Tras un flojo inicio de temporada, ahora tras el fin de la primera quincena de enero y con el recambio de visitantes, el turismo en la región parece que comienza a tomar cuerpo.
Así lo dejó en claro al menos, la presidenta de la Cámara Regional de Turismo, Laura Cerda, quien, tras reconocer que durante la primera quincena de vacaciones – del 15 de diciembre al 12 de enero – la reserva de alojamientos no superó el 35% - frente al 75% u 80% a esta misma fecha del año pasado – ahora se proyectan mejores números, en especial, a medida que cierta tranquilidad comienza a instalarse en el ambiente.
Y es que según la dirigente gremial “la proyección es que para esta última quincena de enero se sobrepase en promedio el 65% de ocupación. Esperamos que eso suba un poquito más y podamos tener una ocupación que ronde en promedio, a nivel regional, un 75%, que es más de lo que esperábamos dado el movimiento social”, expresó.
Eso sí, una de las diferencias que existe respecto a años anteriores, se relaciona con el tiempo en que los visitantes se mantienen en la región
“Hasta el año pasado, la gente compraba 9 o 10 noches, o la semana de corrido o por 15 días incluso, y las mudas se generaban los días 10 y los 15 del mes. Hoy día sin embargo, la muda se está produciendo cada 4 o 5 noches. Es decir, la compra que hoy hace la gente es más corta”, indica, aduciendo a un talante más conservador ha adoptado la gente respecto a su capacidad de gasto.
Predominancia de chilenos
Uno de los puntos que más se destaca en esta temporada estival 2019-2020 es la masiva presencia de turistas nacionales por sobre contingentes extranjeros como los argentinos, que, producto del estallido social en nuestro país y la devaluación de la moneda trasandina, han venido en mucho menor cantidad.
Laura Cerda explica que “en la mayoría de las empresas en las cuales hicimos el levantamiento estadístico se revela que sobre el 90% de los visitantes es de origen nacional. Muy poca es la cantidad de extranjeros, no solo de Argentina, sino que de otros lugares”.
En ese sentido, las campañas por incentivar el turismo interno, y el hecho de que los propios chilenos recobren la confianza por viajar, ha influido, a juicio de la cámara de turismo, para mostrar dichas cifras.
“El inicio de la temporada para nosotros estuvo muy afectado por la situación del estallido social. Y por la inestabilidad e incertidumbre, la gente no quería salir. Pero a pesar de la estrechez (económica) dado el tipo de compra que se está haciendo, nosotros esperábamos que iba a mantenerse un movimiento turístico bajo. Pero hasta ahora, hemos visto que la gente ha ido tomado confianza”, señala Laura Cerda.
Para febrero en tanto, hay un 42% de reserva efectiva “que es bastante mejor de lo que nosotros proyectamos. Pero pensamos que debería rondar sobre un 70% de ocupación a nivel de la región”.
En ese sentido señaló, destaca también la importante afluencia turística hacia los valles interiores, en donde el turismo interno ha cumplido un papel relevante.
Más argentinos, pero no tanto
Durante los últimos días, pero sobre todo a partir de este lunes, por las calles del centro de La Serena era posible ver una apreciable cantidad de vehículos con las tradicionales patentes de números blancos y fondo negro así como las del Mercosur, indicando un notorio aumento de presencia de ciudadanos argentinos en nuestra ciudad, si lo comparamos con la primera quincena de enero.
Pero no sólo vehículos particulares, sino que también durante la mañana de este lunes, se pudo observar varias filas de argentinos a las puertas de las casas de cambio del casco histórico de La Serena.
Hugo Herrera, socio de Caracol Cambios, en el Caracol Colonial, ratifica esta mayor presencia de trasandinos, señalando que “durante esta segunda quincena estamos con un 50% de clientes argentinos respecto a lo normal. Solo como comparación, durante la primera semana de enero estábamos trabajando apenas con sólo un 10%”.
“La primera quincena fue pésima debido al miedo que había de venir a Chile. La gente no viajó, a lo que se sumó el problema económico de Argentina”, afirmó.
Gabriel, quien proviene de Mendoza, señaló que, respecto a las noticias del estallido social en Chile, “teníamos una desinformación bastante grande, pero la verdad que estábamos al tanto de lo que había ocurrido, (…) pensamos en un principio que estaba medio peligroso, pero bueno, tenemos gente conocida acá por haber venido varios años además de familiares, y nos dijeron que estaba todo tranquilo, así que decidimos venir como siempre”.
Por su parte, el también mendocino, Carlos Merino, aseguró que el estallido social sí influenció en la decisión de venir o no a Chile, pero “en gran medida, porque todos los argentinos estaban esperando que se mejorara un poquito la situación. Pero los que hemos venido sobre todo a La Serena, pensábamos que la ciudad era mucho más tranquila que Viña del Mar o Santiago”, comentó.