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Andrea Cantillanes
El seremi del Trabajo de la Región de Coquimbo, Rodrigo Bravo, calificó el resultado como "novedoso" y destaca que los argumentos presentados por la parte querellante eran "muy contundentes".

El martes 20 se dio a conocer que la Corte de Apelaciones confirmó el fallo de la indemnización que sentencia al supermercado Santa Isabel del centro de Coquimbo a pagar cerca de $3 millones de pesos a una empaquetadora.

La noticia se da a conocer después de un largo proceso, pasando por el Juzgado de Letras de Trabajo de La Serena y finalmente por la Corte de Apelaciones.

Esta última institución fue la que reafirmó el despido injustificado y el cobro de prestaciones luego de establecer que sí existió una relación entre las partes.

Esto porque en el fallo de primera instancia la parte demandada, es decir, el supermercado pretendió eludir responsabilidad. Y fue dicho criterio el que precisamente el Tribunal de Alzada refrendó, consignando que la inexistencia de remuneración pagada no excluye la presencia de “subordinación o dependencia”, es decir una relación laboral.

Un equipo de El Día se acercó al supermercado Santa Isabel del centro de Coquimbo para conversar y obtener la versión del gerente o encargado del local, sin embargo, en las dos oportunidades fue imposible coordinar una reunión, ya que no se encontraba en el lugar. 

 

CÓMO FUNCIONAN LOS EMPAQUETADORES

El Día conversó con un joven empaque  del supermercado Santa Isabel  de Coquimbo. Prefirió mantenerse en anonimato, sin embargo, entregó detalles del ritmo de trabajo y cómo funciona el sistema en el “Santa”.

Llegó al supermercado cuando cursaba la enseñanza media y una vez que ingresó a la universidad pudo continuar con el trabajo. Dice que todo es organizado,  “hace unos años todo era diferente, pero ahora las cosas han mejorado”, indicó.

Cada turno tiene un encargado y “todos son universitarios, porque son los que necesitan la ayuda monetaria”. En este contexto, precisa que una vez llegado el periodo de clases, ambos horarios se deben coordinar.

Sin embargo, declara que no tienen contrato ni seguro y tampoco tienen horario de colación, “a menos que la cajera cierre la caja”.

La jornada laboral de los empaques se divide en tres turnos  “el primero es apertura de 9 a 14 horas,  el intermedio de 14 a 18 horas y el cierre de las 18 hasta las 22:30”. Desde su experiencia recalca que el ‘cierre’ es el que deja más propina al igual que las festividades como 18 de Septiembre o Navidad.

El trabajo de estos jóvenes consiste en envolver los productos que compran los clientes, ya sea en caja, bolsa reutilizable o en una bolsa plástica.

“Antiguamente los clientes nos pedían sacar carros y canastos ahora eso ya no nos corresponde”.

El joven cuenta que para mantener el orden, se rigen por un sistema de faltas, “ya sea por atraso, mala presentación o por discusión, entre empaques o con clientes”. Precisó además que la gerencia del supermercado revisa todos los casos. “Siempre se trata de conversar y si un empaque repite la conducta esta es causal de despido”.  

Respecto a la forma de ingreso al trabajo, el empaquetador indicó que en la postulación todo es claro “antes existían los pitutos o el amigo del amigo”, y que ahora la lista de seleccionados responde a las necesidades del supermercado. En tanto, declaró que en la actualidad hay entre 60 y 70 empaques.

ASPECTOS LEGALES

¿Por qué a los empaquetadores no les aplica las normas protectoras del Código de Trabajo? ¿Por qué no tienen contrato ni feriados? Estas son algunas de las preguntas que muchos se hacen.

Consultado sobre el tema, el seremi de trabajo de la región de Coquimbo, Rodrigo Bravo, indicó que el principal problema se basa en una discusión jurídica. Sin embargo aclaró que la relación entre empleadores y trabajadores no es dispareja ya que hay instancias legales que velan por los derechos de los últimos.

“Yo destaco la labor de los juzgados laborales, ya que hay muchos trabajadores a los que no se les respetan sus derechos”, y en este sentido calificó el fallo como un “resultado novedoso” ya que han dado una respuesta favorable al caso.

Además, recalcó que los argumentos presentados por la parte querellante eran “muy contundentes”.

Por otra parte, confiesa que existe un abuso en contra de estos jóvenes y que al haber una subordinación o dependencia estos sí tienen derechos. También añadió, que este hecho sigue la línea de fallos a favor de trabajadores que se han registrado en la región, los que han marcado una nueva visión de los derechos laborales.

El seremi del trabajo recalcó que los empaques es un personal muy útil para los supermercados, convirtiéndose en el último eslabón de su cadena de ventas.

QUÉ SE ENTIENDE POR SUBORDINACIÓN O DEPENDENCIA

La subordinación es una situación jurídica que tiene dos elementos, seguimiento de instrucciones y supervigilancia del trabajador.

A menudo los supermercados señalan que los empaquetadores no siguen instrucciones de ellos, sino de sus clientes, que se organizan solos y que pueden o no envolver los productos.

Lo cierto es que no es así. Estos establecimientos, a través de sus representantes, continuamente les dan órdenes a los empaquetadores los que cumplen un horario determinado de prestación de servicios, como modalidad de turnos, trabajan con uniformes estandarizados que es exigido por el empleador y cumplen ciertos requisitos formales de presentación personal. Además las labores que hacen se realizan al interior del supermercado y la remuneración consiste en la propina entregada por los clientes del local.

 

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