• Foto Lautaro Carmona
    Foto Lautaro Carmona
Los antisociales (seis) habían robado un vehículo en Ovalle y huían por la Ruta D-43 rumbo a Coquimbo cuando se encontraron con los uniformados. Sin medir consecuencias los embistieron, quitándoles la vida y enlutando a una institución completa, que hoy llora la partida de Hans Knopke (37) y Luis Díaz (25).

“Nos mataron a dos de los nuestros”, dice el general Jefe de la IV Zona, Rolando Casanueva, mientras tras él todavía yacen en el suelo los cuerpos de Hans Knopke Briones (37) y Luis Díaz Manríquez (25), los dos nuevos héroes de Carabineros.

Son las 19:15 horas y allí, en el kilómetro 62 de la Ruta de 43, en Pan De Azúcar, todo el mundo tiene un nudo en la garganta. Una que otra lágrima resbala por la mejilla de algún uniformado que vio partir a dos de sus compañeros.

Y es que ayer fue uno de los días más negros en la historia de la institución, uno que los policías difícilmente podrán borrar de su memoria.

UN SIMPLE ROBO. Se trataba del robo de un vehículo, el delito que se comete con mayor frecuencia en la Región de Coquimbo. Nada trascendental.

Seis individuos en las cercanías del hospital de Ovalle, forzaron la chapa de un automóvil para llevárselo, y lo hicieron.

Tras el ilícito, a bordo de él huyeron cuatro de los antisociales, mientras los otros dos lo hicieron en un móvil diferente.

Alguien se percató de lo sucedido y dio aviso a Carabineros de la capital de Limarí quienes reaccionaron rápidamente y lograron dar con el vehículo robado. Sí, aquel eficiente accionar parecía una victoria, pero iba a terminar en tragedia.

Claro, al percatarse de la presencia policial los sujetos, lejos de pensar en entregarse, aceleraron y emprendieron la retirada en dirección a Coquimbo por la Ruta D-43. Al llegar al kilómetro 8 el móvil de los antisociales volcó por lo cual se cambiaron al segundo vehículo que los acompañaba y continuaron la huida.

La situación se puso difícil. Simplemente no podían detener a los delincuentes, quienes evadieron los bloqueos policiales de manera temeraria. Los sujetos estaban dispuestos a todo y así lo dejaron claro a la altura del cruce de Andacollo donde atacaron con armas de fuego a los efectivos. Minutos después se produciría lo peor, lo que nadie esperaba, el desastre.

EN LA OTRA DIRECCIÓN. A esas alturas, Carabineros de Ovalle había solicitado la colaboración de los efectivos de Coquimbo. Todos los dispositivos dispuestos para lograr controlar la situación. Incluso personal motorizado de la Primera Comisaría de La Serena había concurrido a la emergencia. Entre ellos, dos de los más queridos funcionarios, dos amigos. Eran  Hans Knopke y Luis Díaz.

Ambos experimentados y probablemente de los mejores patrullando a bordo de las motocicletas policiales. Fueron al lugar a un procedimiento más, pero como siempre, dispuestos a darlo todo, y lo dieron.

Al llegar al kilómetro 62 a la altura de Apatita, rumbo a Ovalle, se encontraron con la persecución. Los antisociales venían en dirección contraria, intentando retomar la carretera y por supuesto, ni Hans ni Luis estaban dispuestos a dejarlos pasar. Sin embargo, tampoco esperaban que los antisociales actuaran con tal crueldad y a sangre fría. Y es que simplemente se lanzaron en contra de los motoristas y los atropellaron, ante la mirada atónita de los demás efectivos, quienes no podían creer lo que estaba sucediendo. La persecución había terminado, la vida de Hans y Luis también, pero lograron su cometido, pudieron detener a los delincuentes.

EL DOLOR. “Yo salí cuando sentí las sirenas y un ruido muy fuerte, ahí fui a mirar y vi que estaban los carabineros en el suelo con las motos y los otros lloraban y gritaban, ‘por qué te moriste’, ‘por qué te moriste’, decía uno. A mí me dio escalofríos escucharlos, debe haber sido fuerte para ellos”, dice Paula Parra, quien vive a metros del lugar donde los carabineros fueron muertos.

Más allá, el dolor se hace cada vez más evidente. Han llegado todos los medios de comunicación de la región y también nacionales. También arribó el intendente regional Claudio Ibáñez, para dar el pésame al general y manifestar que le brindarán todo el apoyo a la institución para que se haga justicia. “Lamentamos y condenamos estos hechos delictuales, que enlutan a nuestra región y a nuestro país. Queremos enviarles las condolencias a las familias de las víctimas y decir que vamos actuar como uno solo. Mañana (hoy) a primera hora vamos a presentar una querella criminal, por homicidio calificado y agravado, porque esto ha afectado a dos de nuestros carabineros, que en sus funciones, en sus tareas han sido vilmente asesinados”, manifestó Ibáñez, en medio de la pena, de la impotencia y, sí, en medio de las lágrimas que esa tarde colmaron los ojos de todos.

HÉROES QUE SE VAN. 21:00 horas y ha sido una larga y triste espera. Los antisociales, 4 de ellos menores de edad, ya están en manos de la justicia (dos de ellos permanecen en el Hospital de Coquimbo).

Llega el carro del Servicio Médico Legal y es hora de que los héroes emprendan el viaje de vuelta tras haber dado la vida cumpliendo su labor. Suenan las sirenas y resuenan en el aire también las palabras del general Casanueva. “Uno siempre trata de jugar a ganar a los delincuentes, porque la sociedad lo pide, pero en este momento estamos con un dolor. Nos mataron a dos carabineros, nos asesinaron a dos carabineros”.

LAS VÍCTIMAS: Hans Knopke Briones, sargento segundo;El suboficial  era motorista, tenía 37 años, era casado con dos hijas y provenía de la ciudad de Punta Arenas.  Había ingresado a la institución en 1999.

Luis Díaz, carabinero; el joven de 25 años era soltero y provenía de la ciudad de Melipilla. Había ingresado a las filas de Carabineros en el año 2014.

LAMENTABLE COINCIDENCIA CON MUERTE DE OTRO HÉROE

Hace exactamente 18 años, un 11 noviembre de 1998 se produjo el asesinato de otro héroe de Carabineros en la región, el uniformado identificado como el cabo primero Pedro Antonio San Juan Monárdez falleció tras recibir un disparo en las cercanías de un servicentro Copec, ubicado en el sector de calle Baquedano en Coquimbo .

Las informaciones entregadas por El Día, en esa oportunidad, consignaban que  el uniformado se acercó a fiscalizar un radiotaxi en el que se trasladaba un grupo de individuos, momento en que fue repelido con un disparo a quemarropa efectuado desde el asiento trasero  por uno de los ocupantes del vehículo de alquiler.

La bala impactó en el tórax del cabo San Juan, exactamente dos centímetros por sobre el chaleco antibalas que portaba el uniformado, provocándole una grave herida  que en pocos minutos  cobró su vida en los instantes que era trasladado de urgencia al Hospital San Pablo.

 

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