Casas abandonadas: preocupante foco de basura, robos y drogadicción

Las huellas de la historia no son fáciles de borrar. Sólo basta recorrer las calles de nuestras ciudades para percibir cómo el paso del tiempo deja cicatrices en las distintas construcciones. Sin embargo, a veces nos acostumbramos a ver casas antiquísimas transformándose en verdaderas ruinas.

Por ejemplo, en Coquimbo encontramos camino al sector La Gruta de la Parte Alta, en la calle Regimiento Coquimbo y sobre el cerro Quisquito, una colosal estructura conocida popularmente como “El Escuadrón” y que llama la atención a la mayoría de los turistas que pasean en los clásicos catamaranes.

Junto a Jaime Espejo, documentalista histórico que por más de 15 años se ha enfocado en averiguar sobre el patrimonio de Coquimbo, recorremos las ruinas de este lugar. Él nos cuenta que este sitio representa en Coquimbo un ejemplo claro de que el abandono de una vivienda puede ser sinónimo de consecuencias negativas. Así lo ratifican los vecinos, quienes nos comentan que este espacio se ha convertido cada vez más en un foco de delincuencia, drogadicción y basura, especialmente durante los fines de semana.

Espejo nos indica que este inmueble se construyó en 1878 y que en 1890 se convirtió en el lujoso “Hotel Coquimbo” ubicado en ese entonces frente a la estación principal del ferrocarril.

Más tarde, en 1925 se entrega al gobierno de Arturo Alessandri el que destinó el inmueble a manos de Carabineros (de ahí conocido como “El Escuadrón”) y funcionó como tal hasta 1945.

Ya en 1946, bajo el gobierno de Pedro Aguirre Cerda pasó a la administración de Educación, de ahí que pronto se creó la Escuela N° 20. Posteriormente entre 1986 y 1990 fue un centro de inmobiliario escolar que funcionó como bodega y más tarde fue un centro de reparación de tránsito.

En el año 2002 se trató de levantar un plan de revalorización patrimonial, pero finalmente nunca tuvo resultados.

Desde entonces, sus paredes de adobe han caído o las que siguen en pie están rayadas con grafitis, y muchas de sus estructuras han sido robadas para la reventa.

COMPETENCIA MUNICIPAL. Igor Díaz, encargado (s) de la Dirección de Obras, explica que conforme a la Ordenanza General de Urbanismo y Construcciones “los sitios eriazos y las propiedades abandonadas con y sin edificación, ubicados en áreas urbanas, deberán tener cierros levantados en su frente hacia el espacio público, siendo responsabilidad de los propietarios mantenerlos en buen estado” y que para exigir el cumplimiento de dicha obligación, el alcalde debe notificar a los dueños las mejoras o reparaciones que deban ejecutarse. De no cumplirse, el edil podrá declarar el inmueble como “abandonado”.

De ser así, deben pagar una multa del 5% del avalúo fiscal y las municipalidades estarán facultadas para intervenir en ella, pero sólo con el propósito de su cierro, higiene o mantención general.

Díaz añade que el inmueble puede ser demolido si no ofrece las garantías de salubridad y seguridad, o que amenacen ruina, en conformidad a la Ley General de Urbanismo y Construcciones.

El funcionario indica que la Dirección de Obras de Coquimbo desde noviembre del 2011 confeccionó un catastro con los sitios eriazos existentes en la comuna, dentro del cual se incluyen propiedades particulares, equipamiento y áreas verdes.

Paralelamente, dice que se realizan las gestiones para exigir a los propietarios la construcción de los cierros exteriores ordenados.

Mientras, los vecinos afectados, también pueden contribuir a dar más datos.

Desafío de recuperación

La interrogante ahora es qué se puede hacer para recuperar estos lugares del casco histórico de Coquimbo. Según la opinión de Jaime Espejo “estas casas del siglo XIX merecen ser recuperadas al menos en su fachada, pero eso depende de sus propietarios, ya que el municipio puede proponer, pero la inversión viene de ambos”.