La dramática muerte de Rosa Fritis (49), ocurrida el pasado sábado en la Parte Alta de Coquimbo, donde fue encontrada con diversas lesiones al interior de su vivienda, devela una triste realidad de dolor y vulnerabilidad.
Según el relato de sus más cercanos, sus últimos años estuvieron marcados por un largo historial de violencia de parte de su pareja A.J.N.C., imputado por el delito de femicidio.
Ayer, en la audiencia de formalización, el Juzgado de Garantía de Coquimbo decretó la prisión preventiva para el sujeto, fijando un plazo de investigación de 120 días.
En esta instancia, la Fiscalía dio a conocer detalles de los últimos días de vida de Rosa, quien estaba envuelta en una relación tortuosa, marcada por el consumo problemático de alcohol y drogas.
Evidencias que duelen
Los hechos se habrían registrado el sábado por la tarde en el inmueble donde Rosa vivió por años con su pareja, en calle Gobernador esquina Riquelme.
Allí, de acuerdo a la información entregada por el Ministerio Público, la víctima habría recibido diversos golpes en distintas partes del cuerpo.
La mujer presentaba graves lesiones en su rostro y labios, provocadas por un elemento contundente, así como signos de quemaduras en la zona torácica y diversas heridas en manos y pies.
El informe de autopsia estableció la causa específica de muerte como un traumatismo cráneoencefálico, que según la ciencia médica se relaciona con un fuerte impacto en la cabeza con un elemento contuso.
“El deceso, lo que es claro, fue ocasionado por terceros, por lo que legalmente se trata de un homicidio”, argumentó el ente persecutor en la audiencia.
Una historia de dolor
Pero las agresiones que provocaron su muerte no serían aisladas, ya que otros antecedentes revelados por el Ministerio Público dan cuenta de una relación tortuosa, que la mantuvo por años en el círculo de la violencia.
Según informó el fiscal, la hija de la víctima señaló que el presunto femicida tuvo una actitud errática una vez sucedidos los hechos. “Siempre le ha pegado a mi mamá. Al verlo, mi tía le recriminó y él dijo que ella se lo buscó”, declaró.
Otra familiar afirmó que ese día “vi al sujeto con una jeringa en su mano. ‘Ella se lo buscó’, decía, haciendo gestos burlescos”.
Pero este delito esconde otra faz muy dolorosa, ya que se trata de personas en situación de vulnerabilidad, pues según testimonios de testigos era común verlos pedir dinero para el consumo de drogas y alcohol. Su hermana ratificó que “era algo habitual verla maltratada”.
Otra vecina acotó que “los conocí a ambos, pero se hicieron pareja en la medida que fueron cayendo en el alcohol y la droga, donde la constante era la violencia. Él no medía las consecuencias”.
Fue esa misma mujer quien recordó que recientemente, el pasado miércoles 27 de octubre, Rosa recibió una patada en su boca, provocando dolores en su cabeza y costillas. “¡Hasta cuando iba a soportar! Primero le ofrecí llamar a Carabineros, pero luego ella misma se retractó. Incluso había ocasiones en que Carabineros llegaba a la casa, pero ella misma decía que no había pasado nada, aunque había días en que se escuchaban gritos en esa vivienda”, apuntó.
Un sobrino del formalizado ratificó que tenían “una relación de más de 25 años, muy dura, basada en consumos problemáticos”.
En otra declaración, que resulta decidora, otro testigo afirmó que en más de una oportunidad Rosa le aseguró que “mientras más me pega, más lo amo”.
Incluso, según otra voz, el mismo día de la muerte de esta mujer se tejieron situaciones casi incomprensibles. “El sábado 30, cerca de las 19:00 horas, cuando sucedieron estos acontecimientos, él lloraba, pero insistió en que ella se lo había buscado”.
En efecto, según imágenes proporcionadas por la PDI, en la vereda que se ubica frente a la vivienda, se pudo encontrar una suerte de herramienta, elemento contundente que podría tener alguna relación con estos hechos.
La violenta partida de Rosa sin dudas deja nuevas incógnitas, puesto que desde la defensa de A.J.N.C. tienen una versión con marcados matices respecto de lo señalado por el Ministerio Público.
Ponen en duda
La defensa solicitaba una medida cautelar de arresto domiciliario para el imputado, porque desde la mirada de este interviniente no habían antecedentes suficientes para asegurar que la pareja de Rosa Fritis sea el autor del crimen.
“Mi representado sostiene que había estado trabajando ese día en un domicilio cercano, lo que sería ratificado por otros , y que se quedó incluso a dormir en otra vivienda. Por lo tanto, hubo un lapso de tiempo en el que no se encontró en la casa donde vivía junto a su pareja”, planteó el abogado.
No obstante, una de las personas que había estado realizando esas labores con el presunto autor del deceso, indicó que “sabía que siempre le pegaba a Rosa”.
Sin embargo, desde la defensa insisten que “habría un tiempo en que él no se encontró en el domicilio, por tanto creo existe la posibilidad de una intervención de terceros pero sin la acción de mi representado. De hecho, cerca de las 7 de la tarde de ese día se acerca a casa de su hermana llorando, donde contó que encontró a su pareja fallecida en la mediagua que ambos compartían. Creemos pudo haber otras visitas”.
Determinación
Finalmente, tras escuchar las distintas argumentaciones, la jueza Nury Benavides determinó dictar la prisión preventiva para A.J.N.C., ya que “hay antecedentes que justifican los hechos; por lo tanto, la necesidad de cautela no se condice con medidas de menor control”, como solicitaba la defensa del formalizado, quien deberá permanecer en prisión preventiva durante los próximos 120 días, tiempo durante el cual se extenderá la investigación de este caso.