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Lautaro Carmona
La autoridad aseguró que “estamos en condiciones de recibir población penal de las distintas regiones del país, cuando el servicio lo requiera, para satisfacer los requerimientos judiciales y operativos”. A su vez, señaló que “las fechas de celebración históricamente han demostrado ser de mayor tensión o estrés carcelario, lo que muchas veces se manifiesta de manera violenta”.

Conmoción generó la noticia que tuvo lugar la mañana del sábado, cuando se conoció que un reo proveniente desde Antofagasta, habitante del módulo 41 del penal de Huachalalume, sufrió una herida toráxica penetrante en la zona izquierda, por lo que debió ser trasladado en forma urgente hasta el Hospital de La Serena. Si bien no se trataba de lesiones que ponían en riesgo su vida, sí eran heridas de gravedad.

Lo cierto es que no es el único hecho de estas características que ha ocurrido en el penal serenense, lo que es reconocido por las propias autoridades y ha sido ampliamente destacado por las asociaciones de funcionarios, sumado a la llegada de una población de alta peligrosidad a la zona.

En ese sentido, conversamos con el director regional de Gendarmería, Rubén Pérez, quien dio a conocer la situación actual al interior de la cárcel de la capital regional.

-¿Cuáles son las principales características de la población penal en Huachalalume?

“Actualmente hay una población penal de 1.923 personas privadas de libertad, de ellos, 102 mujeres, 72 extranjeros y el resto son varones. Hay personas que se clasifican y segmentan en bajo, mediano y alto compromiso delictual; muchos de ellos son reincidentes. En cuanto a su procedencia geográfica, son internos/as que pertenecen a Coquimbo y La Serena, pero también hay muchos que provienen de otras regiones del país, algunos de ellos involucrados en delitos violentos de connotación pública y tráfico ilícito de drogas. Existe actualmente mayor incidencia y paulatino aumento en la participación de delitos relacionadas con el crimen organizado”.

-¿Cuáles son los criterios para determinar la llegada de un reo de alta peligrosidad desde otro punto del país?

“Se trata de evaluaciones rigurosas ponderando tanto la disponibilidad de plazas en el penal de destino, como las características individuales de cada interno/a, así como la necesidad de protegerlos contra las amenazas y agresiones de sus pares, como la combinación de circunstancias que desde el punto de vista de la seguridad penitenciaria hacen recomendable dicha determinación, que recae en la Subdirección Operativa de Gendarmería. En algunas ocasiones la contingencia también lleva a utilizar la alternativa de traslados por eventos complejos, ya que la cobertura como servicio es a nivel nacional, y tanto la comunidad como las autoridades esperan de nosotros un desempeño colaborativo y ordenado, marcado entre otras cosas por un uso eficiente de las instalaciones carcelarias, empleando el buen juicio para resolver estas situaciones, de manera metódica, con respeto por los derechos humanos y las consideraciones de carácter judicial”.

-¿Cuántos de esos internos han llegado a Huachalalume y específicamente desde qué otros penales?

“En la actualidad tenemos 400 internos en esa condición. Cabe precisar que el establecimiento tiene un alto estándar de seguridad por la data de construcción, diseño y características de sus instalaciones, así como también por la tecnología utilizada, preparación y disciplina de su personal. Estamos en condiciones de recibir población penal de las distintas regiones del país, cuando el servicio lo requiera, para satisfacer los requerimientos judiciales y operativos”.

-¿Qué medidas se toman para tratar de evitar situaciones de conflicto entre personas calificadas de alta peligrosidad?

“Se realizan diariamente procedimientos de registro y allanamiento sorpresivos, para detectar e incautar elementos y sustancias prohibidas por la reglamentación interna, incluidas las armas de fabricación artesanal, Además, se están realizando ajustes a la clasificación y segregación interna, bajo control de la respectiva Jefatura de Unidad, y la asesoría del Consejo Técnico, su equipo de trabajo en terreno y la Oficina de seguridad interna. Para avanzar en la intervención y disminución de factores de riesgo, por otro lado se efectúan actividades deportivas y atención de profesionales, lo que contribuye a disminuir los niveles de agresividad al interior del establecimiento”.

-Son complejas fechas como las que se aproximan (Fiestas Patrias) ¿se facilita el ingreso de drogas, por distintas vías, desde el exterior del penal?

“Las épocas de festividades siempre son sensibles, por tanto se refuerza con más personal y los procedimientos se agudizan para poder detectar elementos prohibidos por la administración penitenciaria, y que pudiesen vulnerar el normal funcionamiento del penal, poniendo en riesgo tanto a nuestro personal como a internos. Las fechas de celebración históricamente han demostrado ser de mayor tensión o estrés carcelario, lo que muchas veces se manifiesta de manera violenta en contexto de encierro. Las redes organizadas de delincuencia prosiguen movilizándose, en un contexto de narcotráfico e intento de ingresar drogas ilícitas a los establecimientos, tratando de permear todos los días nuestros controles, porque los delincuentes habituales no se detienen cuando se restringe su libertad. Los hallazgos de elementos prohibidos y droga que realizamos dan cuenta de esa actividad delictual, pero también del compromiso de los gendarmes por hacer bien su trabajo y denunciar las irregularidades”.

 

El caso Melissa

La madre de Melissa Chávez se encuentra desde febrero cumpliendo con la prisión preventiva en el recinto. Hablamos de Mirta Ardiles, cuya investigación prosigue desde febrero y que se extendió por 120 días más desde agosto, en el marco de la muerte de la menor.

-¿Cómo es el presente de Mirta Ardiles? ¿Se mantiene en un ala especial, alejada del resto de la población penal?

“Ella se encuentra aislada del resto de la población penal en la Unidad de Salud del penal, donde una vez a la semana recibe asistencia psicosocial. Se encuentra autorizada la visita de familiares, una hermana e hijo. Tiene derecho a recibir encomiendas, la que es entregada por parte de un familiar proveniente de Coquimbo. También recibe llamados telefónicos de su defensa, una vez por semana, y con la misma frecuencia puede comunicarse con su familia”.

 

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