo, valora que “hay concordancia respecto a cuáles son las medidas, además de buscar fuentes alternativas”.

En efecto, a juicio del presidente de la JJ.VV. del Río Elqui, alternativas como la recarga e infiltración de acuíferos, “que puede proveer agua en la medida que sea una extracción medida y controlada y que converse con sus reales capacidades de entrega de agua y reposición”, e incluso el procesamiento y reutilización de las aguas grises, deben ser tenidas en cuenta como alternativas serias para el abastecimiento hídrico. 

Sobre la gestión del agua, Pelayo Alonso se mostró de acuerdo con un manejo descentralizado, reconociendo las características de cada cuenca. 

“Yo creo que es importante descentralizar y buscar soluciones adaptadas a cada medio. Nuestras soluciones a lo mejor son distintas que las soluciones que se pueden dar para la hoya del río Maipo o del Cachapoal por ejemplo. Y en ese sentido, las soluciones y el desarrollo de políticas a largo plazo deben conversar con las características propias de cada hoya hidrográfica”, manifestó.

El problema mayor  

Desde el mundo académico en tanto, para el ingeniero agrónomo, Pablo Álvarez, director del Laboratorio Prommra de la Universidad de La Serena y del Consorcio Centro Tecnológico del Agua Quitai-Anko, la crisis hídrica debe leerse dentro de una mirada más amplia, ya que tiene efectos más profundos y de largo plazo, como es el cambio climático. 

A su juicio, esta condición sobrepasa ampliamente las acciones de un gobierno y probablemente incluso, los plazos de una Constitución, por lo que sus efectos serán sin duda, relevantes en el devenir. 

Ello, porque al panorama de escasez habrá que agregarle, explica, otros escenarios propios de este proceso de cambios que está viviendo el clima como son los eventos extremos, como pueden ser los periodos torrentosos de muy corto plazo, con crecidas, avalanchas e inundaciones inclusive.

Sobre temas más particulares, como son la gestión a nivel de cuencas y la descentralización de la institucionalidad, Álvarez manifiesta algunas dudas. 

“No veo cómo conectan las acciones concretas que van a desarrollar para que la cuenca se gestione como un cuerpo vivo, activo e interactivo con un montón de componentes interiores. Eso también requiere de una autoridad”, señala, agregando que en dicho escenario, los municipios debieran cumplir un rol importante dentro de un modelo de gestión local. 

Sobre el proceso de descentralización en sí, el académico sostiene que éste “tiene que ir acompañado de competencias, capacidades, recursos para el proceso de gestión del agua de manera integrada en un territorio donde deba haber probablemente, algún tipo de autoridad que pueda establecer esta gestión y supervigilarla”. 

Para esto último dice, se requiere que el agua deba ser “medida”, es decir contar con los mecanismos adecuados para monitorear el recurso hídrico en tiempo y lugar. “De lo contrario no habrá manera de ordenar el sistema”, advierte.