El pasado 19 de octubre, la familia de María José Zambra Cortés, la joven madre de 30 años de edad, recibió la peor de las noticias y es que el cuerpo descuartizado de su pariente había sido encontrado bajo el Puente El Libertador.
A esa fecha ya llevaban 50 días buscándola desesperadamente sin resultado alguno.
Ese día, tras aparecer parte del cuerpo, su cabeza y algunas extremidades bajo el puente, además del tronco y una pierna en un sitio eriazo de los alrededores, el fiscal de turno determinó la presencia de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones, PDI, que encabeza el jefe de esa unidad, Cristián Lobos Lara, entidad que busca desentrañar los hechos que terminaron con el asesinato de la mujer.
Hermetismo policial
Hasta ahora, la policía ha trabajado en un profundo silencio, luego de haber recibido las críticas de los familiares de la víctima, quienes han señalado en reiteradas oportunidades que funcionarios de la PDI no han hecho lo suficiente en el caso.
Sin embargo, una de las claves para resolver un crimen tan brutal como el de María José Zambra, son las pistas que lleven a él o los autores, muchas de las cuales se recogen en el sitio del suceso y también con los datos que pueda entregar la familia, cercanos y empadronamientos.
Precisamente es a esto a lo que se ha abocado la policía, haciendo un registro minucioso y reconstruyendo los últimos días de la joven madre.
De ahí, que hayan estado conversando con la familia, desde donde podría surgir algún dato que les indique una línea investigativa.
Los muertos hablan
Uno de los dichos avalados en muchísimos casos resueltos que tienen las policías es que “los muertos hablan”, esa es la razón por la cual en el caso de María José, se registró milimétricamente el lugar en donde fueron encontrados sus restos, con el objeto de levantar datos que terminen en alguna pista.
Si en este caso se obtuvo algún dato relevante en el sitio, es algo que públicamente no se sabe, ya que el trabajo lo están realizando con un prudente hermetismo, puesto que cualquier dato que se fugue podría entorpecer la investigación.
La Fiscalía
Se trata de un caso casi único en la zona y de difícil solución, por eso es que la policía tiene a funcionarios preferentes dedicados al caso y así lo dio a conocer el fiscal regional, Adrián Vega, hace unos días. “La investigación está en pleno desarrollo y con funcionarios preferentemente dedicados al caso”, dijo en esa ocasión.
Otra clave que habría estado escudriñando la PDI en busca de resolver un caso que los habría complicado más de la cuenta, sería las eventuales relaciones que podría haber tenido María José y en este ámbito incluso ya habría interrogado al padre de uno de sus hijos, pero hasta la fecha tendrían un puzzle sin solución.
Dentro de las indagatorias no se habría descartado ninguna hipótesis, por eso los policías han tenido que ir descartándolas una por una para no cometer errores, puesto que no solamente tendrían la presión de la familia, sino que también la de la fiscalía.
Una tercera clave, sería que estén involucrados extranjeros.
Un vuelco en el caso
Un hecho que podría ocurrir es que las indagatorias de la Brigada de Homicidios, dé un vuelco completo al caso y sorprenda resolviéndolo de una forma inesperada.
Pero lo concreto es que hasta ahora se trabaja para resolver este crimen y la responsabilidad mayor recaería en el jefe de la BH, quien ha mantenido a sus funcionarios trabajando silenciosamente.
De hecho, a los familiares de la víctima, se les habría entregado muy poca información y se les ha mencionado que están investigando.
Una de las crudas verdades que se les habría transmitido, es que los restos no fueron encontrados en un solo lugar, sino que partes bajo el Puente El Libertador y otros restos en las cercanías de una bencinera del sector.