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Alejandro Pizarro Ubilla
Historias de personas que han realizado importantes inversiones, buscando mejorar su calidad de vida, se han visto truncadas por la acción delictual de presuntas bandas organizadas. Piden fortalecer la seguridad del centro.

Tras el inicio de la pandemia, uno de los hechos que mayor preocupación ha generado entre los dueños y trabajadores de diversos locales comerciales en el centro de La Serena son los robos e intentos de actos reñidos con la ley que han protagonizado varios negocios. Algunos de estos hechos incluso han afectado a personas que con mucho esfuerzo han invertido para conseguir levantar sus emprendimientos.

En efecto, en la edición de ayer de diario El Día, señalamos una problemática que ha sido recurrente y ha favorecido todo tipo de delitos en la calles: la falta de luminarias en distintos puntos de la ciudad, lo que ha generado controversia. Si bien existe preocupación por parte del Departamento de Seguridad Ciudadana del Municipio por solucionar esta situaciones como afirmó su encargado, Gonzalo Arceu, historias recientes dejan de manifiesto que son necesarias nuevas medidas.

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Toda una inversión



Pablo Jofré es dueño del Café Preto. Se trata de un negocio que en primera instancia se ubicó en el sector de San Joaquín, con mucho éxito y variedad de cafés brasileños, en especial. Sin embargo, debido a las circunstancias del último año y medio decidieron trasladarse hasta el centro de La Serena, con una alta calidad pero con un modelo de negocio un poco más Express, en Los Carrera 232.

Lamentablemente, se encontraron con la desagradable noticia en la madrugada del domingo. “Fue lamentable ver un destrozo de esa magnitud. Nos invadieron y se llevaron absolutamente todo, en este momento no tengo nada en el negocio. Pasando por las máquinas para preparar el café, y cada una de ellas tiene un costo de $3 millones. Los molinos me cuestan casi $600 mil cada uno, con otros daños adicionales. Al final, estamos hablando de casi $8 millones”, aseguró.

Lo cierto es que a los pocos minutos de ocurrido los hechos, unas personas pasaron por fuera del negocio y notaron que algo raro estaba pasando. De hecho, llamaron a Carabineros porque veían a personas sospechosas sacando cosas del lugar. “Luego llegó la policía, pero ya no habían personas al interior del local. Posteriormente, se detiene a dos personas con especies del local en otro lugar, pero entiendo que rápidamente fueron dejadas en libertad”, indicó.

A su juicio, lo preocupante de este caso es que “para poder sacar las máquinas del local, significa que actuaron de manera absolutamente premeditada. Pienso que conocían perfectamente la lógica del negocio”, aseguró Pablo Jofré, quien incluso nos confidenció que tanto él como su mujer renunciaron a una empresa minera, para realizar esta inversión que, soñaban, les devolvería la calidad de vida familiar y así terminaría con los estresantes sistemas de turno. Pero la mano delictiva cortó ese sueño.

Su mayor preocupación pasa porque en casos como el suyo y el de otras personas considera que “Carabineros hace su parte, pero creo que es en la Fiscalía donde la situación queda entrampada, porque no se continúan las investigaciones”.

En efecto, de acuerdo a información de diario El Día, existiría una banda organizada que permanentemente se dedica a este tipo de robos en el centro de La Serena.

Una pérdida total



Similar es la historia que le ocurrió a Gabriela Díaz Gómez y a su salón de Belleza “Flowers Swett”, que antiguamente se ubicaba, junto a otros locales comerciales, en Colón con Los Carrera.

Pero sucedió lo peor el 4 de enero del 2020, antes de la pandemia, lo que demuestra que se trata de una problemática de largo tiempo. “Yo no contaba con un sistema de alarmas, pero sí tenía un sistema de cámaras de seguridad. Días antes recibí la visita de personas muy extrañas, debo reconocerlo”, contó a El Día.

En efecto, sólo al día siguiente del robo- domingo- revisó las cámaras de seguridad, donde se encontró con la sorpresa de que estaba todo destruido y se habían llevado prácticamente todas las herramientas de trabajo, y sólo quedaron los muebles.

“No fue un robo fácil, porque rompieron las chapas de tres puertas. Como esa calle es tan sola y es muy oscura, eso facilitó que no sólo a mi local, sino que a una cafetería y una tienda de vestidos de novios le llevaran prácticamente todo. Yo perdí prácticamente tres millones en especies”, recordó Gabriela, quien si bien ha logrado ponerse de pie, tuvo que solicitar préstamos e incluso recurrir al retiro de sus 10% para salir adelante.

“Lo lamentable es que personas como yo, que hemos tenido que salir adelante a punta de esfuerzos, nos sentimos impotentes y abandonados ante hechos como éstos”, argumentó.

En efecto, el presidente de la Cámara de Comercio y Turismo de La Serena, Patricio Araya, aseguró que “están inquietos por los robos en lugares habitados, durante la noche y en horario de toque de queda. Lo que esperamos es que haya resultados mediante la Fiscalía de foco, con preocupación exclusiva en robos y hurtos que se produzcan dentro de los locales comerciales. La idea es dar con los autores de estos hechos, que se caracterizan por utilizar el mismo modus operandis”, concluyó.

 

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