Generar instancias que aporten significativa y directamente a mejorar la calidad de vida de los trabajadores de la construcción y su entorno familiar, contribuyendo así al desarrollo de una industria más sostenible, es la misión que mueve al área social de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), origen y fundamento del gremio desde su fundación hace 69 años y que ha permitido implementar, junto a sus entidades, entre ellas, Fundación Social, Corporación de Salud Laboral, ETC, Mutual de Seguridad, Caja Los Andes, OTIC, Consalud, AFP Habitat y al apoyo constante de las empresas socias, una serie de programas sociales en áreas de alto impacto y que se traducen en beneficios concretos para el trabajador.
Este año, en particular, tras la crisis social y los duros efectos de la pandemia, la CChC Social, modificó su estrategia y reasignó los recursos, poniendo su foco en los ámbitos de Salud, Formación (educación + capacitación) y Atención Social. De un presupuesto anual de 15.800 millones de pesos para la ejecución de programas sociales, en el país, se destinó entonces un fondo de contingencia de 8.300 millones de pesos para ejecutar nuevas iniciativas acordes a la emergencia sanitaria, en especial, el Programa de Apoyo al Trabajador Cesante y que más tarde se extendió al trabajador suspendido; programas de capacitaciones y cursos on line y exámenes preventivos Covid 19.
“Esta ayuda fue una sorpresa para mi”
El Programa Apoyo al Trabajador Cesante, sin duda, ha sido una de las iniciativas más valoradas y reconocidas por los trabajadores y trabajadoras de las empresas socias de la CChC La Serena. Articulado por la Fundación Social, entrega una atención integral de apoyo sicológico, contención, orientación social y un aporte económico que ha ido en aumento fijando como base $30.000 mensuales y que, según sea el caso, se otorga en más de una ocasión.
“Hace seis meses que estoy cesante y he recibido cuatro veces el beneficio que entrega este programa de la Cámara Chilena de la Construcción. Esta platita para mí es un manifiesto muy grande, porque no lo tenía contemplado y fue una grata sorpresa que me ha servido para comprar mis cositas en el supermercado y fíjese que no ha sido para la farmacia, porque a pesar de que tengo 71 años, no tomo ningún remedio”, señala con entusiasmo don Jorge Bustos, técnico eléctrico, que se ha dedicado más de 40 años al rubro de la construcción y que su mayor pretensión es volver a trabajar.
Así como don Jorge, más de 7 mil trabajadores de esta zona han debido dejar sus puestos de trabajo, ya sea por despidos o suspensión de sus labores, producto de esta emergencia sanitaria sin precedentes. Rodrigo García (37) es maestro enfierrador, estuvo seis meses cesante y señala con satisfacción que en cinco ocasiones recibió el aporte monetario de este programa, además del constante apoyo de la asistente social. “Tengo una gratitud eterna hacia esta iniciativa de la Cámara y debo reconocer que no esperaba esta ayuda. Ahora ya estoy más tranquilo porque estoy trabajando, pero nunca me olvidaré de lo que hizo la Cámara por nosotros, en estos meses tan duros”, señala.
En el ámbito de formación, la ETC ha sido la articuladora de una serie de cursos y capacitaciones de oficio gratuitos y en modalidad on line, iniciativa que ha sido muy aprovechada por los trabajadores en estos tiempos de confinamiento. Cristian Huiliman (54), supervisor, comenta que “recibí en tres ocasiones el aporte por cesantía y además estoy haciendo un curso de oficio de interpretación de planos on line, que ofrece la Escuela Tecnológica de la Construcción y que ha sido muy bueno, porque estoy aprovechando el tiempo para aprender y tener más herramientas para realizar mi trabajo. Esto me mantiene más optimista”, sostuvo.
Soluciones efectivas para los trabajadores
Dentro de los tres ámbitos de mayor cobertura de estas iniciativas sociales, en la región de Coquimbo, el programa a trabajadores activos y cesantes cuenta con 5.521 atenciones y con una inversión de 6.550 UF. En tanto, 31 empresas socias -entre ellas, 21 empresas locales-, han hecho uso de estos programas. Así también, el área de la Salud contempla más de 955 atenciones y el área de Formación cerca de 23 prestaciones.
El presidente regional de la CChC Social, Rodrigo Trucco, destaca que “este año el área Social de la CChC ha querido tomar un rol protagónico en la búsqueda de soluciones efectivas para los trabajadores de la construcción. Nuestro foco siempre ha estado puesto en buscar el bienestar de quienes trabajan en esta industria y en estos meses de pandemia se ha visto un equipo social muy comprometido con nuestra misión, logrando apoyar a miles de personas que lo han estado pasando muy mal. Como CChC de La Serena nos sentimos muy orgullosos de poder aportar a mejorar la calidad de vida de los trabajadores de la construcción”.
Cabe destacar que entre los programas sociales que surgieron a raíz de la pandemia, destacan también: Emergencias Oftalmológicas y Dentales; Exámenes preventivos en emergencia sanitaria, Derivación de trabajadores con sospecha de contagio Covid, Mantenimiento de atención social, Apoyo a Fundación Reconocer y operativos de salud en obra.
A nivel nacional, las prestaciones otorgadas hasta mediados de septiembre, fueron 73.220, de los cuales 26.292 atenciones corresponden a regiones. De este total, en su gran mayoría fueron usados en el área de Atención Social (67.947 atenciones), seguido por el área de la Salud (5.144 atenciones) y en Formación (129).