• Camioneta Verde del Padre Hurtado: recorriendo los caminos de un hombre santo
    Camioneta Verde del Padre Hurtado: recorriendo los caminos de un hombre santo
Vehículo utilizado por el padre Alberto Hurtado, para recoger pobres y niños desde la ribera del río Mapocho en Santiago, hoy se ha convertido en un símbolo de la labor del fundación que él creó

Desde el año 1999, Daniel Cortés, tiene la delicada misión de conducir la llamada “Camioneta Verde del Padre Hurtado”, la misma con la que el primer santo chileno recorría las calles de Santiago en búsqueda de pobres y niños.
Ha recorrido todo el país, llevando este símbolo del legado del padre Hurtado y su obra de caridad. “La comunidad nos recibe muy bien, es que toda la gente conoce el padre Hurtado. Esta camioneta tiene sus achaques como viejita, pero no tiene problemas. Es una muy buena máquina, no tiene mucha velocidad, pero tiene fuerza”, comentó a El Día.
Esta Ford de 1946, se encuentra en excelentes condiciones, tomando en cuenta sus años. Muy pocas piezas del motor han debido ser cambiadas y su chasis permanece intacto. Pese a ello, sólo puede recorrer distancias cortas, y el traslado entre una región a otra lo hace sobre un camión.
“En tramos cortos funciona muy bien, pero ya en distancias largas no la podemos forzar. Es un gran orgullo el poder manejar la camioneta de un santo”, dijo Cortés.
En su interior se puede apreciar su tablero con muy pocos elementos, el velocímetro, el manubrio grande, como se usaba por esos años, y su caja de cambio original, la que sólo tiene tres marchas. Los asientos eran los más deteriorados y debieron ser tapizados. Originalmente esta camioneta entregaba 3 a 4 kilómetros por litro de bencina. Hoy, gracias a una modificación en su carburador entrega siete kilómetros.
Tras la Segunda Guerra Mundial, la empresa automotriz Ford retomó su producción de automóviles para uso civil. Es así como llegaron a nuestro país siete modelos de la Ford Pick Up, de esas, sólo tres eran de color verde.
La historia señala que está camioneta fue adquirida por el sacerdote jesuita en la suma de 250 mil pesos. El vehículo se usaba para el aprovisionamiento de uno de los pabellones del Hogar de Cristo. El dinero fue donado por la señora Sara Ossa de G. de la Huerta, quien era muy cercana a la Iglesia y de la obra del padre Hurtado.

Su obra
El año 1944 el Padre Hurtado funda el Hogar de Cristo, como respuesta a la indignación que le provocaba que cientos de chilenos vivieran en las calles de Santiago. Con el aporte de un amplio grupo de colaboradores, la obra crece rápidamente: Hospederías, hogares para niños y talleres, entre otras acciones destinadas a los más pobres entre los pobres.
Quienes conocieron al padre Hurtado señalan que pese al frío, el sueño y cansancio propio de su trabajo sacerdotal, siempre tenía las ganas de recorrer las calles del Gran Santiago para buscar a quienes más necesitaban de su ayuda. Muchas veces lo hizo a pie. Luego, cuando llegó la camioneta verde, pudo recorrer más cuadras de la ribera del Mapocho, que al igual que ahora, concentraba la más extrema pobreza.
Hay cientos de historias de personas que recuerdan la sonrisa amable y la preocupación del sacerdote jesuita. Muchos niños viajaron en la camioneta verde hasta el Hogar de Cristo donde recibían una leche caliente y disfrutaban de una cama abrigada.
Con su tradicional bocina, la camioneta anunciaba su llegada, cuestión que era recibida con alegría por los más desposeídos.
El 18 de agosto de 1952 el padre Alberto Hurtado muere producto de un cáncer al páncreas. El país llora su partida. Desde ese día se pierde la pista a la camioneta verde. Hasta ahora no está claro cómo llegó hasta un taller de las periferias de la capital.

Descubrimiento
La directora social del Hogar de Cristo, Verónica Monroy, fue quien nos contó cómo se logró rescatar esta camioneta y certificar que era efectivamente la que usó el padre Hurtado.
“El sacerdote Felipe Berríos es quien la descubre en un taller muy deteriorada. Era verde, correspondía con el año y comenzaron a buscar antecedentes y finalmente empieza un esfuerzo por mejorarla. Y quien dio la certificación de que era la misma camioneta, fue un amigo del padre Hurtado, quien la había manejado. Era un señor mayor. Salió mucho tiempo con él. Y la camioneta tenía unos orificios en la parte del manubrio, lo que era particular de esa camioneta. Cuando se subió, se emocionó mucho porque tenía esas marcas que él recordaba muy bien”, relató.
Monroy destaca la importancia que hoy tiene esta camioneta para el Hogar de Cristo y todos los chilenos. “Éste es el principio, el padre Hurtado partió recogiendo niños del Mapocho, así partió la historia. De eso han pasado ya casi 70 años y hoy seguimos haciendo la misma tarea, no en la camioneta, pero finalmente hasta el día de hoy no hemos podido terminar con el flagelo de pobreza. Para nosotros como Hogar de Cristo es un orgullo el poder llevarla a las ciudades”, dijo Monroy.
Hoy la camioneta verde forma parte de las piezas más valiosas del Museo del Padre Hurtado en la comuna de Estación Central. Sin embargo, durante todo el año diversas instituciones solicitan la presencia de este insigne vehículo. Es así como ya ha recorrido varias veces el país.
Tras su reciente paso por La Serena y Coquimbo, emprendió viaje hacia la ciudad de Concepción donde finalizará su peregrinar, en el marco de la campaña de recolección de recursos del Hogar de Cristo, el próximo 2 de agosto. Pese a los años, la camioneta verde sigue recorriendo los caminos del hombre santo
 

 

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