En un pequeño recorrido por tres farmacias, sólo dos de los diez consultados sabían qué son los medicamentos genéricos, y de ellos uno solamente estaba al tanto que había un proyecto de ley en tramitación en el Congreso, respecto a la regulación de los medicamentos.
La colusión de las farmacias generó un enorme debate en torno al acceso a fármacos por parte de los ciudadanos, lo que llevó al Gobierno a presentar el proyecto de una Ley Nacional de Medicamentos, que tras meses de discusión recientemente fue aprobada por la Comisión Mixta del Senado, quedando apto para ser votado.
Dicho marco legal establece el petitorio mínimo de genéricos o bioequivalentes que deberán tener las farmacias dentro de su stock. Además se garantizará que desde ahora las recetas deberán ser prescritas bajo su nomenclatura genérica, junto al medicamento recomendado por el médico, así como el fraccionamiento de los fármacos.
LOS EXPERTOS. Para profundizar en este proyecto de ley acudimos a los expertos, quienes plantearon que lo relevante de la Ley de Fármacos es que permite un acceso más igualitario entre los ciudadanos y el fraccionamiento imposibilitará la automedicación.
El presidente del Colegio Regional de Farmacéuticos, Pedro Vargas, plantea que la bioequivalencia es sumamente benéfica para los usuarios, pero le preocupa la obligatoriedad de medicamentos de alto costo en farmacias pequeñas, “nos parece súper importante porque va en beneficio de la comunidad, así que con respecto a la bioequivalencia y la colocación del nombre genérico en la receta lo que permite la intercambiabilidad estamos totalmente de acuerdo”.
Y agregó que “hay 300 medicamentos bioequivalentes, pero de esos los que realmente deben estar en la farmacia son alrededor del 50% -unos 150-, hay muchos medicamentos que son oncológicos, para terapia de VIH, son medicamentos para personas con trasplante, que si bien están bioequivalentes, no es necesario tenerlo en la farmacia, si llegan a incluirlos en los reglamentos pidiendo que esos medicamentos estén en farmacia, eso va en directo perjuicio de las farmacias pequeñas porque son medicamentos que son carísimos”.
Vargas ejemplifica con un medicamento oncológico, indica que éste puede costar un millón de pesos la unidad y ahí se genera su inquietud respecto a que el reglamento pueda exigir que dicha medicina bioequivalente esté en todas las farmacias.
FRACCIONAMIENTO DE FÁRMACOS. Para el presidente del Colegio Médico Regional, Jaime Bastidas, uno de los temas importantes de esta ley es que da posibilidad de venta por dosis unitarias, “estamos de acuerdo ya que muchas veces obligan a comprar una cantidad de medicamentos que finalmente no se ocuparán y quedan en las casas. Muchas veces vence su fecha de elaboración y, además, quedan expuestos a menores que los ingieren accidentalmente, provocando intoxicaciones -las intoxicaciones por remedios son la principal causa de consulta en los servicios de urgencia-”, señaló Bastidas.
Y respecto a la bioequivalencia indicó que “estamos de acuerdo en que la población pueda acceder a fármacos más baratos, pero de calidad, porque todo lo que acelere el proceso de bioequivalencia y sea realizado con seriedad, será bien recibido”.
A los farmacéuticos regionales les preocupa el fraccionamiento que pudiese exigir el reglamento que derivaría de la ley, ya que necesitarían de un espacio para esta acción, “creer que el fraccionamiento es que vamos a cortar con una tijera los blíster o que vamos a empezar a sacar los comprimidos de su envase y dárselos en una bolsa, y eso necesita hacerse con ciertas medidas (...) Ese es un punto que queda dudoso porque dice que se va a hacer un reglamento por el Minsal con respecto al fraccionamiento, pero las experiencias con los reglamentos son bastante malas con el tema de salud, por ejemplo el Formulario Nacional según el reglamento debía ser actualizado cada dos años y estuvo como 10 o 15 años sin ser actualizado, entonces muchas veces la ley queda en letra muerta”.
LAS AUTORIDADES. La seremi (S), Denisse Duhalde, plantea que la normativa mejorará el control de los productos farmacéuticos, “va a traer muchos beneficios a los usuarios, entre ellos estaría el que va a prohibir el incentivo de las ventas de estos medicamentos, además mejorará el sistema y control de los productos farmacéuticos, así como la inclusión del nombre genérico del fármaco en la receta, lo que permitirá que el usuario pueda intercambiarlo por un bioequivalente accediendo a un producto de calidad de menor costo”.
Para el senador Jorge Pizarro el tener genéricos ya era una necesidad, “es una norma necesaria porque lo que se busca es proteger a los usuarios que son los que tienen que ir a comprar los remedios, y muchas veces pagando precios más allá de lo razonable. Por ello, lo que se establece ahí es la necesidad de tener los genéricos que les permita tener alternativas a los remedios que le ha recetado el doctor”.
EL LLAMADO. Los farmacéuticos llaman a informarse respecto a los bioequivalentes, “acá ha habido un tema utilizado en forma política, se ha hablado de la bioequivalencia, pero no se ha informado a la comunidad cuáles son los medicamentos bioequivalentes y hoy en día llegan los pacientes a las farmacias pidiendo bioequivalentes que no existen, por ejemplo de Trioval, de antigripales, siendo que hoy día los bioequivalentes son los monodroga, como ibuprofeno, paracetamol, dipirona, entre otros, que son un solo medicamento”, puntualizó Vargas.
Los bioequivalentes
••• Estos medicamentos son fácilmente identificables porque tienen un sello de color amarillo que dice bioequivalente, el cual ocupa el 20% de la superficie de al menos cuatro de las seis caras del envase. El objetivo es facilitar a los usuarios la identificación de estos fármacos con el fin de que logren distinguir con claridad este producto dentro de las estanterías de las farmacias y garantizarles que es de la misma calidad, eficacia terapéutica comprobada y seguridad que el original y, además, a un bajo costo. Los bioequivalentes reconocidos en 2009 sólo eran tres, y este año se han cifrado en 301.