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Abby Herrera
La drástica medida generaría menos movilidad y por consiguiente menos posibilidad de contagio del virus. Actualmente la Región de Coquimbo tiene índices de casos diarios más altos que en la primera ola y una mayor cantidad de pacientes graves internados en los recintos de salud.

Por: Estefanía González 

En un estado de alerta máxima se encuentran los equipos de salud de la Región de Coquimbo, esto por el aumento sostenido de casos positivos de Covid 19 y el alto número de pacientes que desarrollan cuadros graves de la enfermedad, debiendo internarse en las unidades críticas.

Un panorama poco alentador, considerando que, durante el mes de febrero (hasta el 27), han fallecido por consecuencia de la pandemia más de 60 personas a nivel regional, un 30% más de los fallecidos en enero, cuando se contaron 45.

Y es que las estadísticas están en números rojos desde hace bastante tiempo, así lo señaló Paola Salas, epidemióloga, doctora en salud pública y académica de la Universidad de La Serena, para quien la epidemia  está “sin control”, agregando que debería haberse decretado ya una cuarentena en La Serena y Coquimbo.

“Los indicadores epidemiológicos en estos momentos están en el estado de alerta más alto que hemos tenido durante toda la pandemia y eso complica la situación sanitaria de la población. Tenemos mucho más riesgo de enfermar y de enfermar grave, porque así lo refleja el número de casos que están en la UCI. Los casos activos al estar en un número muy alto presionan al sistema”, explicó Salas.

Con respecto a la necesidad de decretar una cuarentena en La Serena y Coquimbo, la epidemióloga indicó que ésta “debió haberse considerado unos días atrás cuando los indicadores comenzaron a estar muy deteriorados”.

“El aumento en número de casos es histórico, nunca habíamos tenido estos números  excepto cuando ya estábamos en cuarentena en la primera ola. Que fue alrededor de 190 casos, ese fue el máximo que tuvimos en esa ola pero en esta ya tenemos dos eventos de sobre 200 casos,  entonces la incidencia está en el doble de lo que deberíamos tener para mantener controlada la epidemia”, puntualizó la doctora Salas.

Una cuarentena, aclaró la especialistas, al restringir el movimiento de la población también “restringe el movimiento de las personas que pudiesen estar positivas y que pudiesen estar transmitiendo el virus, por ende previene enfermar a la gente” sin embargo, su efecto no se ve de forma inmediata, explicó “siempre queda el remanente de los que se contagiaron antes, pero por lo menos en 14 días podríamos tener un descenso y con eso dar un alivio a la red asistencial, ya teniendo un descenso en el número de casos comienza la tendencia a disminuir, que es lo que necesitamos”.

Para el doctor Fernando Carvajal, secretario ejecutivo del Colegio Médico y epidemiólogo y académico de la Universidad Católica el Norte la situación actual “es súper compleja”, aclarando que “de acuerdo a los indicadores, desde hace un mes que deberíamos estar en cuarentena”.

“Todo el mundo tiene claro que los números son mayores que los que vimos durante la cuarentena el año pasado, el número de casos nuevos, es decir, la tasa de incidencia es muy alta, además, está la gran ocupación de camas críticas, de las cuales 31 son las legalmente autorizadas para funcionar en la región, este número ha ido aumentando de forma muy presionada, de manera no muy adecuada, obviamente para responder la demanda, pero no es que se hayan creado más camas críticas, sino que son camas que se han transformado para cumplir esa función”, explicó el doctor Carvajal, asegurando que “en este momento hay 96 camas y pese a haber 96 camas la ocupación es del 95% durante todo el mes de febrero, lo que no solamente afecta a los pacientes UCI, sino que afecta a todo lo que es cirugía electiva que ya estaba atrasada con la primera ola y ahora se sigue atrasando”.

Para el profesional el confinamiento total sería la única alternativa para desacelerar el contagio. “La única forma de cortar fuertemente la cadena de contagios es a través de una cuarentena”, indicó, aclarando que ésta tiene que realizarse de forma adecuada “una cuarentena que sea real, bien hecha, con un número de permisos mínimos, así,  con dos semanas de cuarentena se puede lograr detener este ascenso”.

No obstante, manifestó Carvajal,  “no hay voluntad política y se está apostando al azar, a que esto en algún momento empezará a bajar. No hay una mirada preventiva, sino que hay una mirada de mitigación del daño, que son los pacientes que ya están infectados, entonces es una situación muy crítica, ya lo hemos dicho en todos los tonos, por todas las vías pero lamentablemente la situación no cambia”, añadiendo que “la visión de la autoridad es que podemos seguir aguantando cuando la única forma correcta de enfrentar esto es prevenir y cortar la cadena de contagio, todas las medidas que se han tomado han fracasado y los números siguen aumentando”.

Para el docente de la UCN las medidas que han tomado las autoridades son contradictorias, puesto que “Una restricción los fines de semana, un toque de queda que parte a las 23 horas, el ambiente veraniego, el ingreso a clases, el casino que abre, son todas medidas que van en contra de esta situación que estamos viviendo que es un aumento importantísimo de los casos”.

EL IMPACTO DE LA VACUNA SERÍA DENTRO DE DOS MESES



Una de las esperanzas para mitigar la enfermedad es la vacunación masiva, que si bien promete inmunizar a la mayor parte de la población se trata de una medida cuyos efectos se verían recién en el mediano plazo.

Paola Salas sostuvo que “Los ensayos clínicos señalan que recién a partir del día 11, después de vacunarse, la población comienza a fortalecer su sistema inmune, a prepararse, a aumentar sus defensas. Se requiere, además, el día 28, un refuerzo para que el sistema inmune se fortalezca, no basta una dosis”.

Por lo tanto, explicó Fernando Carvajal “el impacto de esto no es a corto plazo” y su efectividad se verá recién a mediano plazo, dentro de dos meses “en donde efectivamente va  a lograr disminuir los casos en la medida que un porcentaje importante de la población esté vacunada , sobre el 60%” añadiendo que en estos momentos “estamos lejos de eso, no obstante,  tiene mucho valor que se esté vacunando al personal de más riesgo o a las personas con patologías”.

 

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