IVA rebajado instala discusión en torno a la recaudación fiscal y eventual impacto en los precios

Este miércoles la Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados aprobó en particular y despachó a Sala, el proyecto de impuesto a los súper ricos que pretende cobrar una tasa del 2,5% a las grandes fortunas del país, y subir por dos años el impuesto de primera categoría a las grandes empresas. 

En la instancia, el proyecto fue objeto de nuevas indicaciones por parte de los parlamentarios miembros de la comisión, en donde la rebaja temporal del IVA fue quizás, una de las más importantes. 

Aprobada por 10 votos a favor, 2 abstenciones y 1 voto en contra, la indicación de reducir el IVA a productos y servicios esenciales por dos años, fue una iniciativa presentada por diputados del oficialismo, especialmente por Jorge Alessandri y Gonzalo Fuenzalida.

En lo fundamental, la propuesta considera reducir del actual 19% a 10% la tasa de IVA a productos como combustibles y todos sus derivados, productos sanitarios, la asistencia sanitaria y dental que no gocen de exención, y servicios y establecimientos deportivos entre otros.

Asimismo, la iniciativa contempla reducir del 19% al 4% el pago de IVA para los productos básicos como pan, harina, huevos, leche, quesos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, tubérculos y cereales, libros, medicamentos y prótesis, antesis e implantes internos para personas con minusvalía, entre otros.

RENTA DE EMERGENCIA

Sobre esta indicación, el diputado Matías Walker, miembro de la Comisión de Constitución, explicó que se decidió apoyar la creación de un IVA diferenciado –tal como existe en otros países- “con el ánimo de lograr un gran acuerdo para que se apruebe el resto del proyecto (del impuesto a los súper ricos) que es muy importante, para que los que más tienen y que no han sufrido daño en su patrimonio durante esta pandemia, puedan financiar una renta básica de emergencia de 500 o 600 mil pesos por familia”.

En ese sentido, el parlamentario de la DC complementó su idea, asegurando que al final estas medidas, tienen como objetivo primordial apoyar y proteger a todas las familias vulnerables y de clase media, “excluyendo al 10% más rico”.

“Obviamente un IVA diferenciado es un impuesto progresivo que finalmente beneficia a las personas más vulnerables que son las que destinan la mayor parte de sus ingresos a bienes de consumo”, agregó. 

No obstante, consultados los expertos sobre esta medida, manifiestan ciertas aprensiones en relación a lo eficaz que la rebaja del IVA puede significar por ejemplo, para hacer bajar los precios de los productos más esenciales. Además, advirtieron sobre el riesgo que existe de que el Estado no pueda seguir percibiendo aquellos ingresos necesarios para financiar gasto público, por lo que al proyecto le harían falta algunos aspectos técnicos que deberían ser aclarados antes de poner en una medida de estas características.

PRECIOS ¿MÁS BAJOS?

Marcelo Olivares, economista y académico de la Universidad Católica del Norte, si bien reconoce que el IVA es efectivamente, un impuesto regresivo pues todos independientemente de su ingreso deben pagar el mismo porcentaje, no hay claridad de que la existencia de un IVA diferenciado ayude a bajar el precio de los productos. 

Para Olivares, “esto va a depender de en qué medida las empresas traspasan la disminución del impuesto en los precios de sus productos. Esto dependerá del tipo de bienes y del nivel de competencia en el mercado, así como también la escasez relativa de los productos”.

De igual opinión es Orlando Urbina, académico de la Facultad de Ciencias Sociales, Empresariales y Jurídicas de la Universidad de La Serena, quien señala que “cuando hablamos de disminuir el impuesto siempre existe el riesgo de que esa brecha que correspondía originalmente al impuesto, sea abordada para aumentar la rentabilidad de quienes venden los productos”. 

A juicio del profesional, sería “muy perjudicial” que al bajar el IVA a ciertos artículos, “algunos oferentes intenten llevarse parte de la rentabilidad cubriendo ese espacio que dejó el recorte al IVA. Eso sería un efecto no deseado, pues veríamos precios similares para los consumidores finales”. 

MENOS RECAUDACIÓN

Respecto a la posibilidad de que el Estado pueda dejar de percibir menos ingresos a raíz de la baja del IVA, para los expertos es una posibilidad cierta a la que se debería poner atención. 

El académico de la UCN, Marcelo Olivares, advierte que eso implicaría en la práctica que el Estado “estaría dejando de percibir ingresos que son necesarios para financiar subsidios y políticas sociales”. 

A juicio del experto, una baja del IVA efectivamente “podría beneficiar a las personas, pero probablemente en menor medida que el costo que tendrá para el Estado”. 

Para el académico de la ULS, Orlando Urbina, un punto importante que debería tenerse en cuenta es que “si de alguna forma estamos intentando fortalecer el rol de gasto del Estado en la sociedad y en la política pública, tenemos ahí un problema, pues básicamente estamos recortando los ingresos a la billetera del Estado. La capacidad de recaudar se vería mermada y al verse mermada esta capacidad, es muy probable que contemos con presupuestos más ajustados posteriormente, para el presupuesto 2022 por ejemplo, que debiese entrar en discusión dentro de unos meses más”.

¿Qué hacer entonces? A juicio de Urbina se deberían clarificar ciertos aspectos técnicos de la medida, como establecer de manera clara el límite de tiempo en que duraría esta rebaja para posteriormente, comenzar a recuperar lo no percibido, por etapas, hasta recuperar el 19% de recaudación.

“Si se reduce el IVA y luego se sube de un momento a otro, se generarían efectos nocivos respecto a las expectativas de las personas, y cuando me refiero a ello, hablo tanto de oferentes como demandantes. Es muy importante que esta medida cuente con todas las reglas bien establecidas sobre la mesa” insistió.