Señor Director:
El Almirante escoces Lord Thomas Alexander Cochrane, contratado por el Gobierno de O´Higgins, desembarca en Valparaíso en noviembre de 1818.
En diciembre del mismo año, asume el mando como Comandante en Jefe de la recién creada Escuadra Nacional. Entre enero y septiembre de 1819, en dos oportunidades, bloquea y bombardea el Callao, logrando arrebatarles algunos buques a los españoles.
Entre enero y febrero de 1820, Cochrane, enarbolando la bandera española -astutamente- logra engañar una decena de fuertes realistas que protegían Niebla, Corral, Mancera y Valdivia, obteniendo su primera gran victoria con la toma y conquista de ese estratégico bastión español. Ese mismo año, el 20 de agosto, como comandante de la flota naval se integró a la Expedición Libertadora, desembarcando en Paracas más de 6.000 hombres, al mando del General San Martín.
Thomas Cochrane, durante su servicio al Gobierno de O´Higgins, además de nacionalizarse como chileno, demostró su compromiso con la causa independentista ganándose el reconocimiento y la admiración de todos aquellos que sirvieron bajo su mando. Su valor, su ingenio y astucia, es la gran herencia a la Armada de Chile. De su espíritu innovador conocimos los desembarcos, las lanchas torpederas, las operaciones de decepción y engaño y el uso de cohetes.
Un legado que se ha mantenido inalterable por 200 años. Un sello que marcó a Manuel Blanco Encalada y posteriormente a Arturo Prat. Lo aprendieron en la independencia de Chile, lo practicaron en la Guerra del Pacífico y lo mantienen -hasta hoy- como una característica profesional. Su valor lo sellaron con el Combate Naval de Iquique, su astucia se lució en el Combate naval de Punta Gruesa y su ingenio, lo demostraron con la lancha Colo Colo navegando en el lago Titicaca.
Christian Slater Escanilla.
Coronel (R).