El Ovallino
Este viernes, el ministro de Agricultura, Antonio Walker, llegará a la región de Coquimbo para ver en terreno los graves efectos que la escasez hídrica ha generado a nivel local, especialmente en el sector silvoagropecuario, probablemente el rubro económico más afectado por esta condición.
Si bien, a inicios de año se pronosticaba una temporada normal de lluvias, lo que auguraba un cierto optimismo de parte de los agricultores luego de un 2018 seco, finalmente la evolución del clima, al menos hasta estos días, ha dicho otra cosa: escasez de precipitaciones llegando casi a un 80% de déficit de lluvias, escasas reservas de nieve en la alta cordillera, además de temperaturas más extremas con máximos más altos y mínimos más bajos (heladas), sólo han empeorado un escenario que ya se veía preocupante.
Como cabía de esperar todo ello ha repercutido negativamente en el sector agrícola que hoy clama por ayuda.
Es por ello que para este viernes, el ministro de Agricultura, Antonio Walker, tiene prevista su llegada a la región, para ver en terreno la situación de urgencia que afecta a agricultores y crianceros por igual.
Todo el peso de la crisis sobre los crianceros
¿Pero qué es lo que el secretario de Estado podrá ver durante su breve visita? En primer lugar, su recorrido se concentrará en la provincia del Limarí, epicentro de la sequía, por la cantidad de población rural que concentra y por los rubros agropecuarios de las que ésta depende.
En ese sentido, y al igual que en otros episodios de sequía del pasado, es el mundo criancero el que hoy se está llevando la peor parte.
“Este es uno de los años más secos de los últimos 50 años. El año 1969 fue muy parecido a esto, pues no recordábamos una sequía tan grande como ésta, con tanta ausencia de lluvias y que está afectando la forma de vida de nuestros crianceros” señala al respecto, Juan Carlos Codoceo, consejero regional y presidente de la Asociación de Crianceros del Limarí.
“La sequía no ha dejado nada, no hay pasto para los animales, los cuales están abortando, se están muriendo. Basta recorrer los sectores interiores de las tres provincias para darse cuenta que vivimos una situación realmente grave” agregó.
Codoceo explica que esta situación se explica por la sencilla razón de que no hay forraje para el alimento de los animales. “Lo más grave en este momento, es la entrega de forraje para el ganado de forma urgente, entrega de cajas de alimentos para las personas, mangueras, tanques o copas para el agua, y la reactivación de un plan de empleo de emergencia” aseguró el dirigente, quien encabeza una mesa de trabajo para la sequía, con los consejeros regionales y representantes de los municipios rurales.
En ese sentido, Codoceo hizo hincapié además, en las barreras que hoy enfrentan los crianceros para poder acceder a financiamiento rápido. “En el área de Ovalle al menos, ellos no tienen acceso a créditos blandos. Por tanto el llamado que hacemos al ministro Walker es que exista la posibilidad de que puedan contraer un crédito blando para poder hacer frente a esta sequía. Ellos son muy buenos pagadores, pero se debe agilizar esa posibilidad. Menos burocracia, por favor” expresó. “No necesitamos más diagnósticos, todo el mundo lo conoce, ahora llegó la hora de actuar”.
APR con poca o sin agua
Otra arista que deja en evidencia la sequía es la situación de los comités de Agua Potable Rural (APR). Si bien, éstos se relacionan con el Ministerio de Obras Públicas, a través de la Dirección de Obras Hidráulicas, DOH, de todas formas, la crisis hídrica tiene seriamente preocupados a sus usuarios.
Luis Alfaro, presidente de la Asociación Gremial de Agua Potable Rural del Limarí, señaló que el presente de dichos comités, es diverso, pero crítico.
“Hay APR bajo decreto de escasez hídrica. Ellos tienen derecho a sacar agua, pero no tienen derecho a inscribir el agua porque las cuencas están agotadas. Hay otros APR que están siendo abastecidos por camiones aljibe. Y para eso debemos buscar una rápida solución a este problema, porque esos comités representan problemas y gastos mayores para el Estado, pero aun así, éste no ha hecho gran cosa para solucionar ese problema. Y finalmente, tenemos otros APR que no tienen agua, como es el caso de Manquehua, Soruco o Quilitapia” afirmó Alfaro.
Para el dirigente, el desafío es encontrar las herramientas para poder enfrentar la problemática de la sequía, tratando de armonizar las necesidades de la agricultura con las que plantea el consumo humano.
“La primera prioridad del agua debe ser para la vida. El Estado debe manifestarse a través de un decreto presidencial o un cambio en un artículo en la ley, en la cual les dé automáticamente a los comités el derecho de utilizar el agua. Es poca el agua que nosotros necesitamos para sobrevivir comparado con el agua que ocupa la agricultura” señaló.
Cambio climático y proyecciones
Desde el punto de vista meteorológico, los pronósticos proyectan un 2019 que iría de normal a seco. Con un 80% de déficit promedio de lluvias, la situación se ve preocupante. ¿Pero cuáles son –y serán - sus efectos en el terreno?
Según el académico del Departamento de Agronomía de la Universidad de La Serena y director del Laboratorio PROMMRA, Pablo Álvarez, el primer efecto se verá en nulo o casi nulo crecimiento real de vegetación tanto en los valles como incluso en la cordillera, lo que se traduce “en que las posibilidades de pastoreo del ganado caprino, son muy limitadas, porque la cantidad de producción verde que va a haber en las zonas de secano va a ser muy baja, y la mayoría de la producción caprina se desarrolla en esa zona” señala.
“Lo más probable es que ello implique que se deba suplementar esa alimentación con otras fuentes o con otro lugares de pastoreo (…) Yo creo que para esas personas que viven en el secano y que viven del secano, esta temporada va a ser particularmente dura” añade.
El punto positivo – o menos negativo- es que en las áreas alimentadas por riego, como ríos y embalses, se dispone de algo más del vital elemento, gracias señala, “a que las organizaciones de regantes han sido más cautelosas y por tanto, tienen una mayor reserva en los embalses, particularmente en Elqui y Limarí”.
“En el Limarí se va a distribuir de manera más conservadora el agua y eso permite pensar en que hay una condiciones relativamente estables para esta temporada y la próxima” agrega.
Ahora bien, sobre la intensidad de la sequía, el académico Pablo Álvarez, señala que en términos de caudales y precipitaciones, 2019 será un año semejante a 1968, cuando la región también se vio azotada por una fuerte sequía.
“Esto viene a sumar un nuevo año crítico a la región, al igual que lo ocurrió entre 1968-1972, 1993-1996 y después entre 2010 y 2015” señaló. En ese sentido, el académico afirmó que es necesario preparase para la eventual repetición de estas condiciones climáticas en el futuro “con una mayor frecuencia y con extremos más acentuados, con máximos más altos y mínimos más bajos. Lo otro es que hay una línea tendencial de largo plazo que indica que los valores medios van disminuyendo. Hay una tendencia a una menor disponibilidad de agua. Eso es efectivo” afirmó.
De todas formas, Álvarez aclaró que dentro de una tendencia de largo plazo, habrá variabilidad. “No quiere decir que no va a haber un año lluvioso nunca más. En algún momento, va a caer una cantidad importante de lluvia que nos va a pillar desprevenidos porque el clima árido en el que nosotros vivimos, no va a dejar de serlo, con alta variabilidad, con amplias oscilaciones entre un año y otro, con Niño y Niña y cambio global” concluyó.
Diversificación y reutilización
Entre las diversas iniciativas para enfrentar la sequía, la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP), impulsa medidas que van desde “diversificar la oferta de agua” mediante el uso de los reservorios de agua subterránea, hasta la reutilización de aguas residuales.
Cristian Baquedano, ejecutivo del eje de Recursos Hídricos de la CRDP, afirmó que “la idea es poder gestionar esa agua (subterránea) y no solo extraerla, pues no la recargamos en aquellos años con excedentes de agua. Estamos en un periodo de sequía cada 5, 7 o 10 años, pero vamos a tener años lluviosos y de mucha nieve, por lo que en esos años lluviosos debemos embalsar y cuidar la mayor cantidad de agua posible, y esto debería ser tanto en embalses superficiales como en embalses subterráneos”.
Respecto a la reutilización del agua, Baquedano señala que una parte de ella, ya es reutilizada, luego de ser tratada por las empresas sanitarias, pero el objetivo es seguir en esa senda “reutilizándolas luego de ser tratadas, y regresarlas después a su ciclo hidrológico natural”.
Otras opciones, señala Baquedano, es impulsar un uso eficiente del agua en los rubros económicos y la desalación del agua. “Estamos al lado de la costa, somos un país angosto, al menos para proveer a las ciudades que están al lado del litoral, por lo que esta tecnología no es tan cara, ya que no sería necesario ‘elevarla’” asegura.
Comisión de Recursos Hídricos en la región
Durante esta jornada, el diputado Juan Manuel Fuenzalida, miembro de la Comisión de Recursos Hídricos de la Cámara de Diputados, mostró su apoyo para que la región sea decretada como Zona de Emergencia Agrícola, señalando que “la sequía llegó para quedarse”.
Asimismo el parlamentario de la UDI valoró las reuniones que se han llevado a nivel central para solicitar tal decreto “considerando el apalancamiento de recursos que van en directo beneficio de las familias que dependen del vital elemento”
Por lo mismo, y como una señal de preocupación por la situación, Fuenzalida aseguró que solicitará que la Comisión de Recursos Hídricos “sesione durante las próximas semanas en nuestra región, de manera que los parlamentarios conozcan la realidad de la zona y conseguir el apoyo a todas las iniciativas que permitan entregar una ayuda a todas las iniciativas relacionadas con este tema”.