A pesar que parte de la comunidad ha estado en desacuerdo con algunos funcionamientos de la minera, si ésta se retirara se provocaría un daño social y económico evidente en Choapa.

A partir del día   28 de febrero pasado, cuando un grupo de habitantes de las comunidades Salamanca, se tomó el camino de acceso de Minera Los Pelambres, comenzó a vivirse una situación de conflicto que no se había visto entre esa comunidad y la compañía minera.

La situación más álgida se vivió cuando un joven de 19 años de edad, en un enfrentamiento con Fuerzas Especiales de Carabineros recibió el impacto de un balín en su ojo derecho, perdiéndolo

Algo más de una semana después, gracias a una mesa de diálogo, donde actuó como mediador el Gobierno, las hostilidades cedieron y el acceso a la mina fue despejado, lo que no asegura que no vuelva a ocurrir una situación de conflicto en el futuro.

Lo que tensionó la situación, fue la molestia de los habitantes de Salamanca, principalmente los de la localidad de Valle Alto, fue que exigían que la compañía minera dejara de utilizar el agua del Río Choapa, lo que sumado a la sequía, los tenía sin el recurso hídrico, ni siquiera para el riego de una lechuga, según acusaban.

Frente a esto, pedían que Minera Los Pelambres habilitara una planta desalinizadora para inyectar agua a la cuenca del Choapa y que además utilice agua de mar en su proceso de explotación del mineral. No obstante esto, la compañía argumentaba que  ellos no son los responsables de la sequía y de la escasez hídrica y que han tomado medidas incluso haciendo pozos de captación de agua, para asegurársela a las personas. También, que ellos tenían contemplada la instalación de una planta de desalinización, sólo si ampliaban la explotación de la mina.

Eso es en términos simples el núcleo del conflicto. Sin embargo, el fallo de la Corte Suprema y posteriormente del Juzgado de Los Vilos por  un conflicto legal de la minera con los pobladores de Caimanes, cambiaron radicalmente las cosas.

EL ANTES DE SALAMANCA

Antes de que se instalara la minera en la provincia de Choapa, la realidad de Salamanca era muy distinta, ya que tenía una cesantía altísima y su esencia era de vocación agrícola, pero en la actualidad su principal ingreso económico proviene de la explotación de cobre de la mina Los Pelambres, que se encuentra en el cordón andino de la comuna. En sus inicios la hacienda de Salamanca había sido propiedad de Matilde Salamanca, cuyos bienes por disposición testamentaria pasaron a ser inicialmente administrados por la Iglesia (1820) y  a partir del  1º de septiembre de 1821, entregada a la beneficencia pública.

LA ACTUALIDAD DE LA COMUNA

Si bien el conflicto que enfrentó a la minera con los habitantes de Salamanca llegó a su fin tras la firma de un acuerdo en el que fue parte el Gobierno, todo no está decidido en la práctica, puesto que de no revertir en la Corte de Apelaciones de La Serena el fallo judicial que manda a demoler el muro del tranque El Mauro, el futuro de Salamanca no es nada alagüeño y podría literalmente volver al pasado, donde la cesantía los tuvo en pésimas condiciones.

Por estos días ha sido el propio alcalde de la comuna, Gerardo Rojas,  el que reconoce que está preocupado por la situación en que se encuentra la compañía. “Lo que me preocupa es que si se ejecuta el plan de cierre del tranque de Caimanes provocará el cierre de la mina. Si sólo sería un tema de Los Vilos, ni siquiera estaría aquí conversando. Si cierra la mina, volveremos a la situación del Salamanca de antes; donde la gente tenía contrato por el ingreso mínimo y a veces menos. Volveremos  a donde no había ningún emprendimiento de hotelería, transporte y lavandería”.

La preocupación del edil no es menor, ya que las cifras indican, por ejemplo, que Minera Los Pelambres invierte 132 millones de dólares en bienes y servicios en la Región de Coquimbo y 65% de las exportaciones que se realizan corresponden a productos generados en la empresa.

Además, se calcula que son 5.465 personas las que verían en riesgo sus fuentes de trabajo, de los cuales 3.200, aproximadamente, son de la provincia de Choapa. El eventual cierre de la minera generaría un gran impacto en la Economía local, ya que el 28% de sus proveedores son regionales. Es decir, Salamanca se vería afectada directamente.

Por eso, toman validez las palabras de Gerardo Rojas, cuando señala que “lo que nosotros queremos es que la minera se quede, pero también aprovechando esta coyuntura de establecer un royalty ético”, lo que obviamente no fue materia de los acuerdos de la mesa de negociación.

Esto también lo han leído los dirigentes del sector minero, como el presidente del Consejo Regional Minero de Coquimbo, CORMINCO, Juan Carlos Sáez, quien dijo que le preocupaba la situación de la minera,  por la inminente pérdida de fuentes laborales. “Creo que tenemos que ser capaces de ponernos de acuerdo y decidir si efectivamente una empresa minera, agrícola, energética, o cualquier otra, va a poder desarrollar o no su proyecto, en el marco de la institucionalidad otorgada por el Estado”, dijo.

LOS RIESGOS

Algunos personeros dicen que el riesgo de cierre de la mina es real y que los efectos serían muy negativos para todos, principalmente para comunas como Los Vilos y Salamanca, ya que se estima que casi la mitad de los trabajadores propios y de terceros viven o en la comuna de Salamanca, en la provincia de Choapa o en la Región de Coquimbo.

Por eso en esa comuna ha entrado el  temor de retroceder un par de décadas y volver caer en la extrema pobreza y dirigentes vecinales reconocen que es verdad que la gente está preocupada, pero señalan que tampoco pueden aceptar que la compañía haga y deshaga, porque genera empleos y que eso no lo aceptarán. 

 

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