Señor Director:

No hay duda que el Doctor, jurista, periodista, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales de Chile, ciudadano ilustre de la ciudad de Valparaíso y columnista de el diario "El Mercurio", Agustín Squella Narducci, no soporta a las Fuerzas Armadas y menos a sus Comandantes en Jefes y Ministros de Defensa, de hoy y de siempre.

Este viernes 04 de mayo, en su habitual columna del nedio de comunicación aludido, leíamos una descarnada y burlesca censura a todo lo que oliera a uniforme militar. Lo que usualmente hace por ese medio y en otros también, todo ello, a pesar de su popular discurso sobre la libertad, la igualdad, y la fraternidad o sobre la práctica de las virtudes teologales y de la tolerancia activa.

Le quiero recordar a los lectores, que Libertad, Igualdad y Fraternidad, es el lema Oficial de la República de Francia. Un Estado soberano que posee las Fuerzas Armadas más grandes de la Unión Europea, con capacidad bélica convencional y nuclear, ubicándola en tercer lugar, después de Estados Unidos y Rusia. Mismo puesto en su gasto militar.

Con respecto a las virtudes teologales, les sugiero leer el Manual del Ejército de Chile sobre el “Ethos de la Profesión Militar” y, sobre la tolerancia activa, pregúntenle a los Carabineros de Chile, esos que han sido insultados, golpeados y también masacrados a golpes, sin sacar y hacer uso de su arma de servicio.

Más aún se equivoca el Doctor Squella, al insinuar -maliciosamente-  que las Fuerzas Armadas son apreciadas por la sociedad, sólo por la gallardía con que desfilan para el 19 de septiembre y, los carabineros, porque no se dejan sobornar por los infractores de las leyes de tránsito.

Doctor Agustín Squella, si su visión sesgada es solamente a raíz de la malversación de fondos cometida, en los últimos meses, por algunos uniformados, le recuerdo entonces su frase de la columna del 6 de abril donde, al hablar de virtudes y de vicios, manifestó, “...una golondrina no hace verano...”. Yo le agrego: menos, en instituciones con más de 40.000 efectivos y con más de 200 años de existencia y de los cuales usted se aprovecha porque bien sabe, que ninguno de ellos, estando en servicio activo, podrá rebatirle sus comentarios.

 

Christian Slater Escanilla.

Coronel (R).

 

 

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Señor Director:

En septiembre de 1973, la Cámara de Diputados del Congreso de Chile, declaró la inconstitucionalidad del Gobierno de Salvador Guillermo Allende Gossens. Esto fue ampliamente apoyado por la Democracia Cristiana, los Partidos de Derecha y gran parte de la sociedad.

Ante esta situación, las Fuerzas Armadas y Carabineros, junto a una decena de Ministros uniformados, designados por el propio Presidente Allende, no aceptaron la amenazante Carta del Congreso, produciéndose, el 11 de septiembre del año mencionado, un Auto Golpe Militar en apoyo al Presidente de Chile.

En respuesta a la lealtad del mundo castrense, Allende aumentó la cantidad de Ministros Militares. A varios Coroneles y Capitanes de Navíos los designó como subsecretarios en diferentes carteras ministeriales y, a casi todos los Generales y Almirantes, los puso a la cabeza de las Empresas Estatales o en diferentes Directorios. Los que no cumplían con las expectativas revolucionarias, rápidamente fueron reemplazados por otros.

Los líderes de la derecha y de la oposición al Gobierno de Allende, fueron relegados a diferentes territorios insulares y se establecieron Consejos de Guerra para juzgar a los Contra Revolucionarios. El Comandante en Jefe del Ejército asumió la Vice Presidencia del País. El Congreso fue disuelto y en su reemplazo asumió una Junta Militar del “Nuevo Ejército Popular”.

En el 4to. año de Gobierno, Allende llamó a la reelección. Con el apoyo y control de las “Fuerzas Armadas Populares”, fue reelegido por un nuevo período. En ese instante, algunos grupos de la extrema derecha ingresaron a la clandestinidad, siendo duramente perseguidos y reprimidos por los Agentes del Estado Popular de Chile. Otros se asilaron en diferentes embajadas.

Se cambió el lema del Escudo Nacional, por “Revolución o Muerte” y se rescató la estrofa de nuestro himno nacional, esa que dice: “Vuestros nombres valientes soldados que habéis sido de Chile el sostén…”. Chile se convirtió en un Estado Socialista, donde sus “Fuerzas Armadas Populares” lo controlan todo.

Nunca más una familia pudo tener una segunda propiedad. Desaparecieron las estancias, los fundos y las parcelas de agrado. Los Malls se cerraron construyéndose, en su reemplazo, viviendas sociales. Todo fue expropiado, dividido y entregado al pueblo.

 

Se unificaron los sueldos y se estatizaron los canales de televisión. Otros se clausuraron por imperialistas y anti revolucionarios. Los directores de los medios de comunicación de oposición, en menos de un año, fueron detenidos y nunca más se supo de ellos.

Se crearon los “Tribunales Populares de Defensoría del Pueblo” y se persiguió a todos los que se opusieran a la “Revolución Popular”. Las iglesias fueron clausuradas y se instalaron centros de atención para los más necesitados o se transformaron en hostales para las juventudes comunistas. La prensa imperialista fue obligada a vender sus derechos al Estado y se instauró la Educación Nacional Unificada, para aprender más sobre Cuba, la Unión Soviética, las bondades del marxismo, el socialismo y el comunismo.

Hoy, en Chile, casi nadie trabaja. No es necesario, todo está subvencionado por el Estado. Se establecieron las Juntas de Abastecimiento, el Control de Precios y los “Almacenes Populares”, lo que permite – hasta hoy –  dar de comer al pueblo y satisfacer sus necesidades básicas. Se establecieron centros recreacionales solo para turistas extranjeros, cuyo ingreso es controlado por el Estado. Esto, en Vichuquén, Las Tacas, Pucón, Lago Llanquihue, Puerto Varas, Zapallar, Cachagua y Chiloé. Caburgua, se convirtió en un gran Centro Recreacional para los que trabajan directamente en el Gobierno. El resto de las áreas turísticas de Chile quedaron abiertas, exclusivamente, para aquellos ciudadanos inscritos en el “Partido Revolucionario del Pueblo”.

Las “Fuerzas Armadas Populares de Chile”, actualmente, gozan de un gran apoyo ciudadano y viven en barrios privilegiados de las principales ciudades del País. Se caracterizan por su compromiso con la revolución socialista y sus largos viajes e intercambios profesionales con Cuba, Venezuela, Ecuador, Corea del Norte, la actual Rusia y últimamente China. Sus hijos pueden estudiar en Europa, como también, entrar y salir del País, sin ningún tipo de restricciones. Nunca se les ha perseguido y menos juzgado o encarcelado, salvo, claro está, aquellos que han abandonado los principios revolucionarios. En general se sienten muy tranquilos con su futuro. Saben que, si algún día llega a gobernar la derecha, no tendrán ningún problema. A la izquierda y sus atrocidades siempre se les perdona. El “Síndrome de Estocolmo”, los favorece a ellos.

Los principales líderes – civiles y militares – de esta Revolución Popular, a su muerte, han sido inmortalizados en impresionantes monumentos frente a la Plaza de la Revolución (ex Plaza de la Constitución). Al mismo tiempo, en las unidades del Ejército, de la Fuerza Aérea y de la Armada, se dispuso rescatar la figura del Coronel Marmaduke Grove Vallejo, como reconocimiento a sus acciones, en 1932, para proclamar la República Socialista y posteriormente, en 1933, su apoyo en la creación del Partido Socialista de Chile.

Por otra parte, las cárceles se encuentran atestadas de ex integrantes de Renovación Nacional y de la Unión Demócrata Independiente. También se han creado cárceles de exterminio, donde a los imperialistas de la extrema derecha se les ha privado de sus Derechos Humanos, para dejarlos morir encadenados a sus catres de enfermos terminales. Todo, pese a las súplicas y el sufrimiento de sus familias; principalmente, hijos y nietos que nada han podido hacer por ellos. La pena de muerte no existe, pero estos encarcelamientos son una forma de disfrazar la persecución, el odio y la venganza contra la derecha y, en especial, la derecha económica, que tanto daño le hizo al pueblo.

El Partido de la Democracia Cristiana, se cambió el nombre y hoy se llama Democracia Revolucionaria, siendo grandes aliados con los Socialistas y los Comunistas. Actualmente son los principales impulsores para otorgar a Bolivia una salida soberana al mar y también, para entregar los campos de Hielo Sur a Argentina. Total “unos metros más o unos metros menos” en nada le afectan a Chile.

En el País no existe la iniciativa privada, todo lo controla el Estado. El cobre, cada día más escaso, sigue siendo el único sustento de la economía. La sociedad, se ha acostumbrado a vivir con poco. Se conforman con un techo y algo para comer. Con la “Canasta Familiar”, que les entrega el Estado, es suficiente. No tienen mayores expectativas. Es el Chile de hoy. No tiene para qué ser peor….ni mejor tampoco. Ya nos acostumbramos a que el Estado sea nuestro sostenedor.

Allende, que en paz descanse, ya no gobierna Chile. Su familia y amigos se han encargado de mantener el poder. Algo que no ha sido fácil, pero con fantásticos actos circenses, juegos de luces, muñecas gigantes y multimillonarios créditos obtenidos en lejanos países, el pueblo embobado, se conforma con vivir el día a día, el ahora, sin pensar en su futuro y menos, en el de la familia o del País. Esos conceptos ya no existen. Hoy, “Familia y País”, es cualquier cosa.

Estimados lectores, este relato – aunque tiene partes que no superan la realidad – es sólo una ficción de una mente acorralada por los acontecimientos actuales. Un relato recomendado solo para aquellos que han superado los 60 años. Los más jóvenes, jamás lo entenderán y nunca creerán que, esta narración, con una simple orden ¡a la izquier!, pudo haber sido cierta.

 

 

Christian Slater Escanilla

Coronel (R).

Magister en Inteligencia y Planificación Estratégica.

 

 

 

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