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El Día
Alcaldes y parlamentarios han recibido amenazas en distintos contextos, además de registrar cifras de desaprobación históricas. El magister en Democracia y Gobierno, Eduardo Marín, indicó que el escenario nacional podría complejizarse en la medida que algunas demandas sociales sigan siendo consideradas –por algunos sectores- como un “problema de orden público”.

Uno de los rasgos que dejó en evidencia la crisis que se desató en octubre del año pasado fue el desplome de la clase política. Una caída acompañada de cifras nunca antes registradas y que puso de manifiesto la manera en cómo se venía practicando esta ‘ciencia’ en los distintos estamentos de la administración del Estado.

La alta desaprobación de los políticos no es nueva pero el factor llamativo ahora es que han sido identificados por la ciudadanía como los “responsables” de la situación que se vive en el país. El presidente, los partidos políticos y el Congreso Nacional no logran proyectar confianza, de hecho, estos tres registraron en la última encuesta CEP (Centro de Estudios Públicos) un 6%, 2% y 3% respectivamente, cifras negativas, pero por sobre todo,  históricas.

Desde el 18 de octubre, alcaldes, diputados y senadores han sido víctimas de funas y amedrentamientos, ya sea por su actuar en los últimos tres meses, la colectividad o sector al que representan o bien, las leyes o proyectos que han votado a favor o en contra enmarcados en la contingencia nacional.

El diputado Sergio Gahona (UDI), en una entrevista que concedió a nuestro medio, comentó que desde el inicio del estallido no ha tenido temor de caminar por la calle y que lo ha hecho libremente, “la gente se ha acercado a reclamar sobre algunas situaciones pero siempre de manera respetuosa. No he sufrido violencia ni ninguna cosa por el estilo”.

Pero confesó que la situación es distinta en redes sociales, ya que en más de una oportunidad lo han amenazado.

“Me han dicho que irán a quemar mi domicilio con toda mi familia, lo mismo con mi oficina. Ya hice las denuncias a las autoridades correspondientes, de hecho ya se identificaron a las personas y todo está en proceso de investigación”, contó.

Reciente amenaza

El jueves pasado un grupo de 20 manifestantes interrumpieron la charla inaugural de la Feria del Libro de La Serena, instancia donde exponía el Premio Nacional de Ciencias Exactas, José Maza.

Pero lo que llamó la atención fue la amenaza que le hicieron al alcalde Roberto Jacob, “volveremos a ir a tu casa” se escuchó entre la multitud. Recordar que en el mes de diciembre la casa del edil serenense fue atacada por un grupo de personas; rayaron las paredes, lanzaron piedras y pintura al interior del inmueble.

 “Ya habíamos visto algunos llamados en redes sociales a funar la inauguración, me dijeron que no viniera y yo dije que no. No tengo por qué esconderme de este tipo de actos porque para mí esto es muy importante”, detalló en aquella oportunidad.

Al ser consultado por la amenaza, el jefe comunal fue categórico. “No provoca nada porque boxeador que anuncia el golpe siempre pierde y no me preocupa, que vuelvan cuando quieran, yo en eso no me voy a hacer problema porque estoy seguro de mis convicciones”.

Jacob  también dijo que estaban en “todo su derecho” pero que cuando se hacía en actos culturales de esa naturaleza le generaba “desazón”. Por último, aseguró que las interrupciones e incluso las amenazas estarán presenten en cualquier otra actividad porque “es la forma que los vean y los escuchen”.

Los políticos tienen claro que después del 18/O la ciudadanía está pendiente de sus pasos y que sus puntos de vista son más cuestionados que nunca. En ese sentido, el equipo del diputado Juan Manuel Fuenzalida (UDI) comentó que la autoridad –a diferencia de Sergio Gahona-  no ha recibido amenazas de ningún tipo y que el malestar se remite a algunas descalificaciones, insultos y groserías.

Si bien la prensa nacional ha abordado algunas situaciones de este tipo, la mayoría involucra a parlamentarios o autoridades oficialistas y en menor número de oposición, aunque la desaprobación y las críticas son transversales.

Proyecciones a corto plazo

Las encuestas han adelantado que los meses previos al Plebiscito Nacional serán cruciales. De hecho, la última Cadem de enero reveló que 91% de los chilenos prevé un marzo cargado de movilizaciones masivas, en ese mismo contexto un 57% de los encuestados cree poco probable que la consulta vinculante se realice en "relativa normalidad".

Algunos expertos advierten que aumentará la polarización por lo que las instancias de descalificaciones hacia la clase política podrían registrar un peak, considerando además, que tras el receso legislativo, algunos temas relacionados con el proceso constituyente se discutirán justamente en marzo.

Escenario instrumental

El magister en Democracia y Gobierno, Eduardo Marín, comentó que algunos sectores han aprovechan la crispación social para sacar réditos políticos sobre todo “a la hora de considerar las demandas sociales como un problema de orden público”.

Marín analizó las últimas encuestas y aseguró que las críticas son transversales y que la gente, hoy, está “mucho más enojada” que cuando estalló la crisis. Y que esa reacción es el reflejo del trabajo de algunos políticos que no están siendo responsables ni generando una convivencia democrática adecuada.

“La crispación está tan marcada que no sólo será en marzo sino en cualquier situación de orden público como la muerte de un barrista o los juicios de valor de una jueza. Hoy la gente está mucho más enojada”, aseveró.

 

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