Se acercan las elecciones y ya vemos tapizadas de propaganda electoral nuestras ciudades, liderando Coquimbo, que apenas se reconoce entre tantas promesas al viento y frases muy elaboradas comunicadas en los carteles que se ubican, a pesar de que no debería ser, en palmeras, postes, murallas, casas, plazas, carreteras y cuanto lugar existe.
Pero la presencia de los políticos y candidatos hace ya bastante tiempo que ha invadido también otro espacio: el ciberespacio, donde el mensaje ya no es solamente unidireccional y afortunadamente podemos elegir eliminarlo si no nos interesa. Los políticos hoy recurren a la Red para acercarse a los ciudadanos y no es solamente por un tema de ser moderno o tener otra opción de difusión, sino porque Internet es el medio más barato, es posible dirigirse a un electorado más definido, se controla mejor la audiencia que visita la página web o las redes sociales, hay generación de opinión y una interacción real e inmediata y permite una mayor creatividad al posibilitar la entrega de contenidos más originales, utilizando las distintas herramientas multimedia.
Pero, como leía en un artículo sobre el tema, “Debe existir coherencia en el mensaje que se entrega, de nada sirve si el candidato no se muestra humano, creíble y confiable (muy pocos logran esta trilogía) y no debe existir diferencia alguna entre el candidato 1.0, el que está en la calle y visita a su comunidad, con el 2.0 que está en Internet”
Por lo tanto, así como Internet puede potenciar al candidato o político, también puede destruirlo electoralmente.
Particularmente yo necesito que cualquier candidato me responda a tres consultas fundamentales: ¿Qué ha hecho?, ¿Qué está haciendo? y ¿Qué va a hacer? y como en los innumerables carteles y propaganda esas preguntas no son resueltas, es prioritario que en su página web, y a través de las redes sociales, las responda.
Consideremos que dentro de las herramientas 2.0 la que tiene mayor valoración como utilidad real para acciones políticas es Twitter, especialmente para convocatorias, información y movilizaciones, seguido de Facebook, luego el sitio web del candidato, para continuar con youtube con sus videos, blogs, mail de campañas y otros. Por lo tanto, si un candidato desea mostrarse a los internautas y potenciales votantes, tiene que necesariamente utilizar twitter, que le permite un contacto directo, sin filtros ni direccionamientos innecesarios que en ocasiones no dejan conocer a la verdadera persona tras el candidato.
Hoy, la participación ciudadana, y derivado de ello el activismo, es potenciada totalmente por las nuevas tecnologías, y es así como los ciudadanos en la Red se organizan, opinan, participan, se comunican, interactúan, y han pasado de ser observadores a ser protagonistas de los procesos de cambios, traspasando el ámbito virtual e incidiendo directamente en el político y social. Hoy los internautas tienen voz…y voto, y ello quedó demostrado hace un tiempo atrás con el caso de estudio del añorado ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, donde se utilizó las posibilidades que ofrece Internet para llegar a la gente joven. Otros casos se han analizado a nivel de candidatos presidenciables latinoamericanos, donde las redes sociales se han convertido en grandes aliadas y se han volcado acciones de ciberactivismo que permitan cambios.
Hoy, el ciudadano no solamente espera la noticia o información del político, también necesita comunicarse con él, y el uso de las herramientas 2.0 lo permite. De hecho, la mayoría de los candidatos regionales ya tiene y utiliza su sitio web, enlazado con sus cuentas de facebook y twitter, y sería novedoso a modo de cuantificar quién es el personaje regional más importante o influyente en las redes sociales el realizar un reportaje sobre el tema, es decir, determinar quién es quién en la contienda política…pero en internet. Debería ser a nivel de candidatos a Diputado, Senador, Core, etc., donde por ejemplo, se evalúe su sitio web (Si posee compromisos del candidato, biografías, agenda de campaña, sala de prensa, publicidad política multimedia, captación de fondos, registro y reclutamiento de adherentes, contacto, tienda de souvenirs, enlaces a facebook, twitter y youtube, fotografías, encuestas informales, sección de descarga de banners, fondos de pantallas, material de campaña, volantes, sección de humor que refresque y revitalice la pésima y maloliente imagen de la política nacional, en definitiva, reírse de uno mismo, programa general y detallado en caso de salir electo, etc.). Asimismo se analizaría a los candidatos que tengan cuenta de twitter, indicando seguidores, a cuántos siguen y tweets. Por último Facebook, donde además de la cantidad de amigos que tienen se señalarían otros datos.
En definitiva este estudio nos permitiría conocer el comportamiento y el uso de las redes sociales e Internet que realizan los candidatos de nuestra región, además de conocer los perfiles de cada uno hacia la comunidad virtual, asimismo conocer la utilización de las herramientas 2.0 para el accionar político. Conoceremos al candidato con más adherentes virtuales, y pensaremos el que si un candidato es propenso a tener una gran cantidad de amigos y simpatizantes en la vida real también lo tendrá en las redes sociales. Por último, conoceremos cómo se está desarrollando la ciberpolítica en nuestra región y cuando ya terminen las elecciones podremos llegar a conclusiones tales como si el preferido en Internet llegó a ser también el preferido en las urnas, como no sucedió con el candidato Antanas Mockus en la campaña presidencial de Colombia, donde sí obtuvo un triunfo virtual en base a su manejo de las redes sociales, pero ello no fue suficiente para llegar a ser Presidente de su país.
La política 2.0, no la hacen los políticos, la hacen los ciudadanos.