Hace más de un año que visitamos a una agrupación de artesanos en madera que iniciaban un proyecto en las costas de Coquimbo. Se trataba de un gran galeón pirata que ya está en su fase terminal y a la espera de navegar en las costas de la ciudad que le vio nacer.
En la avenida Costanera se lleva a cabo un trabajo con tradición y que se transmite de generación en generación, se trata de la construcción de embarcaciones marítimas de menor y gran tamaño, utilizando técnicas artesanales en madera que configuran un rubro muy interesante de abordar y conocer a quienes lo desarrollan.
Al llegar al recinto donde se construye la embarcación, hoy sólo está trabajando uno de “los maestros” sureños que cobijan este arte en sus manos. Se trata de José Andrade, el “Leo”, oriundo de la Décima Región y quien desarrolla esta labor desde los 16 años, nos llevó a recorrer el navío que a simple vista se aprecia imponente.
“Aquí ya llevamos más de un año trabajando y como todo proyecto avanza, éste ya está en su última etapa. La magia de esto es vivir todo el proceso de elaboración del barco y ser capaz de crear en tu cabeza una embarcación. Desde que decides cortar y doblar la primera madera, ya sabes lo que lograrás”, indicó el maestro Leo apenas subimos por una artesanal escalera hasta la parte más alta del navío.
Bastante pausado en su hablar, característica que da cuenta de la confianza en la labor que ejecuta, recuerda a Juan Barqueros, anterior compañero de labores proveniente de la ciudad de Puerto Montt, junto a quien logró poner sobre el agua de la bahía coquimbana alrededor de 30 barcos pesqueros, construidos junto a otros colegas, entre ellos el ‘chilote’ Cristian, quien aportaba bastantes conocimientos de cómo trabajar la madera para ser utilizada y que perdure sobre el agua, al igual que Juan.
Sin embargo, el “Leo” inicia el relato de la génesis de esta obra que pronto será puesta sobre el mar y comentó que “esto es un desafío, ya que es una embarcación de gran tamaño, que posee 18 metros de largo por 6 de ancho, la cual tendrá una capacidad para doscientas personas, siendo utilizada con fines turísticos y representativo de las embarcaciones piratas, iniciativa de la familia Gloria de Coquimbo.
“En primer punto, el ingeniero nos entrega un plano de la embarcación a realizar, el cual debemos respetar y seguir al pie de la letra, ya que después se inspecciona. Para su estructura, se empieza por la quilla, que es la columna vertebral del barco, para ello se realiza la toma de medidas y se comienza a cortar la madera de ciprés, que es muy noble y en durabilidad es la mejor. Por dentro utilizamos pernos para dar firmeza a la estructura y por la parte exterior clavos de cobre, que son esenciales para que la madera permanezca junta y sin aberturas para después”, indicó el experto.
Técnicas con la madera
Al observar la curvatura de la madera que posee este gigante galeón, surge la pregunta para quienes desconocemos del rubro, de cómo se doblan largos trozos de madera para adoptar una forma adecuada, y el maestro “Leo” amablemente accedió a contarnos entre risas. “Esta es la magia de este trabajo, nosotros utilizamos madera al natural, preferentemente Ciprés y le damos un cocimiento para doblarla, mediante un tubo de fierro de gran diámetro que cumple la función de moldeador y horno, que permite doblar las tablas que utilizaremos.
“Posteriormente el producto que ya posee una comba, se lleva hasta donde se desea montar y se afirma mediante clavos especiales de cobre, que deben ingresar a la madera hasta su cabeza, para posteriormente permitir el pulido. La utilización de eucaliptus para realizar las estructuras como la cuaderna y la quilla es primordial, debido a su facilidad para trabajar”.
Pero nos entregó un dato importante al indicar que “cuando la parte exterior del barco ya está hecha, se debe calafatear, que es lo que permite realizar la labor de sellado de la embarcación, por medio del recubrimiento de las napas (juntas entre las maderas), sobre las cuales se agrega el ‘vulco’ con espátula, que es el sello, que se diluye y pone rápidamente antes que se seque”, indicó el artesano sureño.
Al gusto del propietario
Después de los procesos mencionados, se debe comenzar por la implementación interior de la embarcación a gusto del propietario. Sobre ello, Milton Gloria, empresario coquimbano que encabeza este proyecto, señaló que “queremos que esta sea una nave representativa de la historia de Coquimbo y para ello se ha trabajado duramente para sacar adelante este galeón; creemos que es importante ayudar a que esta ciudad cuente con su identidad y en eso estamos.
“La inversión no es un tema a tratar, pero no es muy económico realizar una obra de tal envergadura. Queremos tener una capacidad cercana a las 200 personas y diversificar los servicios que actualmente ofrecen las embarcaciones. Esto es parte importante, ya que al buscar la forma de entregar valor agregado a las cosas, los turistas lo valoran”, indicó el empresario.
En la embarcación, según relata Milton, se incorporarán diversas instalaciones para la comodidad de quien aborde esta embarcación, además de habilitar un sector para realizar pesca deportiva. Existen otras ambiciosas propuestas, pero como todo comerciante nos pidió tener reserva al respecto; anunció sí, que el navío estará en las aguas de la bahía antes de septiembre, ya que se deben afinar detalles del motor para dar movilidad al galeón.
Último proceso
La instalación del motor que permitirá que la colosal embarcación con tintes piratas navegue por la bahía de Coquimbo está en pleno proceso, tarea desarrollada por mecánicos de vasta experiencia, que indicaron que todo estará en óptimas condiciones en un corto plazo.
Este trabajo, además, implica la instalación eléctrica y el comando que permitirá controlar a la embarcación, permitiendo, finalmente, la navegación.
Importante experiencia
Según estos artesanos del mar, la construcción de un artefacto náutico capaz de flotar en el agua requiere de pocos conocimientos empíricos, dando paso a la importancia de las técnicas y mucha práctica. Eso fue lo que aprendimos de los ‘maestros’ sureños, quienes conocen los valores de cada tipo de madera, el rigor de su veta, la dureza de su astilla, el olor de su estado, la fragilidad de su tejido y la flexibilidad de su cuerpo, que en definitiva permiten tener un trabajo confiable y de calidad.
“Nosotros con el tiempo que llevamos trabajando, podemos con propiedad decir que hemos puesto sobre el agua de Coquimbo alrededor de 30 embarcaciones de diversos tamaños, lo cual si la salud lo permite seguiremos realizando. Es un trabajo de dedicación y que no todos conocen, es muy bueno que se den a conocer estos aspectos de nuestro tradicional rubro”, concluyó el artesano de navíos, José Andrade, agradecido de la visita.
La embarcación de 17x6 metros ya se encuentra en su etapa final de elaboración, posterior a un año de labores, por lo cual se procederá a darle operatividad a la brevedad.
El gigante pirata que espera navegar por la bahía de Coquimbo
El tallaje de la tradicional sirena para la proa de la embarcación fue obra del maestro Joel, reconocido artesano de la ciudad de Coquimbo.
Este es el inicio de la construcción del galeón de Coquimbo, realizada por una agrupación de artesanos sureños hace más de un año.
El propulsor o aspa de cuatro cabezas ya está instalado en la embarcación, por lo cual, tras su conexión al motor, se iniciará un periodo de pruebas.
IMPORTANTES CONCEPTOS SOBRE UNA EMBARCACIÓN
Es necesario conocer el lenguaje que se emplea en el rubro de construcción de navíos, por lo cual entregamos un pequeño glosario de términos:
Casco:conjunto de piezas de madera o hierro, que fuertemente ligadas entre sí, tienen una forma adecuada para transportar personas, carga, etc.
Eslora: Es el largo del buque, contado de popa a proa.
Cuadernas: Son unas piezas de madera o hierro que toman la forma de U o V, según el lugar que ocupen y que constituyen el esqueleto del buque.
Proa: Es la parte delantera del buque, construida de forma de cuña para cortar fácilmente el agua.
Popa: Es la parte posterior del buque.
Estribor: Es la parte que queda a la derecha de un observador situado a popa, mirando hacia proa.
Babor: Es la parte situada a la izquierda del mismo observador.
Quilla: Es la primera pieza que se pone en los varaderos cuando se construye un navío. Es de forma cuadrangular, pudiendo ser de una o varias piezas empalmadas entre sí.