Una mayor cantidad de dinero circulante en la economía debido a beneficios directos entregados por el Estado como el IFE Universal, que ahora se extenderá hasta el mes de noviembre, y a los tres retiros del 10% de las AFP –a los que ahora se puede sumar un cuarto– tiene a varios economistas del país preocupados ante lo que ellos ven como un riesgo de “sobrecalentamiento” de la economía del país.
Uno de los primeros en advertirlo fue el economista de la Universidad de Chile Joseph Ramos, quien señaló que el país “no tiene plata” para este tipo de ayudas estatales –en referencia al IFE- y afirmó que generará, tarde o temprano, una presión en los precios, es decir, inflación.
Incluso el ex ministro de Hacienda, el PPD Nicolás Eyzaguirre, advirtió que tanto el IFE Universal como el último retiro del 10% han dado origen a un incipiente sobrecalentamiento de la economía.
En efecto, el alto IPC de julio, que alcanzó un 0,8%, encendió las alertas sobre la mayor liquidez que está presente en la economía y la presión que ello puede estar ejerciendo sobre los precios. Es más, algunos economistas han llegado a pedir que se acabe con el IFE Universal.
Pero antes que todo, ¿qué significa cuando una economía está “sobrecalentada?
Marcelo Olivares, economista del Instituto de Políticas Públicas (IPP) de la Universidad Católica del Norte, explica que “la economía en términos agregados es oferta y demanda, la primera constituida por la capacidad productiva (fábricas, capital humano, ideas), mientras que la segunda corresponde al gasto. Cuando se incrementa de manera acelerada o repentina el gasto, en este caso principalmente producto de un mayor consumo, la capacidad productiva de la economía se adecúa pero a un ritmo menor, lo que genera una mayor presión sobre los precios en el corto plazo”, es decir, inflación.
Por su parte, a juicio del economista y académico de la UCN, Sergio Zúñiga, el exceso de gasto fiscal a través de una política monetaria expansiva es lo que ha originado la alta liquidez que se registra hoy. “Juntos, estos fenómenos han llevado a que los ciudadanos gasten más allá de sus posibilidades normales, es decir, se trata de un gasto que no puede ser sostenido en el largo plazo”, explicó.
A juicio de este experto, estar en una fase de sobrecalentamiento económico, en términos simples, implica enfrentarse pronto a un frenazo económico, es decir lo contrario. “El frenazo lo reconoceremos cuando tengamos mayores tasas de desempleo, reducciones de las remuneraciones reales y una caída en el crecimiento económico. Para ilustrar esto, si una conducción económica exitosa consiste en correr una maratón, un sobrecalentamiento quiere decir que ahora estamos corriendo como si fueran los 100 metros planos. Es decir, a un ritmo insostenible para una maratón. La consecuencia es que en un momento tendremos que bajar el ritmo para recuperar fuerzas y seguir en la maratón”.
En ese sentido entonces, vital será la actuación que tome el Banco Central ante una probable espiral inflacionaria.
De hecho, para Zúñiga, si bien “habrán presiones inflacionarias, será deber constitucional del Banco Central controlar la inflación, y eso es lo que va a hacer”. Y en ese sentido explica, “la principal herramienta para controlar la inflación son las tasas de interés, por lo que inevitablemente veremos pronto un crédito más caro, y más restrictivo, es decir más difícil de obtener en el sistema financiero nacional”.
Para Marcelo Olivares en tanto, una eventual espiral inflacionaria es poco probable por otra razón: “de momento se entiende que las medidas que se han adoptado son transitorias con motivo de la pandemia, por lo que no debiera la presión sobre los precios traducirse en algún tipo de espiral inflacionario”, aseguró.