Señor Director:
Este 11 de julio, además de saludar a todos aquellos periodistas que honestamente hacen su trabajo, quisiera traer a la memoria parte de algo que ya escribí en otra oportunidad.El año 2010, el periodista de radio Bío – Bío, Nibaldo Mosciatti Olivieri, agradeciendo un premio por su trayectoria, estableció la existencia de dos tipos de periodistas.Unos, al servicio de la sociedad y otros, que les hablan a los poderes. A estos últimos los encasilló como aquellos que viven en “un rincón un poco humillante, como esas casuchas para los perros guardianes, que te guarece de la lluvia pero que incuba pulgas y garrapatas, pero allí nunca falta el tacho con comida. Sabe mal, pero alimenta. Y, en general, engorda.”Otro por ahí, afirma que los periodistas no deben mostrar la verdad sino que, “contar lo que está pasando”. ¿Es esta la verdad, con que algunos periodistas, le habla a la sociedad y a los poderes que individualiza Mosciatti? Una vez más recurro públicamente a vuestra conciencia. A quienes sean totalmente independientes y alejado de las organizaciones, de los partidos políticos o de las empresas. A todos aquellos que éticamente estén dispuestos a transparentar otra posible realidad.La realidad de los inocentes, la realidad de los injustamente perseguidos e injustamente encarcelados, la realidad de los soldados que servimos bajo el mando de quienes hoy son investigados. Incapaces de creer lo que algunos jueces dicen de ellos y menos aceptar – después de más de 40 años – los relatos de quienes nos violentan con inverosímiles testimonios o sentencias que hablan de enajenados mentales o de criminales que nunca conocimos. No niego que pueden haber casos emblemáticos pero que también habría que situar en el contexto y la época en que ocurrieron. Pero más que eso, me refiero a la búsqueda de la verdad. La verdad de unJusticia justa y no de una venganza que acepta y aplica un sistema judicial que no existe, apoyándose en una ficción jurídica para condenar a supuestos culpables, utilizando ilegalmente la retroactividad de la ley que sanciona los delitos de lesa humanidad. Una verdad que carece de imparcialidad. Una verdad que es contada por aquellos que odian a las Fuerzas Armadas, con el apoyo de los sectores de la sociedad civil y política, que hoy quieren exculpar sus responsabilidades a costa de los mismos útiles de siempre: los militares, los marinos, los aviadores, los carabineros o los de la policia de investigaciones. Qué importa. Siempre habrá un uniformado a quien recriminar pero nunca felicitar. Siempre habrá un militar (que no pidió estar en determinado lugar cumpliendo la tarea asignada) a quien culpar, denostar, humillar y discriminar, entre otros abusos. Christian Slater Escanilla. Coronel (R) del Ejército de Chile