• Retomando de a poco la calma
    Retomando de a poco la calma
A dos años del crimen de un joven de 21 años, en el pueblo perteneciente a la comuna de La Serena hay más tranquilidad, asegurando que quienes provocan los problemas son por lo general los afuerinos.

Gustavo Ángel lleva 14 años a cargo del cuidado de la plaza de El Romero. Es jueves por la tarde y, una vez terminado su trabajo, se sienta junto a un amigo, Pablo Durán, que es vecino de la plaza, a disfrutar de una tranquilidad que antes se echaba de menos. “Llevo mucho tiempo aquí y debo decir que esto ahora está mejor. Ya no se ven pandillas como antes. Eso se fue borrando con el tiempo”, indicó Gustavo. Su descripción es palpable a simple vista, al menos durante el día en esta localidad distante unos 15 minutos al oriente de La Serena.
Protegido bajo la sombra de los árboles, el cuidador sigue contando con una sonrisa cómo, de acuerdo a su percepción, la inseguridad se ha ido alejando cada vez más de este pueblo. “Puedo contar que aquí antes aparecían botellas vacías todas las mañanas. También se veían jóvenes tomando en la noche y durante el día. Si hasta yo tenía miedo de venir acá, porque una vez trataron de pegarme. Pero ahora no, todo lo contrario”, manifestó. Algo importante en este aspecto es que “muchos se fueron presos” o además “son personas que venían de afuera”.
Pablo Durán, que vive a media cuadra de la plaza, igual es enfático en opinar que “aquí volvió la tranquilidad. No hay mayores problemas”. De todas formas, ambos coinciden en señalar que hay una preocupación latente desde hace tiempo, pero que dice relación con la irresponsabilidad de los conductores. “Acá pasan manejando muy rápido. Se siente en la noche cómo pasan sin respetar nada”, acusaron. Cabe consignar que la principal arteria, que conecta a La Serena con el valle de Elqui, pasando por Islón y Santa Ana, atraviesa toda la localidad.
El panorama y el ambiente son muy opuestos al clima que se respiraba hace sólo 2 años, cuando todos se vieron estremecidos por la noticia de un homicidio, justo en las primeras horas del 2011, a plena luz del día y en una actividad bastante concurrida. En aquella oportunidad, en medio de unas carreras a la chilena, Franco Rojas Vega (18) le disparó en dos oportunidades a George Maicol Villalobos Quinzacara (21), causándole la muerte. Fueron días de temor e incertidumbre en El Romero, en un caso donde la justicia determinó que Franco sólo actuó en defensa propia.

EN DEFENSA PROPIA
En la localidad, el tema del crimen ya se da por superado, pero no olvidado. Lo que aclaran los vecinos es que las personas involucradas no viven en El Romero. Una fuente señaló que el sujeto que mató al joven es de Santa Ana, que queda a unos pocos kilómetros hacia el poniente. Respecto a la víctima fatal, se indicó que era del sector de Las Compañías en La Serena. Estos detalles contribuyen a que no queden en el ambiente rencillas entre las familias de ambos jóvenes, lo cual sería nefasto en un pueblo chico. Este crimen fue en el contexto de unas carreras a la chilena, las que después de este grave hecho “prácticamente se acabaron. Si se hacen, son muy esporádicamente”, indicó una persona.
La tarde del 1 de enero de 2011, Franco Rojas Vega (18) le disparó en dos oportunidades al temporero agrícola George Villalobos Quinzacara. La segunda fue a muy corta distancia en su cara, lo cual le causó la muerte.
El agresor se entregó voluntariamente a la Policía de Investigaciones, asegurando que su accionar obedeció a que había sido amenazado por el occiso y unos amigos con arma blanca. Como antecedente cabe consignar que el padre de Franco, Lorenzo Rojas, semanas antes del crimen, ya había estampado una denuncia contra Villalobos por amenazar de muerte a su hijo, por causas desconocidas.
“Él no podía salir a la calle, porque lo andaban esperando con escopeta. Lo perseguían en un auto rojo o en un auto blanco. Cambiaban de vehículo en la noche. Un día sábado, a las 6 de la mañana pasaron gritando que lo iban a matar, junto a otros delincuentes. Y ahora que mi hijo se defendió, lo están metiendo preso. La otra persona (George) debería haber estado en la cárcel hace mucho tiempo. Y mi hijo no es un delincuente. Tiene que salir”, se quejó el padre en una entrevista aparecida en 2011.
En tanto, Irene Quinzacara, la madre de la cuestionada víctima, refutó esas acusaciones contra George. Según ella, todo el problema radica en lo que se genera en torno a las carreras a la chilena. “Para mí lo más importante, lo que yo quiero, es que las autoridades busquen la manera de parar a esta gente de mal vivir en El Romero. En las carreras siempre andan provocando a los demás. Porque por esto ahora mi hijo está muerto”.
En junio del año pasado, el imputado fue absuelto de culpa por el Tribunal Oral de La Serena. Esto porque los magistrados estimaron que el victimario había actuado en defensa propia y además porque hay antecedentes de que estaba amenazado de muerte por George. En este caso también hubo un segundo sujeto que resultó herido por parte del muchacho, que quedó en libertad.
Por supuesto que hubo reacciones. “Aquí hicieron parecer que las víctimas eran los imputados y que los imputados eran las víctimas. Eso yo lo encuentro absurdo. ¿Cómo uno irá después a poner una denuncia en la fiscalía, si de ser uno el afectado pasa a ser victimario?”, planteó Elizabeth Hernández Rojas, familiar del denunciante que quedó lesionado. “Aquí el médico legista comprobó que hubo dos disparos, y me vienen a decir que fue defensa propia, después que el acusado hizo el primer disparo. Durante el juicio, los testigos mintieron porque son amigos de él”, agregó indignada la mujer.
También quedó muy triste con el desenlace de este juicio oral la madre del fallecido, Irene Quinzacara, quien manifestó que “todos los testigos mintieron y el asesino igual, al decir que mi hijo lo había provocado en las carreras a la chilena, eso no es cierto”. Pero por otro lado, un vecino del pueblo aseguró que “al que mataron nadie lo quería. En todos lados hacía maldades. Los familiares obviamente que lo van a defender. Lo hacen aparecer como una blanca palomita, pero en realidad era un delincuente”.
LO QUE FALTA
La presidenta de la junta de vecinos de El Romero, Doralisa Luna, admite que lentamente las cosas se han puesto más calmadas en el pueblo.
Pero hay otros detalles que generan problemas. Aparte de los vehículos a alta velocidad y los atropellos (ver recuadro), las conflictivas carreras a la chilena no se han acabado por completo. “Si se supone que ahora son ilegales, ¿por qué entonces yo he escuchado que hasta las promueven por las radios?”, se preguntó la dirigente.
Junto con ello, contó que hace un tiempo estuvo el tema de la prostitución, con unas mujeres extranjeras que después desaparecieron de la noche a la mañana. El flagelo de la droga es otro aspecto que igual preocupa.
Doralisa Luna, si bien admite que existe buena disposición de las autoridades para escucharlos, sostiene que igual se sienten un poco abandonados en materia de seguridad.
“Necesitamos mayor vigilancia los fines de semana, más presencia de Carabineros. Pertenecemos a un Plan Cuadrante que abarca mucho territorio, desde Las Compañías. Debería haber un cuadrante rural. Cuando uno llama a los Carabineros, siempre están ocupados con otros temas en Las Compañías”, señaló.
Además espera que se concrete un proyecto de cámaras de vigilancia que alguna vez se habló con las anteriores autoridades.  

 

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