“Hola. Tengo problemas con la cuenta del banco, no puedo ingresar y tengo que hacer un trámite urgente para pagar un servicio. Disculpa que te moleste con esto, pero necesito tu ayuda. Me puedes transferir $200 mil y yo te lo devuelvo apenas se habilite la página web del banco”.
Mensajes similares a este llegan a cientos de usuarios cada día, y nada menos que desde sus contactos generalmente los que tienen mayor frecuencia de diálogo, a través de la plataforma whatsapp, porque son los que tienen más cercanía y más confianza con la posible víctima, aunque detrás del mensaje hay un delincuente que clonó la aplicación y se apropió de la cuenta personal.
Las estafas y defraudaciones digitales, están “a la orden del día”. Las cifras de la PDI con denuncias por este delito siguen aumentando cada semana y así se consagró como el ilícito que más aumentó entre 2020 y 2021, en tiempos de pandemia.
“La primera recomendación es desconfiar cuando llega este tipo de solicitud. Sobre todo, si alguien pide dinero por mensajes o redes sociales. Lo principal es asegurarse con quién se está comunicando y para eso es necesario hablar con la persona directamente, por teléfono, o de forma presencial. Incluso si está comprando algo, y no puede ir presencialmente, es necesario que algún familiar o amigo pueda hacerlo y confirmar que el negocio existe, antes de transferir dinero”, advierte el subprefecto Carlos Paz, jefe de la Brigada de Delitos Económicos La Serena.
Así como WhatsApp, la red social Facebook, Instagram, Market Place y portales de comercio digital, hasta mensajes de falsos ejecutivos o encuestadores para ingresar a un link, son parte de los medios más usados por los delincuentes que se aprovechan de la buena fe y de lo impersonal que resultan estas plataformas, logrando grandes dividendos a partir de los engaños.
La Gran Estafa
307 millones de pesos sustrajeron a una víctima desde su cuenta bancaria, fondos que mantenía por una herencia recibida, pero el dinero desapareció. De acuerdo a la investigación que lleva adelante la PDI en conjunto con la Fiscalía de La Serena, los fondos habrían sido transferidos a otra cuenta de la víctima. Así se pudo efectuar una serie de giros, pagos, avances, transferencias y compras, realizando alrededor de 200 movimientos hasta dejar el saldo en cero y, en total, la defraudación superó los 319 millones de pesos, según la denuncia de la víctima.
“Existen bandas dedicadas a ubicar números telefónicos para realizar el trámite de la portabilidad, en empresas telefónicas, con documentación falsa hasta conseguir un nuevo chip, donde logran acceder a todos los datos y claves que se mantienen guardadas en el celular oficial, pero ahora a través de un nuevo teléfono”, señala el subprefecto Carlos Paz, jefe de la Brigada de Delitos Económicos La Serena.
Advierten en la PDI, que esta forma de defraudación es inédita en la región de Coquimbo, aunque es un procedimiento habitual para cometer estos delitos en la región Metropolitana, reconoce el detective. La recomendación, es tener clarificado en los bancos que cualquier movimiento que se realice, sea informado oportunamente y en forma directa por los canales oficiales de comunicación de la entidad bancaria o por el ejecutivo.