La Antena en llamas

"Hasta cuándo”. Aquella es la pregunta que se hacen en el sector de La Antena. Claro, en los últimos días la población vivió una de sus semanas más complejas. Y es que al atropello ocurrido el 1 de marzo, que dejó con riesgo vital a la pequeña Maite Contreras de dos años y que motivó a que más tarde los vecinos se tomaran las calles para exigir mayor seguridad vial, se sumó el día miércoles otra tragedia. Esta vez, un hecho de sangre, cuando la joven Noemi Stefani Bravo Gallardo (23) fue baleada desde un vehículo en movimiento en la población Juan XXIII, falleciendo horas más tarde en el hospital San Juan de Dios de La Serena. “Un sector abandonado”, dicen algunos, “el patio trasero de La Serena”, reclaman otros. No sabemos si tienen razón, lo que sí está claro es que algo está pasando con la seguridad en esta zona, en diferentes ámbitos, y los últimos episodios así lo han develado.

A LA CALLE POR MAITE
Fue lo que primero desató la furia de los vecinos. Una que desde hace mucho no se veía. Era lunes por la noche y los habitantes de la población Coll, en el sector alto de la ciudad, lentamente comenzaban a salir a las calles. Sí, furiosos, con lienzos a manifestar una rabia acumulada desde hace años por la peligrosidad de la vía aledaña a sus casas, parte de la Ruta D 41, por la que, según acusan los habitantes del sector, los automóviles transitan sin ninguna precaución y en la que no habría una señalética adecuada para resguardar la seguridad de los peatones, lo cual, al decir de los pobladores, provocó el accidente de la pequeña Maite Contreras el domingo pasado, cuando un motorista a exceso de velocidad la arrolló, en momentos en que cruzaba la calle junto a su madre para tomar locomoción y retornar a su domicilio en Las Compañías. La gravedad de sus lesiones, al cierre de este reportaje, la mantenían con riesgo vital, y a sus familiares en estado de shock y exigiendo mayor seguridad. “Uno siente impotencia, porque te das cuenta de que sí se hubiesen tomado medidas cuando ocurrieron otros accidentes, tal vez se hubiese podido evitar lo que le sucedió a Maite”, señalaba, el pasado martes Sonia Barraza, bisabuela de la menor, al tiempo que los demás vecinos movilizados, emplazaban a las autoridades a que implementaran un nuevo semáforo, mejoraran los lomos de toro que calificaban como poco eficientes, e incluso a que se evaluara la posibilidad de instalar una pasarela peatonal.
En este caso, la respuesta del municipio no tardó en venir. Luego de las fuertes movilizaciones que mantuvieron cortada la ruta aquella noche furiosa, el alcalde de La Serena Roberto Jacob anunció que se implementaría un nuevo semáforo, en la intersección de Colo-Colo con Florencio Fontecilla. Además, desde el MOP, la Seremi Mirtha Meléndez, precisó que era factible estudiar la posibilidad de implementar una pasarela.

LA SANGRE.
Fue un logro para los vecinos de ese sector de La Antena. Sí, consiguieron ser escuchados. Sin embargo, cuando la calma parecía retornar, vino lo impensado. Un nuevo hecho de sangre que recordó el vivido el año nuevo del 2014, cuando fueron muertos Rubén Tapia Seura (57) y Claudio Rodríguez Jofré (40), se produjo en la población Juan XXIII. La noche del martes, la joven Noemi Bravo (23) madre de tres pequeños, era baleada por un automóvil blanco en movimiento, mientras se encontraba conversando con un grupo de amigos en la intersección de las calles Arauco con Fresia. La tranquilidad estaba lejos de llegar y una vez más la molestia de los vecinos se hizo evidente.
Cuando llegamos al sector un día después del asesinato. La gente se acercó espontánea. Y es que no podían creer que nuevamente, justo en frente de sus casas, se produjeran hechos de esta naturaleza y denunciaron categóricos un abandono por parte de las autoridades y un ineficiente actuar policial. “Si es cosa de ver lo que pasó allá donde atropellaron a la niñita, que tuvieron que tomarse la calle para que los escucharan. Eso demuestra cómo nos miran a nosotros las autoridades. No les importamos y por eso los delincuentes hacen esto. Llegan aquí y agarran a balazos a diestra y siniestra y se sienten impunes, porque saben que si llamamos a Carabineros van a demorarse una hora en llegar, como pasó ayer (el miércoles)”, reclama un indignado poblador quien pide mantener reserva de su identidad.
Los vecinos sienten que después de lo sucedido ya no pueden estar seguros ni siquiera dentro de sus casas. Paola Cisternas sabe de aquello. Fue justo afuera de su hogar en donde la malograda joven cayó abatida. “Yo estaba tomando mate y viendo televisión cuando sentí los balazos. Primero pensé que eran petardos, pero cuando sentí que estaban llegando a la pared de mi casa, supe de lo que se trataba. Ahí miré por la ventana y vi cómo la gente de a poco comenzaba a llegar (…) Salimos y la niña estaba ahí ya muerta en la puerta de mi casa. Fue algo terrible y creo que va a pasar mucho tiempo antes de que me recupere”, relata la vecina, parada bajo el marco de su puerta mientras observa las velas que familiares de Noemi colocaron en el sitio donde por última vez estuvo con vida.
Para Erika Rodríguez, los hechos tampoco se irán fácilmente de su memoria. Y es que las balas incluso atravesaron la pared de su casa, pudiendo haber provocado una tragedia mayor. Ella, al principio se muestra reticente a mostrar los vestigios que quedaron producto de los disparos, pero se convence y se explaya en reclamar por la situación que considera insostenible. “No puede ser que una tenga que vivir estas cosas. ¿Hasta cuándo? Ya el año pasado en la población tuvimos que vivir el asesinato de dos personas. Se suponía que después de eso se iba a incrementar la seguridad y todas esas cosas, pero no pasó nada. Muy rara vez tenemos presencia policial y aquí hay muchos lugares, muchas esquinas en donde empiezan a traficar, uno no puede hacer nada”, afirma Rodríguez, quien nos invita a ingresar a su domicilio para constatar el paso de las balas.

CUESTIONAN A CARABINEROS
Allí, en la calle, la opinión es generalizada, y sindican a las fuerzas policiales como poco eficientes. Incluso, el día en que la joven recibió los disparos aseguran que Carabineros habría llegado media hora después. En aquello enfatiza Teresa Rodríguez la esposa de Rubén Tapia, y hermana de Claudio Rodríguez, las víctimas fatales que dejó la noche de año nuevo en La Antena el 2014, a quien lo sucedido el día miércoles la hizo revivir los peores momentos de su vida, cuando sus familiares también murieron asesinados. “Lo que sentí cuando escuché los balazos es algo indescriptible. Se me vino a la memoria todo lo que nos pasó a nosotros. Pero lo peor fue cuando salí a mirar y la niña estaba tirada. No sé si ya estaba muerta, pero ni Carabineros ni la ambulancia llegaban, tal como nos pasó a nosotros. De hecho, fue la misma gente la que fue al retén que está tan cerca a presionar para que vinieran y llegaron después de media hora. Encuentro eso espantoso, porque además de no hacer una labor preventiva como deberían hacerlo acá que es un sector peligroso, cuando pasa algo tampoco vienen, entonces uno como vecino se encuentra totalmente atado de manos”, enfatiza Teresa Rodríguez.

UNA FAMILIA DEVASTADA.
Los hechos que motivaron el crimen de la joven Noemi Bravo, quien tenía antecedentes penales por el delito de hurto, aún no son esclarecidos. Las hipótesis son variadas, sin embargo, hay coincidencia en que se trataría de un hecho premeditado. Pero más allá de aquello, lo cierto es que este crimen deja a una familia devastada. Así lo pudimos comprobar cuando llegamos a la casa desde donde la joven salió el martes por la noche, según cuentan sus familiares, feliz, a bordo de una bicicleta para reunirse con unos amigos. Y es que pese a que la joven quien estudió en el colegio Pedro Aguirre Cerda hasta Octavo Básico, pero que por motivos personales no pudo continuar, pasó sus últimos días allí, junto a sus hijos. De hecho, el día anterior a su muerte, había ido a comprarles los útiles escolares. “Yo la veía muy bien, estaba feliz. Ella, en general era una persona muy alegre, pese a que su vida fue muy difícil porque fue madre muy joven y su pareja ahora está en la cárcel. Por lo que ha tenido que apechugar sola con los tres niños”, cuenta Lizet Vega, prima de Noemi.
Tenía proyectos. Es que pese a haber estado durante un tiempo sin trabajo, en los próximos días comenzaría a trabajar con su hermana que tiene un mejor pasar económico. Su tía Cristina, es otra de las que tampoco puede creer lo que pasó. “Si hace poco días se había comprado un camarote también, para que durmieran sus dos hijos más grandes y hoy (miércoles) lo vinieron a dejar acá. Tener que devolverlo fue algo muy triste, yo no me pude aguantar el llanto. Porque ella ya no va a estar más”, dice la familiar, quien en ese momento, tampoco puede contener las lágrimas. “Era una buena niña, digan lo que digan y nadie merece morir de esa manera”, agrega al tiempo que un inusitado silencio parece apoderarse del lugar. Sí, es el silencio de La Antena, el silencio que esta semana se vio interrumpido, primero por las voces de sus habitantes que protestaron, y después por el llanto de una familia que vio cómo moría una de sus integrantes. Fue la semana más agitada en la parte alta de La Serena.

UN SECTOR DONDE HAY QUE TRABAJAR

Los hechos ocurridos en La Antena esta semana han puesto en estado de alerta a las autoridades, tanto policiales como municipales.
Desde Carabineros, el mayor Carlos Rojas dice estar preocupado, pero descarta que estos acontecimientos, particularmente el crimen de la mujer hayan sido producto de falta de seguridad. “Carabineros está constantemente monitoreando los sectores en los que se podría estar produciendo un hecho delictual y desde luego que ante un llamado, siempre se acude con prontitud. Lo que aquí sucede es otras cosa, que muchas veces, la misma gente que es inocente no llama a Carabineros cuando está en presencia de diversas situaciones, por temor. El llamado que hacemos nosotros es a que la gente dé aviso ante cualquier situación para que podamos trabajar en conjunto por la seguridad de todos”, enfatizó Rojas.
Desde el municipio de La Serena el Concejal Mauricio Ibacache, quien precisamente vive en el sector de la población Juan XXIII, opina lo contrario. Él asegura que hacer falta mayor presencia policial y que le ha tocado ver que en diferentes situaciones que Carabineros no se ha hecho presente de manera oportuna. “Yo no quiero desmerecer el trabajo que hacen las instituciones policiales, pero he conversado con dirigentes y me han manifestado esta situación. A mí mismo me ha tocado vivirlas. La verdad es que es algo en lo que se debe trabajar porque. Aquí algo está pasando y no podemos taparnos los ojos”, sostuvo el concejal.
El alcalde Roberto Jacob efectuó un análisis de la convulsionada semana que vivió La Antena, pero sostuvo que ambos hechos no podían compararse. “El primero es un tema de seguridad vial en el que nosotros hemos dado las soluciones que podemos dar. Con la implementación de un semáforo e ir mejorando las señaléticas. En el caso de la joven, es un hecho lamentable que nadie puede prever. Es cierto que en La Serena existen lugares que son más propensos a que ocurran delitos, pero como municipio nosotros nos vemos atados de manos, porque es poco lo que podemos hacer. Aquí la labor corresponde más a las policías. Pero de todas formas, nosotros, a partir de este mes, cuando se inicie la mesa de seguridad que haremos con las distintas entidades también trataremos el tema de La Antena, porque en los últimos días se ha notado que hay muchas cosas por hacer y nosotros en ningún caso vamos a dejar abandonados a los vecinos”, insistió Jacob.