“Es como si el cerro se lo hubiese tragado”. Con estas palabras Luis Roldán describe la desaparición de su hijo, el joven argentino Marco Roldán, desde el cerro La Cancana, en el valle del Elqui, el 6 de enero del 2013. Más de siete años después, no existe ningún rastro que indique cuál fue el destino del trasandino, quien visitó la región durante sus vacaciones y que un día decidió realizar una excursión, para nunca más ser visto.
El caso se ha convertido en un enigma y la investigación liderada por el Ministerio Público y ejecutada por las policías ya reúne más de 1.500 fojas. Sin embargo, no hay resultados. Ninguna señal del paradero de Marco Roldán.
Siete años después, Luis Roldán es hospedado por una familia chilena en la localidad de Diaguitas en la comuna de Vicuña y continúa la búsqueda de su hijo. “Parece increíble porque es toda una historia de vida desde este suceso y que a 7 años no tengamos nada”, comenta.
Para él, la deficiente labor policial efectuada durante las primeras horas desde la desaparición de Marco provocó que al día de hoy no exista ningún rastro del joven turista argentino.
“Las primeras 24 o 48 horas son cruciales en este tipo de casos. Además, en los inicios de la investigación, hubo un fiscal que no hizo nada y desgraciadamente se perdieron pruebas importantes”, critica.
Luis Roldán asegura que “a cuatro meses de la desaparición se dio la posibilidad de que un lugareño pudiese tener relación con el hecho y hasta el día de hoy no tenemos ninguna información clara”. Tampoco existen indicios del cuerpo de Marco o de alguno de los elementos que él portaba al momento de su extravío: una mochila, una gorra, una máquina fotográfica, un celular, la vestimenta. Un verdadero misterio.
La familia Roldán realizó una verdadera cruzada para hallar a Marco en Chile. “Recorrimos durante el año 2013 la zona del valle del Elqui y cientos de veces hemos recorrido el cerro, con cientos de personas, porque la verdad es que hemos recibido el apoyo de mucha gente de Chile, y en alguna oportunidad incluso contratamos unos perros para hallar a personas vivas o fallecidas, pero el resultado es el mismo: no hay rastros”, señala.
Luis Roldán reconoce que acerca del lugar donde se produjo la desaparición de su hijo, surgen teorías paranormales, las que no comparte. Dice ser un hombre de conocimientos técnicos que no logra concebir teorías conspirativas o la supuesta existencia de un portal dimensional.
La desaparición de Marco provocó un giro en 360 grados en la vida de la familia Roldán. Mientras el padre, Luis, debe compatibilizar su trabajo académico con constantes viajes a Chile, su mujer, Candy, está prácticamente radicada en nuestro país e incluso este año obtiene la visa de permanencia.
“Gracias a Dios nos apoyan nuestros otros dos hijos y yo sigo trabajando como docente en Córdoba, en el nivel medio en la universidad, y nos tenemos que esforzar para estar acá, en el valle del Elqui, a 1.600 kilómetros de distancia de nuestro hogar”, expresa.
“Siempre encontramos personas amigas que nos apoyan y nos permiten que el caso de mi hijo siga vivo, porque tenemos una necesidad como seres humanos de saber qué sucedió con Marco”, agrega.
La investigación
El caso de Marco Roldán está actualmente siendo investigado por el Ministerio Público de la región de Coquimbo con el apoyo de Carabineros, en un principio, y luego de la Policía de Investigaciones. Consultado acerca de cómo avanza el proceso investigativo, Luis Roldán afirma que éste vive un “triste letargo”.
Añade que en el mes de noviembre del 2019, el fiscal regional Adrián Vega- a cargo del caso- realizaría una diligencia importante, pero ésta debió ser suspendida debido a la contingencia social que agitó a nuestra región y país.
“Tengo entendido que en el mes el febrero si todo vuelve a la normalidad se realizaría esta actividad pactada”, indica.
“Gracias a Dios, la causa sigue abierta y siempre estamos buscando que haya nuevas evidencias”, afirma horas antes de partir nuevamente a la localidad de Cochiguaz, en el corazón del valle del Elqui, para continuar con la búsqueda.
“Queremos que nos ayuden a terminar con la impunidad, con el encubrimiento, con el silencio, porque yo siento que hay otras personas que saben que sucedió en el cerro y siento también que en el algún momento no podrán resistir la presión y muchos, que también son padres de familias, tendrán que decir la verdad, decir qué pasó. Así terminará esta incertidumbre terrible que nos mata como familia”, señala.
Luis Roldán acusa que en los primeros meses de investigación no hubo “investigación profunda”. Ejemplifica que debieron pasar varios meses, en concreto hasta el 11 de octubre del 2013, a casi diez meses de la desaparición, cuando se halló la piedra donde Marco aparece sentado mirando a la cámara, en la que se convertiría en la última imagen que se conoce de él con vida. Para Luis Roldán, “hubo alguien” que orientó las búsquedas hacia el sector equivocado.
“También hay otros aspectos relacionados con la causa, donde hay declaraciones de lugareños que pueden llegar a involucrar a personas que son de la zona y sin embargo, no se ha logrado avanzar en eso”, precisa.
Según Luis Roldán, en la carpeta de investigación “hay elementos suficientes para que exista una persona imputada porque, por ejemplo, existen cambios de declaraciones, hay mal manejo de los horarios y hay hasta una persona que informó que Marco estaba muerto. En Argentina, la persona que dijo esa frase estaría imputada o la hubiese llamado la justicia, y eso llevaría a saber qué pasó”.
“Si bien no se ha encontrado el cuerpo ni siquiera una gota de sangre, tampoco es posible que una persona desaparezca de día para otro y siete años después no se sepa nada acerca de él”, concluye Luis, momentos antes de reemprender la búsqueda de su hijo, a más de 7 años de su misteriosa desaparición.
Investigación de la PDI
En entrevista con Radio El Día, el nuevo jefe de la Policía de Investigaciones en la región de Coquimbo, Prefecto Ricardo Gatica, afirmó que la desaparición de Marco Roldán es considerado como “un caso emblemático” y que éste en la actualidad, está siendo investigando por una Brigada de Ubicación de Personas de Santiago. “Es un caso complejo, el que además tiene muchas aristas, pero no se va a archivar ni mucho menos”, afirma.