Señor Director:

 

Este domingo 12 de febrero, después de que 30 soldados del Ejército argentino y chileno, recrearan la titánica hazaña del Cruce de Los Andes, celebraremos el triunfo y los 200 años de la Batalla de Chacabuco. 

 

Numerosas han sido las actividades históricas, en que ambos ejércitos, las autoridades civiles y la ciudadanía en general han participado en estos días, recordando el magnífico Plan Continental ideado por el General Argentino José de San Martín, junto al incondicional y leal apoyo del General Bernardo O´Higgins, cuya destacada participación en esta etapa de nuestra historia nacional, le mereció finalmente su designación como Director Supremo.

 

Algunos historiadores y otros que no lo son, al parecer en busca de una fama inmediata, en vez de destacar la acción de estos dos grandes estadistas – que, juntos se potenciaron y permitieron la libertad de América – se esmeran por resaltar en ellos, solo sus debilidades humanas, propias de todo mortal. Comentarios que en nada aportan a la debilitada unidad nacional.

 

Ambos Generales, se conocieron en Europa, bajo las ideas libertarias de Francisco de Miranda. A partir de 1810 y probablemente mucho antes, cada uno sabía cuál era su rol en la historia. Para San Martín, llegar hasta el Perú. Para O´Higgins, lograr la Independencia de Chile y apoyar a San Martín.

 

O´Higgins, desde su primer día como Director Supremo, se esmeró por organizar la Primera Escuadra Nacional, contratando para ello al Almirante Ingles Thomas Alexander Cochrane. Al mismo tiempo envió al reciente capturado bergantín Águila a rescatar a un centenar de ilustres patriotas relegados, por los realistas, en el archipiélago de Juan Fernández. Entre ellos, Manuel Blanco Encalada, quien llegaría a ser el comandante de la Primera Escuadra Nacional y primer Presidente de Chile.    

 

Paralelamente, para reforzar el dominio del mar, O´Higgins entregó patentes de corso. Buques de guerra que, con la bandera de Chile, recorrieron el océano pacífico desde el Cabo de Hornos por el Sur y hasta Panamá y California por el Norte. 

Corsarios al servicio del gobierno de O´Higgins con una autorización escrita y sellada para asaltar, capturar o destruir naves hostiles a los intereses de la naciente República de Chile. 

 

En esta poco conocida historia de Corsarios, destaca el Capitán inglés John  Illingworth Hunt, quien en su goleta “Rose”, trajo desde Inglaterra a Valparaíso al Almirante Cochrane. El Capitán Illingworht, después de un ofrecimiento de O´Higgins, se contrató como Corsario y su goleta fue artillada con 36 cañones ahora, con el nombre, “Rosa de Los Andes”. Por cosas del destino, después de cumplir en forma brillante su acción de corso, llegó a ser Almirante y el gran impulsor de la Armada del Ecuador.

 

Esta tenaz decisión de O´Higgins por lograr el dominio del mar, en poco tiempo, fue conocida hasta el Caribe, donde, entre algunos antecedentes históricos, podemos establecer que un marino francés llamado Louis Michel Aury, también adquirió una patente de Corso del Gobierno de O´Higgins. Esta fue entregada por el clérigo chileno José Joaquín Cortes de Madariaga quien, en esa época, vivía y participaba activamente en el proceso libertario de Venezuela. 

 

Así fue, como este Corsario francés, en favor de “la causa” y la supuesta autorización de O´Higgins, en julio de 1818 y con la bandera chilena y argentina en sus naves, desembarcó en la Isla de San Andrés, (hoy de Colombia), en pleno mar del Caribe, estableciendo lo que por poco tiempo se conoció como la “República de Los Estados Unidos de Buenos Aires y Chile”. 

 

Todas estas acciones, permitieron finalmente que el Plan de San Marín se pudiera concretar en 1821, año en que lideró el Ejercito Libertador con la bandera chilena de tres estrellas, desembarcando en Lima, con una fuerza expedicionaria chileno – argentina que le daría la independencia al Perú. 

 

Todos estos acontecimientos, sin entrar en intrigas y pasiones antojadizas o convenientes para vender un libro de verano, corresponden a la historia que escribieron nuestros antepasados, que dejaron de lado los mezquinos intereses personales para coludirse, pero esta vez, por una causa justa para la Patria. 

 

Christian Slater Escanilla.

Coronel (R).

Magister en Inteligencia y Planificación Estratégica.

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