Se suman denuncias de discriminación contra dirigentes de línea de colectivos

Cuando el conductor de la Línea N°22 de taxis colectivos de La Serena, Carlos Castillo, denunció públicamente que había interpuesto un recurso de protección en contra de los dirigentes del sindicato por discriminación, persecución y otros abusos, fue el propio presidente del gremio, Luis Cortés, quien salió a descartar de plano las acusaciones.

De hecho, el dirigente dijo a diario El Día que no existía discriminación o la aplicación de alguna medida arbitraria y de paso sostuvo que “me extraña que de 34 personas sea solo uno el perseguido” y que las puertas estaban abiertas para buscar soluciones.

Sin embargo, otros conductores han acusado los mismos actos de discriminación y malos tratos incluso de parte de miembros de la comisión de disciplina, que son los mismos que posteriormente los sancionan.

Si bien son los conductores quienes acusan persecución, castigos y multas arbitrarias, fue la tesorera del sindicato, Rita Oyanadel, quien reconoció que las denuncias que ha hecho Carlos Castillo y los otros conductores son efectivas y que incluso ella es discriminada permanentemente por el resto de la directiva, aparentemente por ser mujer.

Cuenta que incluso ha sido insultada y narra un hecho que le sucedió, porque también es conductora de su vehículo, “iba con pasajeros y había un disco pare por lo que me detuve e iba pasando Claudio Vigniola y me gritó pasa vieja tal por cual... Hablé con el presidente por lo ocurrido, lo llamaron y no se presentó. Después cuando me vio, me dijo ‘te voy a acusar con tu marido que lo andas gorreando’, tuve que volver a insistir para que recién le aplicaran una multa mínima como castigo”.

Más adelante la dirigenta acusa discriminación de género e indica que “me discriminan como mujer, somos tres los dirigentes y somos tres los que debemos tomar decisiones, pero no me consideran. Por esta misma denuncia que pusieron ahora, no me informaron de nada, me enteré por el diario”.

Otro conductor que se suma a las denuncias es Arturo Carvajal y aunque teme ser expulsado por denunciarlos, plantea que “esto me va a traer drama, pero las cosas hay que decirlas”.

En su caso indica también haber sufrido el rigor de las medidas arbitrarias, “me han multado y dicen que uno no tiene derecho a opinión, que el que la tiene es el dueño. No nos toman en cuenta, rechazan nuestras sugerencias. La presión es grande”.

Agrega que se dan cuenta que a los dueños de los vehículos no los sancionan “y si lo hacen, lo hacen con el mínimo. Una vez no aguanté más y reventé, lo subí y lo bajé, porque me multaron por no escribir en mi auto ‘el paro va’, cuando protestamos contra los Uber”.

Ivone Naranjo es otra de las afectadas por las medidas que dice son arbitrarias y discriminatorias. Cuenta que tuvo un problema con el mismo conductor que fue encarado por Carlos Castillo, quien presentó el recurso de protección, “reclamé en su contra, pero no me dieron mucha importancia. También insultó a otra mujer de manera grosera y le aplicaron una sanción mínima”.

Añade que “en mi caso, puse todas las quejas en el libro de reclamos, pero le creyeron al socio y ni siquiera me llamaron. Dijeron que eran cosas personales y que tenía que llevarlo a juicio, si hubiese tenido para un abogado los habría demandado”.

Otro conductor que opta por identificarse solo con las iniciales L.V. señala que él prefiere no reclamar “porque ellos tienen la sartén por el mango”.

Narra que cuando llegó a la línea tuvo un problema con uno de ellos y sus compañeros le dijeron que se cuidara, porque lo iba a perseguir, a molestar por todo hasta que lo sacaran. 

No reclama “porque el trabajo está malo” y es ahí donde produce lo poco que gana. Otros conductores no descartaron sumarse a las acciones legales por discriminación.