Si, tal como señala el titular, cinco homicidios de diversa naturaleza han tenido lugar en la Región de Coquimbo, concentrados principalmente en la conurbación, pero también se suma el asesinato de un conocido comunicador radial en Los Vilos, a manos de una adolescente.
Suma y sigue. El viernes, se produjo un homicidio contra un hombre en en Las Compañías, y se encontró el cuerpo en el sector de La Varilla con ocho impactos de bala, además de diversas heridas por arma cortopunzante.
Y para variar, la jornada de ayer volvió a teñirse de tragedia, luego de conocerse dos homicidios: uno de ellos en el sector de El Fundo Islón y otro en San Juan, Coquimbo.
Enorme agresividad
Marisol Urrutia, sicóloga de la Universidad Central sede La Serena, conversó con nuestro medio para intentar explicar las motivaciones para actuar de una manera tan fría y despiadada. “En cualquier acción humana, sobre todo cuando vamos a atentar contra alguien, hay múltiples factores que intervienen. Pero hay aspectos que son comunes a todo tipo de homicidios, ligados a la frialdad. También existe una falta de empatía enorme, que se desarrolla como mecanismo de defensa, sobre todo si han tenido vidas muy difíciles. Si hay bandas que se dedican a esto, creo que hay un desarrollo moral que se ve afectado de manera colectiva, lo que responde a las necesidades de su grupo”, afirmó.
Impacto
El hecho que tuvo lugar en la comuna puerto se produjo específicamente en la calle San Ramón, en la población Porvenir, sector de San Juan.
Por orden del fiscal del turno, llegó hasta el sitio del suceso la Brigada de Homicidios de la PDI, acompañados de peritos del laboratorio de Criminalística Regional, a fin de dar inicio a las primeras diligencias de investigación, la inspección del sitio de suceso y el levantamiento de evidencias necesarias.
Cabe señalar que al proceder a verificar el cuerpo de la víctima, se constató que éste presentaba heridas cortantes atribuibles a la acción de terceras personas.
En el procedimiento, que tuvo lugar cerca de las 11:00 horas, se estableció como causa probable de muerte un traumatismo torácico por herida corto penetrante, con una data aproximada de 10 horas.
“Personas que caminaban por el sector detectaron la presencia de este cuerpo, y en el lugar se dio inicio a las labores investigativas y de interpretación de este hecho. Se continúan realizando empadronamientos en el lugar a fin de ubicar a testigos, con la finalidad de establecer la dinámica de los hechos y la identificación de él o los responsables en el ilícito”, señaló el comisario Claudio Alarcón, jefe de la Brigada de Homicidios de La Serena.
Alevosía
Sin embargo, el hecho que mayores inquietudes y aristas abre es el sucedido en el sector del Fundo Islón, en La Serena, ya que en horas dela mañana de ayer, Juan Duarte de 66 años, fue encontrado muerto en condiciones inhumanas por parte de otro trabajador del recinto. El sujeto fue amordazado, maniatado y quemado vivo. Además, el cuerpo habría sido encontrado cubierto con un colchón.El hecho ocurrió en la habitación donde esta persona descansaba, pues desempeñaba múltiples actividades al interior del fundo. Además, se dedicaba al cuidado noctuno del terreno.
Al lugar, llegó Carabineros para tomar en primera instancia el procedimiento, y luego por orden del fiscal de turno, se apersonó la Brigada de Homicidios de la PDI.
Una persona ligada al sector de Islón, y que prefirió mantener en reserva su identidad, conversó con diario El Día, y pese al impacto de lo sucedido, relató los acontecimientos.
“Conversamos con la última persona que estuvo con él . Estuvos junto a Juan ayer (viernes) aproximadamente hasta las siete de la tarde. Esta persona se retiró y luego sería Juanito quien cerraría el recinto con candado. Por eso, le llamó mucho la atención a este trabajador, al llegar nuevamente por la mañana del sábado que no estaba asegurado el acceso. Luego, ingresó a la habitación y salió un intenso humo, pero ya no había fuego. Y se encontró con el cuerpo sin vida de Juan, amordazado y quemado. En primer momento lo llamó y lo buscó, sin respuestas ”, subrayó.
Según otra fuente, se trataba de un hombre bueno, muy confiado, que prestaba dinero incluso a quien lo necesitara. “Juan además manejaba mucha plata en el lugar. Yo, sinceramente, creo que hay personas que saben quien fue el que hizo esta brutalidad. Y no fue uno solo. Pienso que él los conocía”, aseguró.
Además, acotó que no era primera vez que era víctima de un hecho de estas características. “Era una persona muy pasiva, nadie se explica cómo le pudieron hacer algo. Entiendo hay cámaras de seguridad en el lugar”, insistió.
Cabe destacar que Juan cumplía diversas funciones en el fundo, tales como recibir y vender verduras, pagaba a los proveedores, manejaba dinero y operaba como cuidador.
Una mentalidad alterada
A juicio de Marisol Urrutia, sicóloga de la Universidad Central Sede La Serena, una vez producido un homicidio, la persona siente la satisfacción momentánea “de haber llegado a un ideal de justicia, en un sistema de moralidad que es distinto al de la mayoría de las personas. Ven a la persona a la que han dañado como un obstáculo o como un enemigo para sus propósitos, no sólo personalmente sino también para su entorno”, argumentó.
Si el contexto de un año marcado por la pandemia y otras situaciones de carácter económico y social pueden influir o favorecer estos comportamientos extremos, Urrutia indicó que “todas las personas están en un nivel de estrés mucho más alto que lo normal. Hay quienes sufren ansiedad, y ante esta situación compleja, suele suceder que quienes tienen menos manejo en materia emocional, con patologías de base, pueden tener momentos de pérdida de control, exacerbando las situaciones al máximo”.