Miguel Kast Schindele casado con Olga Rist Hagspiel, son los padres de José Antonio Kast Rist. El diputado, ex UDI, ahora independiente y postulante al sillón presidencial.
¿Usted sabe quién es él? No me diga que sólo le cae bien porque es rubio y con buena pinta. O sólo porque es de derecha, defiende al Gobierno de las Fuerzas Armadas, donde su hermano fue ministro. Peor si me dice que votaría por él sólo por ser conservador en lo valórico y liberal en lo económico. Es cierto que no dice garabatos, es muy correcto y tiene una familia muy bien constituida. Pero eso no basta. Hay miles de familias parecidas en Chile.
No me diga que es un “gallo choro”, porque dice la verdad “pan pan vino vino” o, porque es un tipo que quiere terminar con la delincuencia y el terrorismo en la Araucanía. Eso lo dicen casi todos los candidatos. Aunque, reconozco, que su sinceridad es superior al resto.
¡Ah, ya sé!, me va a decir que lo conoce por que lo vio un video en el que se presenta como “un hombre de familia”. Donde su señora y nueve hijos lo dejan como el marido y el padre ejemplar. ¿No será mucho? Capaz que se crea “el cuento”.
Pero dígame algo más. ¿Sabe usted, realmente, quien es José Antonio Kast Rist? Yo tampoco sé mucho de él. Pero, estuve investigando.
Su padre durante la Segunda Guerra Mundial, a los 18 años, como soldado, debió cumplir con su Servicio Militar Obligatorio, en el Ejército Alemán. Con 21 años, sobrevivió a este conflicto global, se casó y nacieron sus dos primeros hijos, Bárbara y Miguel. Decidido a buscar un destino mejor para su familia, a los 26 años viajo a Chile, después lo hizo el resto de su familia. Entre derrotas y aciertos, en la comuna de Paine, logró finalmente levantar un exitoso negocio de embutidos que, con el tiempo y mucho sacrificio familiar, sería conocido como las Cecinas Bavaria. En el intertanto, Miguel Kast y su esposa Olga, llegarían a formar una familia con 10 hijos.
José Antonio Kast, el menor de los hermanos, heredaría la tenacidad y el espíritu de servicio de su padre, quien llegaría a obtener la nacionalidad chilena y ser declarado hijo ilustre de la Comuna de Paine. Hoy, el Liceo N° 821, “Bárbara Kast Rist”, de la Comunidad de Paine, recuerda a su hermana mayor. Christian, es el hermano que lleva la empresa familiar, actualmente conocida a nivel nacional.
No crea usted que José Antonio Kast, es un santo o un ser de otro mundo que llegó a salvar a Chile. ¡No nada de eso! Es como todos nosotros. Lo peor que usted podría hacer es ponerlo en un pedestal. No hay dudas que tiene más virtudes que defectos, pero no es un Santo. Todos los santos están en el cielo. Aquí, en esta tierra, estamos los pecadores. Curas, militares, políticos, empresarios y otros tantos grupos con escasa capacidad de crítica y acostumbrados a mirarse el ombligo. Para donde mire, encontrará más de uno.
Volviendo a José Antonio, creo que una de sus mayores cualidades es hablar con la verdad. Con la pura verdad. No es políticamente correcto. Es sincero y no miente. Es un político valiente que se aburrió de las colusiones y las corruptelas. Se aburrió de los viejos políticos que no quieren soltar el poder. Él piensa en Chile. No en andar haciendo arreglines para perpetuarse en la presidencia de un partido o en un sillón del Congreso.
Sus estudios los realizó en el Colegio Alemán de Santiago y posteriormente ingresó a derecho en la Universidad Católica donde, además de titularse como abogado, fue dirigente estudiantil y profesor de la misma. En 1996, ya como militante de la Unión Demócrata Independiente se presentó a Concejal por la comuna de Buin y salió electo.
En el año 2001 se presentó a diputado por el Distrito número 30 (Buin, Calera de Tango, Paine y San Bernardo), resultando electo con la primera mayoría. Fue reelecto el 2005. Es decir, completó ocho años como diputado. El 2007 es elegido como jefe de bancada de la UDI en la Cámara de Diputados y reelegido el 2008. Postuló a Presidente de la UDI pero, las ambiciones de alguno de sus pares y sus ideas de espantar a las polillas ventilando la casa con aires nuevos asustó a algunos vejetes hediondos a naftalina y colonia inglesa. No estaban dispuesto a innovar a costa de dejar sus calentitos y cómodos sillones.
El 2009, otra vez, fue reelecto como diputado por el distrito N°30 y el 2010 postularía nuevamente a la Presidencia de la UDI. Pero “la suerte estaba echada”. Los más poderosos de su propio partido le jugaría nuevamente una mala pasada. Solo le permitieron ser Secretario General del Partido. Se postuló a senador por Santiago Oriente con miras a las elecciones del 2013, debiendo bajar su candidatura en favor de Laurence Golborne, ex ministro de Piñera.
Postuló a diputado por el Distrito N°24 (La Reina y Peñalolén) y resultó electo para el periodo 2014 -2018. Así las cosas y, me imagino, aburrido de las malas y viejas prácticas, en mayo del 2016, renunció a su militancia en la UDI. Un partido que se farreó a un ganador, pero que tenía su hoja de vida muy limpia. Una situación que lo hacía muy inadecuado e inconveniente para invitarlo a participar del oscurantismo y el doble estándar de los iluminados de siempre. Me recuerda a la macabra maniobra con la que el Partido Socialista abandonó a Ricardo Lagos o cómo los mediocres e ignorantes, le dieron la espalda al General Juan Emilio Cheyre. Hombres que – en su momento – tuvieron el coraje para fortalecer y enaltecer las instituciones de la República de Chile.
Hoy, en junio de 2017, José Antonio Kast Rist, lucha por una candidatura independiente, intentando triunfar, como hasta ahora, siempre lo ha hecho. Esta vez la tarea es más difícil, pero Chile “más que nunca”, necesita estadistas como él. Sobre todo, después de ver el debate presidencial de “Chile Vamos”. ¡Una vergüenza! Hasta cuándo tantas bobadas cantinfleras, tanta incertidumbre, tanta indecisión, tanta falta de coraje para decir las cosas por su nombre.
Apréndanle al Partido Comunista. Son rojos hasta el tuétano y siempre lo han sido. No andan con medias tintas ni reculadas de perro flaco. Aun no veo un comunista de centro derecha o un comunista renovado o menos un comunista que reniegue Cuba o Venezuela. Son comunistas y punto. Debo reconocer que a veces sí se disfrazan, astutamente, con ideas populistas, como Alberto Mayol Miranda, quien, en una “estrategia de aproximación indirecta”, busca posicionarse. Total, es joven y podrá dar una pelea “mayol”, más adelante.
Por eso le temen tanto a José Antonio Kast. No roba, no se colude, no hace pactos, no miente, no tiene doble estándar, no reniega su religión, no vende sus principios éticos. Tiene ambiciones, ¡como todos!, pero antepone el bien común, el deber ser y los valores básicos de la República y la familia.
Es lo que yo investigué. No sé usted.
Christian Slater Escanilla.
Coronel (R).