A poco menos de un mes de que asuma el nuevo gabinete de la presidenta Michelle Bachelet se han suscitado una serie de hechos que han dejado entrever la fuerza de las presiones políticas y sociales en las decisiones del futuro gobierno. Sin embargo, estas situaciones no son nuevas, en años anteriores habíamos presenciado el actuar de este tipo de presiones, incluso, en ámbitos medioambientales y en gobiernos de ambas colectividades, como ocurrió con Barrancones y la declinación de Víctor Manuel Rebolledo como candidato.
El 4 de febrero culminó casi una semana de conflicto gatillado por la nominación de Claudia Peirano, como subsecretaria del Ministerio de Educación, donde el denominado primer error no forzado del futuro gobierno de la mandataria electa se zanjó con una “salida honrosa”, con la que se evitó que la misma Bachelet la bajara, una vez asumido el gabinete.
En base a este caso, y rememorando algunos anteriores a nivel regional, determinamos acudir a un grupo de expertos, a fin de realizar un análisis socio-político del cómo influyen los movimientos sociales en las determinaciones de los gobiernos y de cómo se prevé el futuro del primer año de gestión, teniendo en cuenta los desafíos que se ha planteado la mandataria en su programa.
¿ERROR O ACIERTO?
Los errores en las nominaciones para el futuro gabinete han sido un tema, sobre todo de las subsecretarias, incluso al interior de la misma coalición se ha hablado de falta de prolijidad, por ello cerraron filas y están haciendo una revisión exhaustiva de quiénes integrarán los gabinetes regionales.
La economista, Claudia Peirano, había enfrentado cuestionamientos por sus declaraciones en contra de la gratuidad universal de la educación y su vinculación con el dirigente DC Walter Oliva, sostenedor de establecimientos educacionales.
Para el cientista político del Centro de Análisis e Investigación Política (CAIP), Fernando Carreño, la designación de Claudia Peirano fue un error y una mala señal, pues lo que se debió haber hecho en una primera instancia es haber dado cuenta de cuál era su visión sobre la educación. “Más allá de ser un acierto o un error, me parece que da cuenta de que la presión social va a ser un elemento central en el gobierno de Michelle Bachelet, no solamente va a tener una oposición clara por parte de la derecha sino que también la oposición va a estar en la calle. En ese sentido, para poder descongestionar el ambiente la salida de Claudia Peirano puede haber sido un acierto”.
En tanto, para el abogado y cientista político, Cristóbal Bellolio, en su visión más aguda y perspicaz, la dimisión de la subsecretaria Peirano fue un “gallito” que ganó la bancada estudiantil. “Creo que se trató de una victoria política de la llamada Bancada Estudiantil y del llamado movimiento social. Fueron ellos los que la cuestionaron ética e ideológicamente. Bachelet y el establishment de la Concertación la apoyaron. Finalmente terminó saliendo. Fue un gallito que ganaron los nuevos autoflagelantes”.
Según el sociólogo Manuel Escobar se combinan varios factores, uno de ellos relacionado con el grado de presión que lograron tener los dirigentes estudiantiles que hoy día están en el Congreso, que ni siquiera tiene que ver con un tema de fondo. “Por ejemplo, el planteamiento de la Concertación no ha sido avanzar sobre la gratuidad de la educación de un día para otro, sino que el programa de la presidenta Bachelet, lo ha planteado de una manera gradual”, detalló Escobar.
En ello, coincide el analista político, Carlos Rojas, director ejecutivo de Cabinet Consultores. “De hecho, la nueva subsecretaria, Valentina Quiroga, tampoco tiene una postura tan categórica hacia el tema de la gratuidad, entonces desde el punto de vista objetivo, más bien la salida de Peirano tiene que ver con una cuestión de forma”. Por ello, añade que se nominó a una persona que tuvo algunas actuaciones que no adscribían a los fundamentos más profundos del movimiento estudiantil, y no se tuvo en cuenta que los dirigentes estudiantiles se transformaron en un actor social relevante, que es capaz de generar ese tipo de presiones.
OPOSICIÓN Y DEMANDAS SOCIALES
Carlos Rojas, además, plantea que la mandataria y su equipo asesor deben controlar las restantes designaciones porque la oposición va a ser dura. “Creo que si Bachelet quiere instalarse de una manera correcta, lo necesario es que durante los cien primeros días ella no tenga disputas en ningún ámbito, o sea la conformación de la oposición va a ser bien dura, pero creo que la mandataria tiene que controlar un poco las designaciones futuras y tratar de defender la autoridad que ha impuesto al realizarlas”.
Los expertos señalan que lo que se viene es una relación en un principio tensa, sobre todo en lo que respecta al ámbito educativo. “No hay que olvidar que los grandes ejes del programa de Michelle Bachelet y con los cuales ella logro cautivar a la población, además de lo que fue su potencia como figura, fue el hecho de tratar de llevar todas las demandas sociales a un programa político”, puntualizó, Fernando Carreño.
¿SOCIEDAD EMPODERADA?
Según el sociólogo Escobar es necesario distinguir la manifestación social del movimiento institucionalizado. “Está lo que uno podría denominar como movilización o movimientos sociales, no son un movimiento institucionalizado per sé, sino que más bien son una manifestación de un descontento social y un cierto grado de ejercicio también de ciudadanía en el sentido de la presión social por un lado”.
Y explicó que, hoy día, esa movilización social está dentro del gobierno, en el caso de los personeros comunistas, como también los dirigentes que están dentro del Parlamento, que ganaron la elección. “Es decir, estaríamos en un momento de transición, donde pasamos de un movimiento social, que está en las calles, a una institucionalización de los principios que rigen ese movimiento” señaló.
La Alianza cuestionó que se cediera a las presiones sociales en el caso de Peirano, llegando a plantear que fue peligroso. Para Cristóbal Bellolio, la presidenta se debilita en términos relativos porque “cede ante un grupo específico y éste grupo prueba su peso político en la cancha del poder institucionalizado. Ya lo habían probado en el ámbito informal, desde la calle. Ahora dejan establecido que la reforma educacional no puede hacerse sin su crucial participación y apoyo. Si es dañino o beneficioso depende del punto de vista. Es dañino para el concepto tradicional de autoridad presidencial, algo similar a lo que vivió Piñera con Barrancones. Pero es positivo si se trata de incluir a la ciudadanía empoderada en las decisiones estratégicas del gobierno”, detalló.
LA PROYECCIÓN
Si bien los desafíos que se ha trazado la mandataria son importantes, el cómo los ha planteado parece razonable. Por ello, le preguntamos a los expertos qué prevén para este primer año de gobierno. “Gobernar es navegar. No hay una piedra filosofal que determine como actuar en cada situación. A veces lo inteligente será sostener la posición y otras será retroceder o negociar. Lo complejo es anunciar públicamente que se quiere hacer una cosa y 24 horas después recular. Eso es errático. Da la señal que nada es tan fijo y siempre hay espacio para ganarle algo al gobierno. Pero insisto, incluso gobiernos erráticos pueden terminar siendo populares. El capital personal de Bachelet ayuda en la tarea”, puntualizó Bellolio.
En tanto, Escobar, desde la sociología, señaló que el gobierno, en general, va a ser complejo porque ellos se han planteado grandes desafíos desde el punto de vista de reformas bastantes estructurales o significativas. “Una de ellas tiene que ver por supuesto con la reforma educacional, que lleva además aparejado otra reforma importante que es la reforma tributaria, ya esos dos desafíos son tremendamente difíciles y va a tener que generar una serie de acuerdos y negociaciones para que ocurra también para llevar adelante esas dos reformas”.
CASO BARRANCONES
El 26 de agosto de 2010 fuimos testigos de un acontecimiento nunca antes visto en Chile. Un Presidente de la República cancelaba un proyecto industrial ya aprobado por la autoridad ambiental, producto de un descontento colectivo. Piñera, ante la presión ciudadana, debió cumplir la promesa realizada en período de campaña y descartó la instalación de Barrancones en Punta de Choros.
Se trataba del proyecto termoeléctrico a carbón de Suez Energy, cuyo lugar de emplazamiento sería la caleta Chungungo, al sur del pueblo de Punta de Choros, comuna de La Higuera. Lo que sucedió allí fue un verdadero golpe por parte de las comunidades que, por primera vez, en la historia ambiental chilena lograban torcerle la mano a un proyecto de estas características.
En este tipo de casos, la irrupción de Internet ha sido un factor clave en la evolución organizacional que muestran las comunidades, los movimientos estudiantiles y medioambientales, permitiéndoles tener una mejor y más rápida conectividad con otros usuarios que compartan sus ideales.
Caso Rebolledo
••• Víctor Manuel Rebolledo, exdiputado PPD y exministro, declinaba su postulación al Noveno Distrito, tras sentirse en un “clima de linchamiento mediático”. A raíz del sinnúmero de cuestionamientos que evidenció su candidatura a través de las redes sociales, muchas de ellas, incluso, provenientes del interior del PPD.
Pese a que recibió el apoyo de otra parte de su colectividad, la tensión mediática por la postulación del exministro llegó al máximo, por ello el propio Rebolledo decidió poner fin a la polémica y en un comunicado anunció que declinaba su postulación, aduciendo que“después que el acuerdo parlamentario de la Nueva Mayoría estableció que en el Distrito 9 se repetiría la fórmula PS-PPD, se desató una campaña de difamación y descalificación moral en mi contra presidida por los señores Núñez y Manouchehri, el primero precandidato comunista del Distrito 9 y el segundo precandidato socialista del distrito vecino”.