El nuevo Sistema de Admisión Escolar, que con gran pompa anunciara el gobierno el pasado año, con ribetes de una excepcional medida en beneficiop de la inclusión, quedó demostrado en la actualidad ser una medida ligera, a la rápida, sin considerar muchos aspectos, como la libertad de los padres y apoderados de elegir libremente el colegio para sus hijos o pupilos, la distancia del hogar a la nueva escuela, aquellos padres que se cambiaban de región o los que llegaban, las diversas capacidades y/o habilidades de  niñas y niños, etc. Sin duda, debe ser repensado o tal vez cambiado, pues no es posible que a estas alturas centenares de alumnos no tengan colegio y muchos que ya lo tienen no les agrada ni a sus padres. El nuevo gobierno tiene un deber de corregir esta irregularidad. Es necesario tal vez abrir otro plazo complementario, como se hizo en diciembre, pero lo claro es que este sistema no puede seguir. pues vulnera derechos básicos de alumnos y padres. Otra medida inconsulta de este gobierno, lo bueno: se acaba pronto.

X