Señor Director 

El 23 de marzo pasado, Calama recordó el combate de Topáter. El primer enfrentamiento entre tropas chilenas y bolivianas en el marco de la Guerra del Pacífico. Una decisión política, que se inició con la ocupación de Antofagasta, el 14 de febrero de 1879. 

Calama, en esa fecha, en poder de Bolivia, se preparó para su defensa y para rechazar a las fuerzas chilenas que avanzaban en esa dirección. En el vado de Topáter se produce un combate que inmortalizaría al empresario y comerciante boliviano Eduardo Abaroa Hidalgo quien, ofrece la última resistencia. Convidado a rendirse, responde al oficial chileno: "que se rinda tu abuela, carajo", firmando con ello su sentencia de muerte. 

Este último grito de guerra de Abaroa, que pudo haber sido cierto o quizás solo una leyenda para engalanar su valiente acción, nos recuerda dos situaciones recientes. La primera, se refiere a la desafortunada intervención del desaforado y condenado Diputado Gaspar Rivas, quien, en una sesión del Congreso, se refirió en duros términos al empresario Andrónico Luksic Craig, (hijo de Andrónico Luksic Abaroa), por cuyas venas corre la misma sangre del héroe boliviano. Por otra parte, este 28 de marzo, el socialista y Ministro de Defensa boliviano Reymi Ferreira Justiniano, con su frase "que le pida disculpas a su abuela", nos recuerda nuevamente la actitud del héroe Eduardo Abaroa, al responderle así, al Canciller chileno Heraldo Muñoz Valenzuela. 

Quizás, sin darnos cuenta - aunque nada ocurre por casualidad - hemos acercado la historia - de Chile y Bolivia - recordando a este héroe atacameño, cuya leyenda supera a la verdad. Algunos hablan de la "maldición de Abaroa", refiriéndose, en esa época, a la mala suerte que acompañaría a Chile en su futuro, por haber ocupado militarmente Calama y dar muerte al héroe boliviano.

Al respecto, la lógica indica que, las diferencias entre Chile y Bolivia necesariamente, deben solucionarse en el plano diplomático, algo de lo cual pareciéramos, no estar tan seguros ni convencidos.  Hasta ahora, en lo comunicacional, pareciera que la “Maldición de Abaroa”, nos persigue. Todo ello gracias a nuestra histórica y fallida arrogancia diplomática que, nuevamente, ante la escalada de la crisis, en las cabezas calientes, se visualiza y aproxima el uso de la fuerza, ya sea como una amenaza o como la continuación de la política por otros medios, tal como nos recuerda el militar prusiano Carl Von Clausewitz, en su libro “De la guerra”. 

Lo anterior sería una triste derrota de la clase política - chilena y boliviana - quienes, una vez más, al igual que en el circo romano, tomarían palco para - cómodamente - disfrutar del espectáculo y de la sangre que sería derramada en la arena, donde muchos guerreros, a veces amigos, se enfrentarían, sin nunca haberlo deseado. Llegado el momento, puede ser una alternativa, pero ¿Es eso, lo que realmente queremos?

A veces, más pareciera que se trata de una estrategia para desviar la atención de los verdaderos problemas de ambos países. Peor aún, cuando en un período de elecciones, alguien trata de sacar partido de tan delicada situación para ganarse el voto de los ilusos de siempre.

¡De Arica a La Paz, La Paz, La Paz, tres pasos pa' tras, pa' tras, pa' tras!

 

 

Christian Slater Escanilla. 

Coronel (R).

Magister en Inteligencia y Planificación Estratégica.

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Señor Director:

En septiembre de 1973, la Cámara de Diputados del Congreso de Chile, declaró la inconstitucionalidad del Gobierno de Salvador Guillermo Allende Gossens. Esto fue ampliamente apoyado por la Democracia Cristiana, los Partidos de Derecha y gran parte de la sociedad.

Ante esta situación, las Fuerzas Armadas y Carabineros, junto a una decena de Ministros uniformados, designados por el propio Presidente Allende, no aceptaron la amenazante Carta del Congreso, produciéndose, el 11 de septiembre del año mencionado, un Auto Golpe Militar en apoyo al Presidente de Chile.

En respuesta a la lealtad del mundo castrense, Allende aumentó la cantidad de Ministros Militares. A varios Coroneles y Capitanes de Navíos los designó como subsecretarios en diferentes carteras ministeriales y, a casi todos los Generales y Almirantes, los puso a la cabeza de las Empresas Estatales o en diferentes Directorios. Los que no cumplían con las expectativas revolucionarias, rápidamente fueron reemplazados por otros.

Los líderes de la derecha y de la oposición al Gobierno de Allende, fueron relegados a diferentes territorios insulares y se establecieron Consejos de Guerra para juzgar a los Contra Revolucionarios. El Comandante en Jefe del Ejército asumió la Vice Presidencia del País. El Congreso fue disuelto y en su reemplazo asumió una Junta Militar del “Nuevo Ejército Popular”.

En el 4to. año de Gobierno, Allende llamó a la reelección. Con el apoyo y control de las “Fuerzas Armadas Populares”, fue reelegido por un nuevo período. En ese instante, algunos grupos de la extrema derecha ingresaron a la clandestinidad, siendo duramente perseguidos y reprimidos por los Agentes del Estado Popular de Chile. Otros se asilaron en diferentes embajadas.

Se cambió el lema del Escudo Nacional, por “Revolución o Muerte” y se rescató la estrofa de nuestro himno nacional, esa que dice: “Vuestros nombres valientes soldados que habéis sido de Chile el sostén…”. Chile se convirtió en un Estado Socialista, donde sus “Fuerzas Armadas Populares” lo controlan todo.

Nunca más una familia pudo tener una segunda propiedad. Desaparecieron las estancias, los fundos y las parcelas de agrado. Los Malls se cerraron construyéndose, en su reemplazo, viviendas sociales. Todo fue expropiado, dividido y entregado al pueblo.

 

Se unificaron los sueldos y se estatizaron los canales de televisión. Otros se clausuraron por imperialistas y anti revolucionarios. Los directores de los medios de comunicación de oposición, en menos de un año, fueron detenidos y nunca más se supo de ellos.

Se crearon los “Tribunales Populares de Defensoría del Pueblo” y se persiguió a todos los que se opusieran a la “Revolución Popular”. Las iglesias fueron clausuradas y se instalaron centros de atención para los más necesitados o se transformaron en hostales para las juventudes comunistas. La prensa imperialista fue obligada a vender sus derechos al Estado y se instauró la Educación Nacional Unificada, para aprender más sobre Cuba, la Unión Soviética, las bondades del marxismo, el socialismo y el comunismo.

Hoy, en Chile, casi nadie trabaja. No es necesario, todo está subvencionado por el Estado. Se establecieron las Juntas de Abastecimiento, el Control de Precios y los “Almacenes Populares”, lo que permite – hasta hoy –  dar de comer al pueblo y satisfacer sus necesidades básicas. Se establecieron centros recreacionales solo para turistas extranjeros, cuyo ingreso es controlado por el Estado. Esto, en Vichuquén, Las Tacas, Pucón, Lago Llanquihue, Puerto Varas, Zapallar, Cachagua y Chiloé. Caburgua, se convirtió en un gran Centro Recreacional para los que trabajan directamente en el Gobierno. El resto de las áreas turísticas de Chile quedaron abiertas, exclusivamente, para aquellos ciudadanos inscritos en el “Partido Revolucionario del Pueblo”.

Las “Fuerzas Armadas Populares de Chile”, actualmente, gozan de un gran apoyo ciudadano y viven en barrios privilegiados de las principales ciudades del País. Se caracterizan por su compromiso con la revolución socialista y sus largos viajes e intercambios profesionales con Cuba, Venezuela, Ecuador, Corea del Norte, la actual Rusia y últimamente China. Sus hijos pueden estudiar en Europa, como también, entrar y salir del País, sin ningún tipo de restricciones. Nunca se les ha perseguido y menos juzgado o encarcelado, salvo, claro está, aquellos que han abandonado los principios revolucionarios. En general se sienten muy tranquilos con su futuro. Saben que, si algún día llega a gobernar la derecha, no tendrán ningún problema. A la izquierda y sus atrocidades siempre se les perdona. El “Síndrome de Estocolmo”, los favorece a ellos.

Los principales líderes – civiles y militares – de esta Revolución Popular, a su muerte, han sido inmortalizados en impresionantes monumentos frente a la Plaza de la Revolución (ex Plaza de la Constitución). Al mismo tiempo, en las unidades del Ejército, de la Fuerza Aérea y de la Armada, se dispuso rescatar la figura del Coronel Marmaduke Grove Vallejo, como reconocimiento a sus acciones, en 1932, para proclamar la República Socialista y posteriormente, en 1933, su apoyo en la creación del Partido Socialista de Chile.

Por otra parte, las cárceles se encuentran atestadas de ex integrantes de Renovación Nacional y de la Unión Demócrata Independiente. También se han creado cárceles de exterminio, donde a los imperialistas de la extrema derecha se les ha privado de sus Derechos Humanos, para dejarlos morir encadenados a sus catres de enfermos terminales. Todo, pese a las súplicas y el sufrimiento de sus familias; principalmente, hijos y nietos que nada han podido hacer por ellos. La pena de muerte no existe, pero estos encarcelamientos son una forma de disfrazar la persecución, el odio y la venganza contra la derecha y, en especial, la derecha económica, que tanto daño le hizo al pueblo.

El Partido de la Democracia Cristiana, se cambió el nombre y hoy se llama Democracia Revolucionaria, siendo grandes aliados con los Socialistas y los Comunistas. Actualmente son los principales impulsores para otorgar a Bolivia una salida soberana al mar y también, para entregar los campos de Hielo Sur a Argentina. Total “unos metros más o unos metros menos” en nada le afectan a Chile.

En el País no existe la iniciativa privada, todo lo controla el Estado. El cobre, cada día más escaso, sigue siendo el único sustento de la economía. La sociedad, se ha acostumbrado a vivir con poco. Se conforman con un techo y algo para comer. Con la “Canasta Familiar”, que les entrega el Estado, es suficiente. No tienen mayores expectativas. Es el Chile de hoy. No tiene para qué ser peor….ni mejor tampoco. Ya nos acostumbramos a que el Estado sea nuestro sostenedor.

Allende, que en paz descanse, ya no gobierna Chile. Su familia y amigos se han encargado de mantener el poder. Algo que no ha sido fácil, pero con fantásticos actos circenses, juegos de luces, muñecas gigantes y multimillonarios créditos obtenidos en lejanos países, el pueblo embobado, se conforma con vivir el día a día, el ahora, sin pensar en su futuro y menos, en el de la familia o del País. Esos conceptos ya no existen. Hoy, “Familia y País”, es cualquier cosa.

Estimados lectores, este relato – aunque tiene partes que no superan la realidad – es sólo una ficción de una mente acorralada por los acontecimientos actuales. Un relato recomendado solo para aquellos que han superado los 60 años. Los más jóvenes, jamás lo entenderán y nunca creerán que, esta narración, con una simple orden ¡a la izquier!, pudo haber sido cierta.

 

 

Christian Slater Escanilla

Coronel (R).

Magister en Inteligencia y Planificación Estratégica.

 

 

 

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