Por Galvarino Peralta el Mié, 07/10/2015 - 17:57
Carismático por excelencia, extrovertido y entusiasta, lograba interesar a sus oyentes en sus diversas exposiciones, y a sus interlocutores sobre la importancia de proyectos, generalmente relacionados con actividades culturales. Fernando Moraga Acevedo contaba con la idoneidad y experiencia necesaria, obtenida durante todos los años que dedicó al estudio de fuentes de información tanto en Chile como en otros países.
Sin haber nacido en La Serena, parte importante de su obra está dedicada a la ciudad que lo acogió y él, en retribución, le revivió su pasado. Hechos y personas surgieron gracias a sus escritos, en los que incluyó además, a otras localidades de la Región de Coquimbo. Sus investigaciones y compilación de antecedentes complementaron la obra realizada por el cronista Manuel Concha en el siglo diecinueve, de quien ha sido considerado su sucesor.
Nació en Talca el año 1933 y nos dejó el 6 de Octubre del 2010. En sus 77 años de existencia tuvo la capacidad suficiente para asumir diversas actividades tales como: de investigador, reportero, entrevistador, director teatral, docente, sub director de periódico, historiador, Presidente de la Sociedad Chilena de Historia y Geografía filial La Serena y Coquimbo, etc.
Gracias a ese eficaz profesionalismo dejó un amplio legado que se materializó en varias obras escritas; a ellas se debe agregar la entrega de sus conocimientos en forma verbal ante alumnos, público en general y en quienes tuvieron la oportunidad de trabajar con él. La intangibilidad de estas últimas actividades probablemente tienen mayor valor para quienes fueron sus receptores, pues cuando esas palabras son entregadas con generosidad, la mente, con igual nobleza las devuelve, constituyéndose en recuerdos permanentes de quien las originó.
Aún cuando han pasado cinco años de su alejamiento físico, nos parece que hace muy pocos días atrás lo vimos conversando animadamente en alguna calle serenense.
Una de ellas lo acogió y fue su última visión en la inesperada despedida.