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UdeChile
Reconocida por su lucha en contra de la instalación de una central termoeléctrica en Combarbalá y numerosas otras causas ambientales, fue hallada muerta en un inmueble abandonado en la ciudad de Calama. Desde el mundo político y medioambientalista condenan el hecho y exigen la mayor de las penas a los responsables.

Una profunda tristeza y una sensación de injusticia son los sentimientos que prevalecen en la comunidad y, sobre todo, en las organizaciones defensoras del medio ambiente y de los derechos de la mujer, tras la trágica y violenta muerte de Javiera Rojas (42), activista ambiental de la comuna de Combarbalá.

El domingo Javiera fue hallada muerta, atada de pies y manos, en una casa abandonada en la comuna de Calama, lugar donde residía desde 2019, tras dejar Combarbalá para hacerse cargo del cuidado de su madre.

De acuerdo con los antecedentes aportados por la policía, el inmueble funcionaba como punto de venta de drogas, por lo que fue demolido por las autoridades. Sin embargo, algunas habitaciones siguieron en pie y eran utilizadas por migrantes.

Es así como un habitante extranjero de la vivienda encontró el cuerpo sin vida de la activista y dio aviso a Carabineros, quienes detuvieron como principales sospechosos del crimen a dos hombres, un chileno de 29 años y un venezolano de 23, quienes son investigados por la policía.

Tras conocerse la trágica muerte de Javiera, las reacciones de dolor y condena absoluta al hecho no se hicieron esperar, tanto a nivel político, como de las organizaciones sociales y ambientalistas, quienes exigieron una investigación acuciosa y penas ejemplificadoras para los responsables del terrible crimen.

 

Un trágico ejemplo de la violencia de género

El Movimiento por la Defensa del Agua y los Territorios (MAT), organización a la que pertenecía Javiera, emitió una declaración pública en la que manifestó que “el contexto confuso descrito hasta el momento, no nos permite afirmar hasta ahora que se deba a su calidad de defensora, sin embargo, podemos asegurar que se enmarca en la violencia de género que vulnera a mujeres día a día”. De acuerdo con el MAT, el crimen de Javiera obedece a una lógica de extrema “masculinización” que aún prevalece en muchas zonas del país, lo que restringe duramente los derechos de la mujer.

Asimismo, la agrupación ambiental Modatima publicó en sus redes sociales, su pesar por el asesinato que remeció al país, enviando apoyo a su familia y exigiendo se aclaren los hechos.

“Alzaremos la voz por Javiera y por cada mujer asesinada en este territorio, aún más, cuando se trata de luchadoras en contra del capital, el extractivismo y en resistencia a un gobierno indolente que se niega a firmar el acuerdo Escazú,  porque cada persona comprometida con el medioambiente, tiene un compromiso con el pueblo sencillo, el pueblo trabajador”, añade la publicación.

 

Condena absoluta al asesinato

Pedro Castillo, alcalde de la comuna de Combarbalá, de donde era originaria Javiera, manifestó que “la noticia generó una profunda consternación en la comunidad, hay un repudio generalizado a este feminicidio que enluta a la comuna. Javiera fue una dirigente muy activa en distintas causas socioambientales que movilizaron a la comunidad”.

El edil relata que en numerosas ocasiones conversó con Javiera y coordinó acciones respecto a la defensa legal que lideró el abogado Luis Mariano Rendón por la instalación de la central de respaldo termoeléctrico en la comuna de Combarbalá. Castillo detalla que “ella lideró, junto a otras personas, acciones para representar y anteponer intereses ambientales en nuestra comuna. Esta información que hemos recibido desde el norte del país ha generado una gran tristeza, profunda conmoción y consternación y esperamos que las situaciones asociadas a este femicidio sean aclaradas e investigadas por la justicia en profundidad y que los responsables reciban las máximas penas”.

Quien también se refirió a la muerte de Javiera fue el diputado y senador electo, Daniel Núñez, quien trabajó directamente con ella en Combarbalá. El parlamentario afirmó que “no queremos que nunca más, ninguna mujer en Chile sea asesinada y menos aún en situaciones tan dolorosas, en extrañas circunstancias como éstas. Pedimos una pronta investigación, que la Fiscalía actúe con mucha acuciosidad y le enviamos las condolencias a su familia”.

Asimismo, la diputada electa, abogada y dirigente feminista, Carolina Tello, expresó en sus redes sociales su desolación ante el crimen y manifestó que “el femicidio de Javiera Rojas duele, porque además de ser una activista, ambientalista y tremenda mujer, era una amiga y una guía”.

Leticia Ramírez, presidenta del Consejo Regional Campesino, también tuvo una estrecha relación con Javiera. “Yo conozco a Javiera desde que se inició en sus luchas contra la termoeléctrica, debe ser en 2016. Su activismo la llevó a participar en la Mesa de Desarrollo Rural y ahí comenzamos a trabajar juntas, en el embalse de la Tranca que pretendían inundar al pueblo del Durazno, el robo del agua del embalse de Valle Hermoso, el Plan Regulador del Limarí y suma y sigue, pasamos semanas con ella leyendo para tener las observaciones”, detalla Ramírez.

Cabe señalar que, este miércoles, pasadas las 19 horas se realizó una velatón en la localidad de Cogotí 18 en Combarbalá, lugar donde vivía Javiera, mientras que la Mesa de Desarrollo Rural, presidida por el alcalde Pedro Castillo, realizará la próxima semana una misa de responso en honor a la activista asesinada. 

 

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