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PDI
En medio de la pandemia, la producción y tráfico de drogas a nivel local incrementó su complejidad. De este modo, se impulsaron verdaderas “empresas” delictuales, las que además de poseer un mayor poder de fuego, trabajan de manera silenciosa y estructurada.

En lo que va del año, la Policía de Investigaciones (PDI) ha desarticulado tres tipos diferentes de agrupaciones delictuales, hablamos de clanes familiares, bandas y organizaciones criminales. Si bien tienen el mismo objetivo, cometer delitos, su forma de actuar y relacionarse difiere entre sí. Una de las más complejas y difíciles de separar es la organización criminal, que en la Región de Coquimbo se dedica principalmente al narcotráfico de marihuana.

Al respecto, el comisario Miguel Cabezas, jefe de la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado de La Serena, explicó que se trata de una “agrupación de dos o más personas, que se reúnen para cometer delitos, donde existen roles y estructuras definidas para trasladar la droga de un sector a otro”, mientras “la banda criminal la podemos definir como la unión de dos o más personas que se concertan para cometer delitos”, pero sin una estructura jerárquica o roles específicos. 

En la zona, existen organizaciones que se dedican a la plantación de cannabis sativa en lugares de difícil acceso para luego comercializarla, grupos que se han incrementado  en el último tiempo y que actúan de manera silenciosa.

Una de sus principales características es la definición de tareas para cada uno de los integrantes, quienes a medida que avanza el tiempo van asumiendo roles. “Están los financistas, operativos y aquellos sujetos que trasladan la droga con modos bastante particulares para no ser descubiertos, desde la Región de Coquimbo a la Región Metropolitana, donde se comercializa”, detalla el comisario Cabezas.

 

Pandemia agudiza problemática

El Jefe de la Brigada Antinarcóticos y Contra el Crimen Organizado de la PDI, explicó que el tráfico de drogas se incrementó en medio de la emergencia. “Por efecto del cierre de fronteras, estas organizaciones han recurrido a la producción nacional, en este caso de cannabis, donde las comunas de Ovalle, Punitaqui, Los Vilos, les ha resultado muy propicias para su cultivo. Esto funciona como cooperativas de sujetos dedicados al cultivo, que posteriormente se definen como organizaciones para traficar grandes cantidades de droga, como el cogollo”.

 

Mayor amenaza

En paralelo, también aumentó el poder de fuego y logística de quienes trafican marihuana. “Últimamente estas organizaciones criminales están enfocadas a brindar protección a sus cultivos con armas de fuego, con sujetos preparados para evitar ser víctimas de las llamadas ´quitadas de droga´, conocidas en el mundo delictual. Para ello, han estructurado un mecanismo de defensa, de observación de vehículos que se aproximan al lugar con la finalidad de alertar a los brazos operativos que se encuentran alrededor de las plantaciones y así poder huir antes de que la policía los detecte”, comentó la autoridad policial.

En este sentido y para contrarrestar la situación, se han implementado diversas estrategias que se enmarcan en el Plan Cannabis, como el uso de un helicóptero para llegar a lugares de difícil acceso.

Sobre el modus operandi, el comisario agrega que “estos individuos tratan de copiar estructuras de otros países. Antiguamente existía un cuidador de planta, hoy en día ya lo tenemos, y así lo han graficado las incautaciones y las desarticulaciones de estas bandas criminales, armamento de grueso calibre y sujetos que últimamente se están enfrentando a la policía”.

En la misma línea, complementa que “estas organizaciones criminales que operan de una manera muy silente, van aprendiendo de nuestras incautaciones, de nuestras diligencias, tomando sus resguardos. Están al tanto de todas las noticias, de los reportajes de cómo llega la policía. Por eso cambian sus estrategias de trabajo y si el cultivo lo hacían en un lugar de fácil acceso, ahora lo harán en sector mucho más sinuoso. Son tipos que conocen el sector, que utilizan mulas, caballos, entonces día a día se nos complejiza la labor”.

Teniendo en cuenta estos antecedentes, se han visto en la obligación de innovar constantemente para lograr desbaratar “un trabajo que hoy en día es muy lucrativo”.  “Han aumentado las organizaciones, porque han sido los únicos que no han parado en ningún momento, ni con pandemia, ni con cuarentena, ellos siguen en su negocio lucrativo”, finalizó el comisario Cabezas.

 

Las últimas agrupaciones aprehendidas

Entre las últimas organizaciones criminales aprehendidas, está la desarticulada a partir de la operación Manto Verde, que terminó con 7 detenidos, el hallazgo de más de 13 millones de pesos en efectivo y la incautación de 61 kilos de cannabis procesada, y 4.050 plantas en crecimiento, tras cinco meses de investigación. La estructura estaba compuesta por un líder de la organización, con brazos operativos para la seguridad y custodia de las plantaciones, reclutamiento de personal como temporeros de cannabis y para transporte y distribución de droga, la que se comercializaba en la Región Metropolitana.

Tras la labor de análisis criminal e inteligencia policial, la Operación “Manto Verde” de la PDI, pudo establecer que un sujeto en un taxi colectivo operaba como “punta de lanza” para evitar los controles, incluso sanitarios, en la ruta de distribución de cannabis procesada entre  el sector de San Pedro de Quiles, y la comuna de La Florida.

Detectives de diversas unidades especializadas participaron en la Operación “Manto Verde” y allanaron diversos domicilios en la comuna de Punitaqui. Los investigadores también se trasladaron al interior de las quebradas para la incautación de plantas vivas de cannabis, todo con el apoyo de la Brigada Aeropolicial.

“Los detenidos fueron puestos a disposición del Juzgado de Garantía de Ovalle, donde los formalizamos por tráfico y cultivo de drogas. Cinco detenidos del mismo grupo familiar quedaron en prisión preventiva y el resto con medidas cautelares. Entre las penas que arriesgan van entre los 5 y 15 años de cárcel”, explicó en su momento el Fiscal de Ovalle, Carlos Jiménez.

Otra de las agrupaciones detenidas fue un clan familiar en la operación  “Los Duros”, en Los Vilos, donde se incautaron $185 millones en cannabis procesada, 4 vehículos, armas y municiones.

Tras una rigurosa labor de análisis criminal y en coordinación con la fiscalía local, los detectives especialistas en microtráfico junto a personal de diversas unidades interregionales, lograron la autorización judicial para el ingreso y registro de una decena de inmuebles de un clan familiar dedicado a la producción y comercialización de drogas.

El procedimiento se realizó en paralelo, durante el amanecer del martes 13 de abril, en viviendas ubicadas en Quilimarí, Pichidangui, caleta Totoralillo, El Naranjo, Laguna Conchalí, Alto de Quereo, Miramar y el sector céntrico de Los Vilos, donde la PDI logró incautar cerca de 37 kilos de cannabis procesada.

4 vehículos, más de 2 millones de pesos en efectivo, armamento y municiones de diverso calibre, entre otras especies, fueron incautadas por los detectives como evidencias que dejan a 11 imputados, mayores de edad, nueve de ellos con orden de detención previa por este delito de tráfico de drogas en pequeñas cantidades.

 

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