El año pasado irrumpió inesperadamente en la carrera presidencial Alejandro Guillier. Proclamado por los radicales, el periodista-senador tuvo rápidos avances. En febrero, sin embargo, se estancó en las encuestas. Ahora, dos democratacristianas han generado un vuelco en la tendencia. Carolina Goic, presidenta de la DC manifestó su voluntad de asumir una eventual candidatura. Como primera consecuencia se paralizó la corriente que se insinuaba en el PDC a favor de Guillier. La senadora Goic concitó un apoyo generalizado justo cuando se requería fortalecer con urgencia la unidad. Y, casi de inmediato, se produjo otro remezón noticioso. El gobierno de Raúl Castro determinó que la ex parlamentaria y ex ministra Mariana Aylwin era “inadmisible” en Cuba. Mariana iba a recibir en representación de Patricio Aylwin, su padre, el premio Oswaldo Payá entregado por la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia. Impedirle la entrada fue un gesto poco afortunado. Lo agravó, además, la reacción de la embajada cubana en Santiago. Aseguró que se trataba de “una grave provocación internacional contra el gobierno cubano… gestada por un grupo ilegal anticubano”.Los efectos no se dejaron esperar. Falta todavía para apreciar toda la magnitud del impacto. Pero ya es evidente que Guillier seguirá debilitándose, ahora en beneficio de Carolina Goic. Su débil reacción ante la situación de Mariana Aylwin ha sido interpretada como el deseo de privilegiar el eventual apoyo del PC. Ahora la Nueva Mayoría enfrenta el peor desafío de su existencia. Para ello bastaron la torpe acción cubana y la fuerza moral de dos notables mujeres.

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Imagen de Abraham Santibáñez Martínez

Secretario General del Instituto de Chile. Miembro de la Academia Chilena de la Lengua.Premio Nacional de Periodismo 2015

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