Una de las actividades más golpeadas por el cambio climático a nivel regional es la agricultura, esto debido a la disponibilidad cada vez menor de agua, lo que ha impulsado a los agricultores a buscar alternativas que permitan un desarrollo sostenible. En este contexto que el uso del conocimiento derivado de la investigación, la planificación y la tecnología toman un rol clave a la hora de permitir que se mantengan niveles productivos aceptables, aprovechando al máximo los recursos hídricos disponibles.
Rodrigo Órdenes, seremi de agricultura, indicó que “lo importante acá es lograr adaptarse a esta nueva realidad, estamos ante una condición de escasez hídrica que se ha prolongado por más de 12 años, enfrentamos actualmente uno de los inviernos con más déficit de precipitaciones, lo que nos indica que tenemos que tener la capacidad de enfrentar este nuevo desafío del cambio climático, que trae consigo una serie de fenómenos adversos, como las heladas, lluvias extemporáneas, la aparición de nuevas plagas, etc.”.
Por tal motivo es que “ante esta situación, como Ministerio de Agricultura estamos enfocados en asesorar a nuestros productores, presentando nuevas formas de desarrollar la agricultura, incorporando nuevas tecnologías e innovación”, explicó Órdenes.
Cultivos sostenibles
Una de las formas de enfrentar la crisis de mejor manera es a través del conocimiento y del uso de la tecnología de riego, cultivos que produzcan en condiciones de estrés hídrico y también herramientas que aprovechen el agua de manera eficiente son parte de las estrategias que se están traspasando a los agricultores.
Edgardo Díaz, director de INIA Intihuasi explicó que “hay algunas superficies de algunos cultivos que han ido bajando, que se han ido reduciendo justamente porque ya los productores no tienen agua para poder regar y esa es una realidad que vamos a poder ir viendo en el tiempo, por lo tanto tenemos que pensar de qué forma podemos ser mucho más eficientes en el manejo de los cultivos”.
La tecnificación bien utilizada sería una forma de mejorar las condiciones, “esa herramienta tenemos que usarla bien, todavía tenemos brechas en la eficiencia de los sistemas de riego que se supone que estaban hechos para un alto porcentaje de eficiencia, pero en la práctica lo que vemos, la constatación en terreno, nos dice que los sistemas de riego son deficientes, no están regando con el nivel de eficiencia que esperamos”.
También se están estudiando los cultivos que soportan altos niveles de estrés hídrico, como el olivo, la tuna y la higuera. “Hemos estado aprovechando estas situaciones de gran estrés hídrico, para poder determinar cómo trabajar con un déficit hídrico controlado o permanente en los cultivos y que no afecten la calidad o la productividad de los ésos, entonces esa información la ponemos a disposición permanentemente para nuestros agricultores, a través de días de campo, a través de charlas, webinar, a través de trabajos en grupos de transferencia tecnológica, entonces esa información nuestros agricultores ya la van teniendo y ellos pueden enfrentar de mejor manera estas situaciones de déficit hídrico”, explicó Díaz, añadiendo que “perfectamente podríamos tener algunas especies funcionando con relativo bajo aporte de agua, pero eso va a depender de la eficiencia, por una parte hablamos de la agronomía del riego, de poder estimar bien las necesidades de los cultivos y para eso nosotros hemos desarrollado distintas técnicas y metodología y también tecnología por ejemplo la plataforma agrícola satelital que a través de imágenes satelitales estima la demanda hídrica de los cultivos”.
El director de INIA manifestó además que también “hay una serie de mecanismos que pueden ayudar a controlar el efecto del estrés que genera el ambiente sobre las plantas y aquí hablamos por ejemplo del uso de las mallas en la agricultura, que modifica el microclima de las plantas para bajar la temperatura y bajar la evapotranspiración permitiendo que el cultivo requiera menos cantidad de agua”.
“Sin duda la transferencia de conocimiento es muy importante, seguir evangelizando en lo que es la eficiencia de los cultivos, el aprender a regar, el saber regar es algo muy importante”, expresó el investigador.
El seremi de Agricultura, por su parte, indicó que, “hemos ido avanzando no sólo en acciones de corto y mediano plazo que nos permiten atender la contingencia hídrica, sino que en medidas que sean sustentables en el tiempo, ya que no sólo nos debemos preocupar de que tipo de cultivos son los más acordes, sino que también que tipo de zonas edafoclimaticas serán más aptas para la producción de ciertos tipos de especies y cuáles de éstas se pueden ir estableciendo de forma óptima bajo las actuales condiciones climáticas”, añadiendo que “sabemos que los efectos del cambio climático son innegables, es por eso que es tan necesario realizar estudios e investigaciones y desarrollar herramientas que nos ayuden a tomar decisiones, a evitar el factor sorpresa, para que nos podamos anticipar a las condiciones futuras, es acá donde nuestros servicios entre ellos INIA, el FIA y CIREN cumplen un rol primordial para lograr programar y controlar las producciones de manera segura y estable, ejemplo de esto es el Visualizador Frutícola de CIREN, que es una herramienta tecnológica, que permite saber donde encontrar las condiciones adecuadas de agua, suelo y temperatura para el desarrollo de una especie en un determinado lugar”.