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Lautaro Carmona
El Banco de Inversión estadounidense JP Morgan, redujo las previsiones de crecimiento económico anual del gigante asiático para el próximo año a un 4,7%. La volatilidad generada por los rebrotes de casos de Covid-19, los problemas de suministro y el aumento de los precios del carbón, principal fuente energética del país, son los factores que incidirían en esta situación.

La economía china parece enfriarse tras un primer despertar que se veía prometedor luego de pasar lo peor de la pandemia del Covid-19. 

Y es que como consigna Diario Financiero, la que hoy es la segunda economía del mundo presentó un crecimiento del PIB mucho más exiguo en el tercer trimestre del año en comparación al periodo inmediatamente anterior: un 4,9% versus el 7,9% que había experimentado durante el segundo trimestre. 

A la incertidumbre generada por este aparente “enfriamiento” repentino del motor chino, se suma ahora el último informe del Banco de Inversión estadounidense JP Morgan, el cual redujo el pronóstico de crecimiento de China por quinta vez desde el mes de agosto. 

En primera instancia, rebajó su pronóstico de crecimiento en el cuarto trimestre a 4%, desde un 5% inicial. 

Además, el banco estimó un incremento anual para este año de un 7,8%, mientras que para el año 2022 se proyecta un crecimiento de sólo un 4,7%. “Mirando hacia atrás, hemos reducido las estimaciones de crecimiento de China cinco veces desde agosto”, dijo Haibin Zhu, de JP Morgan en un comunicado, ratificando la información anterior. 

Varios factores 



Lo cierto es que las razones que han llevado a JP Morgan recortar en cinco ocasiones las previsiones de incremento económico de China son más de una y tienen directa relación con el presente que vive ese país, y que de hecho, diversos portales económicos del mundo vienen recogiendo durante semanas. 

En primera instancia, aparece la reaparición de casos de contagio por Covid-19, lo que nuevamente está limitando la movilidad en algunos sectores del país y con ello, la producción y el funcionamiento normal del país, aspecto que confirman desde el propio informe elaborado por JP Morgan. 

“En particular, para aliviar la volatilidad relacionada con Covid, observamos que el ritmo de crecimiento anual promedio del PIB (en comparación con hace dos años) se ha desacelerado notablemente”, aseguró Haibin Zhu, ejecutivo de la entidad. 

Otro factor que está afectando el crecimiento chino se debe a la menor expansión que está mostrando el sector de la producción industrial, la cual se haya lastrada por los problemas de suministro y el consiguiente aumento del precio del carbón, mineral que constituye la principal fuente energética del gigante asiático. 

A consecuencia de estos problemas, las centrales eléctricas del país se encuentran funcionando de manera limitada e incluso, se ha debido proceder a medidas de racionamiento de energía -generando cortes de luz– en algunas ciudades del país. 

El problema apunta –según un informe de Bloomberg– a la relevancia que China tiene como “fabrica del mundo”, por lo que cualquier interrupción que pueda sufrir el sector industrial chino, puede incidir a nivel mundial, afectando las cadenas globales de suministro, y con ello, seguir presionando al sector de la industria de transporte marítimo que ya presenta altos niveles de congestión y retrasos en la entrega de sus cargas. 

Finalmente, otros problemas con los que se está enfrentando China se dan en el sector inmobiliario, a raíz de la crisis generada por la millonaria deuda del gigante Evergrande, y las regulaciones que el gobierno de Xi Jinping está estableciendo en éste y otros sectores económicos, como Finanzas o Tecnología. 



¿Y qué pasa en Chile?  



No se debe olvidar que Chile es un país cuya economía se haya fuertemente integrada al devenir de los mercados globales, y en especial, a China, el cual es el principal destino de nuestras exportaciones. 

En efecto, la situación económica de China es sensible, especialmente para el sector minero en general, y para la industria del cobre en particular, pues es nuestro principal cliente. 

En todo caso, el escenario de una desaceleración de la economía china es parte de los análisis que se vienen tomando en cuenta desde hace varias semanas, como por ejemplo, en el Informe de Tendencias del Mercado del Cobre, correspondiente al segundo trimestre de 2021, elaborado por la Comisión Chilena del Cobre, Cochilco, y que entre otros puntos, contiene las proyecciones de la institución sobre precio del cobre, demanda y oferta del metal este año y para 2022.

Así, mientras que para 2021, la proyección promedio del precio del cobre es de 4,20 dólares la libra, para el año 2022 la institución mantuvo el valor promedio del metal en 3,95 dólares. 

Al respecto, el subsecretario de Minería, Edgar Blanco, afirmó que la desaceleración de la economía china y las crecientes expectativas de que la Reserva Federal de Estados Unidos comience el retiro de estímulos a la economía “son algunos de los factores que impulsan a la baja el precio del metal a futuro. En contrapartida, las expectativas de recuperación de las principales economías consumidoras de cobre y la persistente reducción de los inventarios en bolsas de metales son algunas de las circunstancias que empujarían al alza el precio del cobre”.

El mismo informe indica que para 2022 se proyecta además, una demanda de casi 24,7 millones de toneladas de metal rojo, lo que implica un alza de 3% respecto de 2021.

 

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