El idioma sometido a prueba

La Academia Chilena de la Lengua está preocupada por la nueva Constitución. Considerando que “muchas personas quisieran sentirse identificadas con un documento constitucional que reconozca sus nuevas necesidades y aspiraciones”, ha invitado a entregar las palabras clave que deberían estar presentes en la nueva Carta fundamental.Las propuestas se reciben en #PalabrasDeLaConstitución. Corresponde a un objetivo fundamental de la Academia: “velar por la pureza y el esplendor de la lengua española”. Según Iván Jaksic, vicedirector de la Academia, se quiere “tender un puente entre la Academia y la ciudadanía para crear conciencia sobre la importancia del lenguaje en la carta fundamental”.Pero esta justa preocupación podría dejar de lado el grave deterioro actual del lenguaje en general. En política, quien se lleva las palmas es la diputada Pamela Jiles. Hasta la semana pasada, su performance más recordada era su lúdico despliegue tras la aprobación del primer retiro del diez por ciento de las AFP. Ahora, coincidiendo con la preocupación de la Academia de la Lengua, retomó la palabra para descalificar a su colega Diego Schalper. Él había pedido que se inhabilitara en una votación.La réplica fue chocante: “El diputado ‘candado chino’ Schalper acaba de señalar que yo debería inhabilitarme… supongo haciendo referencia al ‘Abuelo’ -Pablo Maltés- quien es candidato a gobernador por la Región Metropolitana, cuestión que no dice porque no es hombrecito”.Aunque poco conocido, el término “candado chino” ya lo registró la Academia Chilena de la Lengua en el voluminoso (966 páginas) “Diccionario del uso del español de Chile”. Tiene una clara connotación sexual. Que aparezca en una obra de este tipo no implica que haya “chipe libre” para su uso en cualquier circunstancia o lugar. Es la causa de su casi universal rechazo. Como dijo el diputado Gabriel Boric, conversar “no tiene sentido” si no existe respeto hacia aliados o adversarios. Es de esperar que la iniciativa de la Academia de la Lengua para mejorar el lenguaje tenga éxito. No solo en la nueva Constitución.