Con letreros que indican el aforo máximo, sin acompañantes, con uso de mascarilla, lavado de manos, desinfección entre clientes, entre otras medidas, los centros de bellezas, peluquerías y barberías en la región se encuentran atendiendo a su clientela durante la pandemia.
Luego de la cuarentena en la conurbación que los mantuvo cerrados por dos meses, su reapertura vino de la mano con modificaciones en la forma de atender, privilegiando las horas previamente agendadas y el pago con tarjetas antes que el efectivo.
Fue hace dos semanas que pudieron abrir sus puertas con el cambio de fase a Transición, pero eso sí solo de lunes a viernes al no ser un servicio esencial, explicó el Jefe del Departamento de Acción Sanitaria de la Seremi de Salud, Roberto Villalobos. Será a partir de esta próxima semana, con el cambio a Preparación, que podrán volver en su horario normal, extendiéndose los sábados y algunos incluso los domingos.
“Entre cada cliente, además, se debe realizar la limpieza y desinfección del lugar con productos de limpieza debidamente certificados por el Instituto de Salud Pública, de manera de evitar riesgos de contagio. También se recomienda realizar la desinfección de todos los implementos que tengan contacto con los clientes" añadió Villalobos.
Justamente estos protocolos implementó Georgina Olivares, dueña de Pamela´s Peluquería y Barbería, ubicada en pleno centro de La Serena por calle Eduardo de La Barra, quien espera poder volver a atender los sábados como hacía previo a la pandemia. En su caso durante el tiempo de cuarentena aprovechó de prepararse para la reapertura, para lo que contrató una empresa sanitizadora para su local.
Asimismo, se abasteció con productos de limpieza y desinfectantes, los que usa entre cada cliente, instaló un pediluvio (o limpiapiés) y recibe solo a personas sin acompañantes, a excepción de los menores de edad.
Una política similar tiene Ignacio Malmborg, dueño, junto a su esposa, de peluquería Natalia Castillo en el centro de La Serena, quien solo permite acompañantes en caso de menores, y atiende de a una persona a la vez en su salón.
Implementó un sistema de desinfección y purificación de sus implementos, además de alcohol en gel y pediluvio, además de una barrera para evitar el ingreso de las personas cuando no es su turno, asegurando que se mantiene la distancia física de al menos un metro.
Admitió que con los protocolos, la atención entre cada persona suele tardar más que lo normal, puesto que todos deben lavarse las manos al ingreso y entre clientes, además de limpiar y sanitizar constantemente el lugar como medida preventiva.
En el caso de Karissma, Lindelia Vasco, una de sus empleadas, comentó que la cantidad de estilistas se redujo a la mitad con el fin de atender con el distanciamiento requerido y todos ellos se protegen con mascarilla y escudo facial.
Cada una hora se desinfecta todo el salón y así como otros centros, han priorizado la atención con reserva de horas para evitar que se generen filas y esperas.
Por otro lado, quienes se prepararon desde marzo con un estricto protocolo en sus seis sucursales de la región fueron las peluquerías Matiz. La encargada de recursos humanos y calidad, Valeria Rojas, contó que con la llegada de la crisis ellos se tomaron dos semanas en marzo para implementar el protocolo de atención segura.
Al igual que otros centros, no aceptan acompañantes a excepción de los menores de edad y al momento del ingreso hacen toma de temperatura y una ficha con los datos de todos quienes son atendidos para no perder la trazabilidad en caso de contagios.
Redujeron su personal para respetar el distanciamiento, instalaron separadores acrílicos en recepción, en los módulos de manicure y se encuentran en proceso de hacerlo entre cada mesa de atención de clientes.
Una vez al mes concurre una empresa de sanitización con máquinas pulverizadoras y a partir de la próxima semana ampliarán sus días de apertura, incluyendo los fines de semana.