En los últimos días se han dado a conocer cifras preocupantes respecto a la ocupación de camas UCI en la región de Coquimbo. Por primera vez desde el inicio de la pandemia, el pasado lunes la red se quedó con cero unidades disponibles, lo que alertó de inmediato al gremio médico.
Bajo este escenario, el Servicio de Salud está preparando una serie de estrategias para hacer frente a este déficit, considerando que de la dotación de 56 camas, solo 13 están siendo utilizadas por pacientes Covid.
El director del Servicio de Salud Coquimbo (S), Edgardo González, en conversación con El Día, indicó que “hace varias semanas, independiente de que estábamos en Fase 4, se viene observando un incremento en las camas UCI, y no precisamente por patologías derivadas de la pandemia, sino que por operaciones de alta complejidad y pacientes crónicos descompensados”, subrayó González.
-¿Por qué se redujo la cantidad de camas UCI de 86 a 56, director?
“Porque debíamos recuperar espacio en Fase 4, por ejemplo en pabellones quirúrgicos, salas de cuidado intermedio, unidades pediátricas intermedias e intensivas o cirugía mayor ambulatoria”.
-¿Cómo abordar el eventual aumento de contagios, bajo esas circunstancias?
“El número de camas UCI, eso si, puede variar dependiendo de las necesidades de los pacientes en cada jornada, eso hay que clarificarlo. El porcentaje de ocupación de camas UCI, en todo caso, es bastante preocupante”.
-¿Se está evaluando la posibilidad de volver a contar con esas 86 camas?
“Nosotros presentamos nuestro plan al Ministerio de Salud la primera semana de diciembre, que considera la posibilidad de volver a tener el máximo de estas camas, en una implementación gradual y reaccionado al movimiento de la demanda, pero con una capacidad de reacción que no supera los 5 días para reconvertir las camas que vamos a requerir en los momentos de mayor contagio. Ahora bien, tenemos una ventaja, ya que al inicio de la pandemia no teníamos los ventiladores mecánicos, y los hospitales de la región ahora cuentan con ellos, que son 86, más las máquinas de backup y las de anestesia”.
-¿Qué sucederá con los espacios físicos, propiamente tal?
“Aprendimos bastante de como reconvertir y hacerlo de la manera más rápida es algo impostergable. La gestión clínica y médica, en cuanto a los fármacos, también ha evolucionado positivamente y hemos ganado en experiencia”.
Principales retos
-¿Cuál es el mayor desafío por delante, de cara una eventual segunda ola?
“Sin duda, la variante de mayor complejidad está en la de los recursos humanos, porque cuando se trata de un personal altamente calificado, que no ha parado durante todo el año y que en algunos casos incluso se ha contagiado, puede representar un riesgo de ausentismo a la larga”.
-¿Cuál es el futuro del hospital modular de La Serena?
“Nosotros hicimos la solicitud al nivel central de que este hospital permanezca durante la pandemia, aunque inicialmente debía funcionar hasta el 31 de diciembre de este año, porque esta es la región que tiene menos camas por cada mil habitantes. Esto es determinante para que haya flujo hospitalario de pacientes, de tal manera de sacar a aquellos de mediana o baja complejidad del hospital para así reconvertir a camas más críticas. También nos permite trabajar en atención prequirúrgica y no detener las operaciones, como se hizo durante la primera parte de la pandemia. Sin duda, vamos a tener una mayor actividad clínica, por eso es importare no generar grandes listas de espera.
-¿Entonces continuará prestando servicios?
“Lo que tenemos claro es que este hospital se mantendrá durante enero y febrero en La Serena, aunque no se ha formalizado por parte del Ministerio, pero va a estar operativo durante esos meses, y que falta una respuesta oficial por un período aún mayor, de al menos seis meses más”.
-¿A qué responden estas decisiones?
“Todo esto forma parte del plan ministerial Covid por la segunda ola, donde nosotros tenemos en vista un plan de reconversión que se implementa gradualmente, que considera además la apertura de 12 camas de tratamiento intermedio en Illapel que ya están funcionando, donde también está considerado mantener el hospital modular. También sumamos mantener los seis laboratorios de biología molecular, sin bajar la oferta de testeos y PCR, que ha sido determinante en la estrategia que hemos llevado a cabo”.
- ¿Cómo enfrentar, desde una perspectiva más amplia, la histórica falta de camas UCI en la región?
“Claramente, el haber contado con 22 camas críticas durante muchos años nos impulsaba a hacer una gestión muy rigurosa en estas unidades. Paralelamente, nos obligaba a realizar un traslado permanente de pacientes a nivel central, lo que se ha hecho por décadas y no sólo durante la pandemia. Pero sí, hay que dejar claro que durante este período lo que hicimos fue, en el máximo de las posibilidades, cuadriplicar la oferta de camas UCI, y si lo hicimos la primera vez, vamos a ser perfectamente capaces de realizarlo en una segunda ocasión. Sin duda, nuestra región muestra indicadores en cuanto a camas muy inferiores respecto al nivel nacional, por eso estamos en la búsqueda de una rápida reposición de los hospitales, además de concretar las futuras licitaciones de nuevos recintos”.
-Se habla de una retroceso a Fase 2 o a cuarentena incluso a mediados de enero ¿Se piensa en ese escenario o sería mejor posponerlo?
“Es una tema que se analiza semanalmente, es multifactorial, pero nunca hay que olvidar que la decisión final se toma desde nivel central. Pero, lo que nosotros hemos visto es una estabilización en el número de casos, pero estos vienen desde el fin de semana, donde hay menos testeos. En todo caso, está la incertidumbre por lo que fue la alta movilidad durante la navidad y las semanas previas”.